Regalos adorables

760 78 0
                                    


-Averigüé lo que querías.- dijo mi mejor amigo a través del teléfono- Kibum es... bastante especial, si se puede decir así.- rió.


-Ya... dime de una vez.- lo apresuré impaciente. Quería saber más de él, pero estaba completamente seguro que si se lo preguntaba no me respondería.


-Bien... Llamé a un amigo que trabaja allí, vendiendo gatos, y me consiguió todo.- suspiró- A los gatos les enseñan un poco de todo antes de estar en venta, cosas como leer, escribir, lo básico de la sexualidad, obediencia, un poco de cocina, y otro tipo de cosas... Pero con Kibum no fue así, lo más probable es que no sepa leer ni escribir.- fruncí el ceño.


-¿Qué?


-Bueno, a Kibum lo educaron de forma distinta, algo así como para experimentar y ver la manera de tener un gato perfecto. Por lo que lo que le enseñaron fue bastante enfocado a lo que quieren los amos... Sexo, cocina, quehaceres y, obviamente, obediencia.


-Pero si dijiste que a todos se les enseñaba eso...- murmuré un poco confundido.


-Si, a todos se les enseña eso, pero solo lo básico, en cambio Kibum SOLO aprendió eso. Es algo así como un experto en esos temas. Por ejemplo, Taemin cocina horrible y Minhye sabe cocinar lo básico, pero tu gato es todo un jodido chef. En la cama, mis gatos se dejan llevar por sus instintos, solo saben cómo funciona el sexo; Kibum... estoy más que seguro que es todo un actor porno, ¿no?- terminó de explicar, quedando en silencio, esperando por mi respuesta.


-B-bueno... a-algo así...- murmuré un poco avergonzado de decir algo referente a ese tema. Y ciertamente tenía razón...


-Lo sabía.- rió, pero pronto se puso serio, para retomar la conversación- Además, aquí dice que él no tuvo demasiada relación con otros gatos, prácticamente lo tenían aislado, para no afectar su comportamiento.- miré a Kibum, que jugaba bastante entretenido con los adornos de árbol de navidad, el cual ya había tumbado más de una vez ese día- Eso podría explicar porque no se acercó mucho a ti en un principio, y porque no se siente cómodo con la presencia de otras personas ni de otros gatos.- asentí aún sabiendo que no podía verme.


-Y también tienen mucha relación sus otros amos, ¿cierto?- dije apretando los puños tan solo de imaginar lo que pudieron haberle hecho.


-Si.- afirmó rápidamente. Un suspiro escapó de sus labios- Todas las veces que fue devuelto llevaba muchas heridas y moretones horrendos, incluso, una de esas veces, su amo no esperó a que lo fueran a recoger y lo dejó en la calle. Normalmente demoran unos días en ir a buscar a los gatos que serán devueltos y, bueno...


-¡¿Qué?!- exclamé furioso, sobresaltando a Kibum, que se giró a observarme preocupado- ¿Cómo pueden ser tan hijos de puta?- susurré para no ser escuchado por el castaño, que me miraba con atención.


-Muchos amos lo son. Quizá la mayoría.- afirmó tristemente. Claro, él era un amante de los gatos, los adoraba y los cuidaba muchísimo, era obvio que se sentía tan o más furioso que yo.


"Eres el mejor amo del mundo..." "Nadie me había tratado tan bien..."


Fruncí el celo y apreté mis puños con unas ganas inmensas de golpear la pared hasta que me sangraba los nudillos.


-¿Qué sucede?- tomó mi rostro entre sus manos mirándome tan fijamente como siempre, pero con expresión tierna- ¿Te encuentras bien?- dijo mirando enfadado mi teléfono, que aún mantenía junto a mi oreja, sabiendo que la razón de mi grito tuvo que ver con eso.


¿En qué momento se había acercado? No pude evitar sonreír.


Era una dulzura.


-Minho, luego hablamos, adiós.- dije cortando la llamada de inmediato, sin esperar su respuesta- No te preocupes.- le dije acariciando su cabello- No pasa nada.- le sonreí. Me imitó de inmediato y tomando mi mano me dirigió frente al árbol, sentándome a su lado, donde había estado hace un momento.

Sorpresas Inesperadas - [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora