Regalos celosos

663 79 1
                                    


Me levanté del sofá, donde me encontraba tocando la guitarra ante la atenta mirada de Kibum, al escuchar unos suaves golpes en la puerta. Estaba casi seguro que se trataba de mi mejor amigo. Y allí estaba, Minho y sus dos gatos demasiado pegados a su cuerpo, más de lo normal. Pero para mi sorpresa se alejaron de él cuando me vieron y me besaron las mejillas mientras me abrazaban. ¿Qué les pasaba a estos?


-Hola, Jonghyunnie.- dijeron al unísono.


-Ya... por eso no me gusta sacarlos en estas fechas...- reclamó Minho. Lo miré sin entender- Hola, Jong.- me saludó tomando a sus gatos, separándolos de mí.


-Hola. Pasa.- caminé de vuelta al sofá, donde pude ver a un enfadado Kibum esperando. ¿Qué le pasaba ahora?


-Hola, bonito.- saludó Minho al castaño acercando su mano para acariciarlo. Kibum de inmediato se puso alerta e intentó morderlo, pero como Minho sabe de gatos pudo esquivar rápidamente ese peligroso movimiento- Tranquilo, no te haré daño.- le sonrió, pero mi gato lo miró con el ceño fruncido, hizo un sonido muy felino advirtiéndole a mi amigo que no se le acercase, tensándose y mostrando sus dientes, para luego correr a mi lado, escondiéndose en mi espalda, aferrado fuertemente a mi brazo. La carcajada de mi mejor amigo no se hizo esperar- Que tierno...- ¿tierno? ¿En serio?


No pude evitar reír con él negando con la cabeza, divertido.


Minho se sentó en el sofá acomodando a sus gatos junto a él, y ellos no tardaron en llenarlo de besos y caricias. ¿Era mi imaginación o estaban más cariñosos que de costumbre.


-Viniste.- dije arrastrando al castaño conmigo para sentarnos en el sofá de enfrente- Creí que no ibas a querer aparecer por aquí por al menos una semana.


-Sabes que no te dejaría abandonado. Además tengo que fijarme si el gato se encuentra bien o lo estás matando de hambre.- rió. Rodé los ojos- ¿Qué hiciste con Roo?


-El primer día la encerré en mi cuarto y ahora se fue con Sodam, para evitar problemas entre estos dos.- expliqué. Mi perrita era un amor conmigo, pero con los extraños... y si es un gato peor... Ya habían pasado cosas malas con los gatos de Minho.


-Y como te llevas con él. ¿Ya te tomó confianza?- preguntó sonriente.


-Creo que se nota, ¿no?- apunté al gato pegado a mi brazo.


-Eso es bueno. ¿No te ha causado problemas?


-¡Claro que sí! Me tendrás que prestar dinero... Mi billetera ha sufrido demasiados abusos en sólo una tarde.- me quejé recordando que me había quedado pobre luego de la salida con Kibum.


-¿Abusos?- rió divertido.


-¡Si! Este jodido gato es muy costoso.- sentí un pequeño mordisco en mi brazo cuando dije eso.


-Puedo notarlo con sólo ver la ropa que lleva. ¿En verdad dejaste que gastara todo lo que quisiera?- su sonrisa burlesca me sacaba de quicio.


-Bueno, es que creí que no estaba mal que eligiera lo que le gustaba. Además no me parece justo que jamás haya podido salir ni tener nada.- me excusé.


-Y ahora supongo que te arrepientes.- se burló nuevamente de mí. Entrecerré los ojos. Bufé.


-En ese momento no tomé en cuenta cuanto saldría todo lo comprado...- desvié mi mirada a Kibum cuando sentí un nuevo mordisco suave en mi hombro.


-Ya... Minhye, tranquila.- miré como la gata estaba sobre Minho, regando besos por su cuello y su pecho, ya que le había desabrochado varios botones de su camisa. De pronto su objetivo cambió, llevando su boca a la de mi amigo. Minho aunque giraba su rostro intentando evitar ser besado, no dejaba de corresponder cada vez que podía, con una tonta sonrisa, mientras Taemin se encontraba a un lado enfadado por haber sido ignorado por Minho, quien al echarle un vistazo a su otro gato tomó en serio lo de quitarse de encima a Minhye.

Sorpresas Inesperadas - [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora