Regalos a domicilio

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-Sé que te encantará mi regalo. Será el mejor.- presumió Minho dejando su vaso a un lado para comenzar a acariciar el cabello de Taemin, quien, complacido, se restregaba en el cuerpo de su amo. Pero una celosa Minhye no tardó en ponerse en medio, quitándole espacio a Taemin.


Pronto comenzarían a pelear, como siempre, por quien ganaba más atención por parte de Minho.


-¿El mejor? ¿Estás seguro?- pregunté alzando una ceja para hacerlo enojar.


-¡Claro que sí!- afirmó con el ceño fruncido pero pronto se relajó- Dime, ¿quién te conoce mejor que yo?- me preguntó confiado.


-Roo.


-¡Jonghyun! Por Dios, no me compares con tu perra.- reclamó- Y claro que no te conoce mejor que yo.- rodé los ojos divertido.


-Ya, okey. Nadie me conoce mejor que tú.- reí.


-Y por eso sé que él regalo que te tengo te va a encantar.- me miró con una mueca un tanto rara, que gracias al cielo cambió de inmediato al recibir un suave manotazo por parte de Taemin, que había fallado el golpe que le iba a dar a una escurridiza Minhye que logró esquivarlo.


Taemin cubrió su boca con ambas manos y susurró suavemente un "Lo siento mucho, amo".


Taemin y Minhye eran algo así como las mascotas de Minho, pero más parecían ser sus novios. Ambos eran algo que se conocía como "gatos", que eran, básicamente, una especie de mezcla entre humanos y, obviamente, gatos. Tenían orejitas y una cola al igual que ellos, y por supuesto, también sus comportamientos eran parecidos a los gatos, como la forma de moverse.


Minhye era una chica, de cabello corto y negro, muy linda y tierna, pero que siempre terminaba peleando por Minho con Taemin, un gato de cabello rubio, un poco largo para ser un chico, quien, a pesar de su tierna apariencia, yo ya sabía perfectamente que no era un santo. Más bien, creo que es algo así como un lobo con piel de oveja, y Minhye era su víctima. La pobre tenía que soportar siempre las bromas y travesuras del gato rubio.


Minho, desde siempre le habían encantado los gatos y en cuanto pudo, se compró al rubio y luego de un par de meses, a la de cabello negro. No sobra decir que gastó muchísimo dinero en ellos.


Yo, en cambio, no estaba de acuerdo con eso de comprar gatos para cosas un tanto raras y pervertidas. Porque está más que claro que uno de los principales objetivos de los gatos es satisfacer las necesidades sexuales de sus dueños, y lo mío definitivamente no eran esa clase de cosas perversas. ¡Prácticamente eran como esclavos sexuales!


Además que yo no tendría paciencia para cuidar de uno. Ya viendo cómo se comportan los gatos de Minho siento que se me agota la paciencia, no sabría qué hacer con uno que fuera mío.


Claro que Minho jamás los ha tratado de una mala manera, él realmente era preocupado y cariñoso con sus gatos, a pesar de que a veces pueden sacar de quicio a cualquiera. Aunque sé que los ha ocupado para "desahogarse", también sé que no los ha obligado a nada. Cabe decir que se nota muchísimo cuanto lo quieren ese par de hiperactivos.


Yo por mi parte... Jamás compraría un gato.


-Ya controla a tus gatos, Minho. ¿O no puedes?- me burlé. Me miró entrecerrando los ojos y luego se dirigió esos dos que estaban a punto de saltarse encima.


-¡Taemin! ¡Minhye! ¡Bájense ahora mismo del sofá!- les ordenó- Están castigados los dos.- sentenció una vez estuvieron sentados en los cojines que estaban en el suelo, donde habían estado al principio, pero que no tardaron mucho en abandonar para estar sobre mi mejor amigo- Realmente me enojaré si siguen peleando.- los miró con el ceño fruncido. Ellos solo bajaron la cabeza, pero pude fácilmente divisar una pequeña sonrisa en el rostro de Taemin- Y no habrá nada de mimos hasta que se comporten.- no pude evitar soltar una carcajada al verlo así, se veía realmente gracioso enfadado, "intentando" verse amenazador - Tú no te rías...- me reclamó.

Sorpresas Inesperadas - [Jongkey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora