Harry Potter » One Shots.

彡 Fred Weasley

   Para: Mi familia.

   ¡Hola a todos!

   No se asusten, el buen Dumbledore, me dejó escribir una sola carta para poder despedirme de todos ustedes.

   Y entonces, aquí voy:

   Antes que nada, quiero decir que los extraño muchísimo y espero que ustedes también, porque si no, iré por la noche a jalarles los pies.

   Me siento tan feliz porque por fin logramos vencer a Voldemort, el bien finalmente logró triunfar contra el mal. Y disculpenme por no haber aguantado hasta el final de la batalla, pero de algún modo siempre supe que ahí me iría, pero no me arrepiento ¿saben?, porque me fui de la mejor forma: ayudando y protegiendo a los que amo.

   En primer lugar quiero enviar un mensaje a Harry, el gran Harry Potter, que siempre fue admirado por todos, pero no tan querido por muchos. Y a pesar de eso, siempre estuvo rodeado de amigos y gente querida, con su familia.
Encontré a tus padres aquí arriba: la dulce, querida e inteligente Lily Potter, siempre nos está reprendiendo de todo. También conocí al admirable señor James "don ego" Potter, lo mejor es que él ahora me ayuda con las bromas. Es muy parecido a ti, Harry, también es un gran guerrero que da todo por los suyos. Lo admiro. Me dijeron que te aman muchísimo y que siempre te acompañan, están muy orgullosos de ti. Ah, y otra cosa, cuida bien de mi Ginny o iré por ti y meteré tu varita por donde no te entra el sol.

   Hermione Granger: no veía la hora en que tú y Ron estuvieran juntos; aún recuerdo el día en que bajaste por las escaleras de Hogwarts con tu vestido, desde entonces Ron no paró de mencionarte entre sueños.
Sé que no puedo verlos juntos personalmente, pero desde aquí estoy muy feliz por ti, y cuida de esa zanahoria que tengo de hermano. También, Remus y Lily están muy orgullosos de tu enorme y exuberante (palabras de la señora Potter) inteligencia.

   Molly Weasley: mamá, quiero decirte que fuiste la mejor y única mujer que he amado en toda mi vida, también que tu sazón nunca se podrá igualar en esta y ni en otra vida.
Extraño los suéteres que nos tejías en diciembre, eran perfectos... No sabes cuando anhelo sentir el hermoso calor que emitían tus brazos cada vez que me abrazabas. Te agradezco por haberme cuidado y convertido en el hombre que fui durante esos veinte años.