Tormentas y demás pensamientos de madrugada.

dieciocho.

Te brillaban los ojos.

Estabas hablando de tu película favorita de cuando eras pequeño.

Llegaste a la canción de la intro y la tarareaste con una sonrisa.

El tiempo se paró de golpe cuando sonreiste con amplitud al cielo.

Tenías las mejillas sonrosadas.

Parecía como si me faltase el aire, estabas tan guapo.

Pero tú de eso no te dabas cuenta. Ni siquiera te esforzabas en ser hermoso, lo eras sin querer.

Chasqueabas los dedos al ritmo de la música y yo era incapaz de apartar la vista de tus labios.

Me dedicaste una mirada vergonzosa y sin previo aviso te callaste.

"Sé que te estoy aburriendo, perdona, me he emocionado" musitaste, sacudiendo la cabeza.

Sentí como se me encogía el alma.
El corazón se me hizo un nudo.

Me encanta verte así. Tan crío, tan tú. Hablando de lo que te gusta; emocionado, como si me estuvieses contando algo maravilloso.

¿Sabes?, para mí sí lo es, es increíble.

Me entristeció la manera en la que te detuviste.

Me hace llegar a pensar que alguien importante para tí te dijo algo como "cállate, a nadie le importa" y desde entonces crees realmente que a nadie le importa.

Pero te contaré un secreto: cualquiera en su sano juicio se volvería loco por escucharte.