Capitulo 2: voy a descubrir quien eres.

11.4K 466 75
                                    

Narra Rick

Sentí mucha impotencia al ver aquel chico molestando a la nueva. ¿Cuántos años tendrá? ¿Veinticuatro, veinticinco tal vez? no se, es muy guapa. Su cabello negro destaca sus ojos verdes, es una chica guapa. Si no estuviera comprometido con Claire...

Narra Melany

Al terminar el trabajo empiezo a recoger mis pertenencias, pensé que iba a ser más cansativo el día, pero no. Por lo menos conocí a mi jefe, Rick, no he podido parar de pensar en él..., pero nunca me haría caso, él es in hombre, y yo... a penas tengo 18. Mientras recojo mis cosas recibo una llamada de un número desconocido.

—Hola ¿quién es?

—Hola Melany, es Rick, el jefe ¿puedes venir a la oficina? antes de que te vayas, es que tengo que mostrarte algunas cosas, hago esto con todos los nuevos.

—Mmm... Si, en seguida voy— intento calmarme. Mi corazón ha dado un salto, de nuevo.

—Vale, gracias— Luego de colgar me dirijo hacia la oficina, la cual no sé dónde está, así que acabo perdiéndome.

—¡Es aquí!— escucho. Volteo siguiendo la voz. Me encuentro con Rick apoyado en el marco de una puerta, observándome.

—Oh, sí, ya voy— paso a su lado y suspiro. Me tengo que calmar.  —Gracias.

—Siéntate— me estremezco.

Obedezco y pregunto —Entonces... ¿Qué quería?

—Te quería explicar las reglas. La número uno, no buscar problemas con ningún cliente. Dos, no entrar a mi oficina sin mi permiso y tres, obedecer exactamente todo lo que yo diga— se pone a jugar con un bolígrafo con su mano.

—Vale, entendido— siento que podría obedecer cualquier cosa que desea...

—Así me gusta, ahora, ¿tienes alguna duda o algo así? cualquier cosa aquí estoy yo— Ayúdame a no besarte ahora mismo, Jesus, María y José.

—No, por ahora no, gracias.

—A ti por trabajar aquí, ya te puedes ir.

—Bueno... Adiós.

—Oye, espera, ¿quieres...— se aclara la garganta —¿quieres ir por un café?

—No puedo desobedecer a mi jefe— digo bromeando —así que si, me encantaría.

Después de decir esto, arrugo mi cara, Dios mío ¿qué acabo de decir? Estoy sonando como la desesperada que soy.

       ***

—¿Qué café quieres?

—Bueno... Jeje, resulta que no tomo café— digo muy apenada.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Joder... No se.

—Venga, entonces ¿quieres tomar refresco?

—Bueno.

—Dos Coca-Cola por favor— le dice al mesero.

—En seguida— contesta retirándose.

—¿Se puede saber cuántos años tiene mi empleada nueva? ¿Veinticinco, veintiséis?— me rio de forma un poco escandalosa. Me ve con cara extrañada —¿cuál es la risa?

—¿Me veo tan vieja? — pregunto calmando mi risa.

—Bueno... Solo dije veinticinco... No dije sesenta y cinco.

—Tengo dieciocho, ¿en serio parezco de veinticinco?— Sus ojos quedaron como platos, viéndome como si le estuviera diciendo que tengo un año.

—¿Dieciocho? ¿escuché bien?

—Si Sr. Rick, dieciocho.

—Aquí tienen sus bebidas, ¿algo más?— pregunta el empleado. Rick sin quitar la mirada de mi le hace una seña al hombre para que se retire. El hombre entiende y se va.

—Joder dieciocho, mierda.

—Sr. creo que se lo tomó muy extraño— Digo algo preocupada con su cara de trauma.

—Emmm... No, es que... Me parecías de más edad.

—Vale— intento no llevar la situación a incomodidad y solo sonrío.

Luego de un rato de preguntas hacia mi acabamos nuestros refrescos y entonces decido atacarlo yo con preguntas.

—Ok, ahora pregunto yo, ¿cuántos años tiene?

—Veintisiete— aclaro mi garganta.

—¿Tiene... Novia?— A veces pienso que debo controlar mis impulsos sinceros. Siempre me dijeron "corazón de piedra" porque siempre preguntaba y decía las cosas muy directa.

—Eso a usted no le importa— dice con una sonrisa.

—Pero usted me preguntó lo mismo.

—Esa eres tú, la empleada, de mí solo sabes mi edad y mi nombre, más nada.

—Pero es injusto— digo quejándome como niña.

—Se nota que eres más joven, mira esa actitud, van a pensar que eres mi hija.

—Joder— digo molesta.

—Bueno... ¿Tienes cómo volver a casa?

—Si, muchas gracias— respondo arrogante.

—¿Cómo vas a volver?

—En autobús.

—Yo te puedo llevar.

—No muchas gracias— tampoco me quiero aprovechar.

—Bueno, como quieras.

Pagamos las bebidas, tuvimos una discusión porque yo iba a pagar mi bebida y él no me dejó, bueno... cosas de gente rica.

—Hasta mañana, gracias por la bebida.

—Hasta mañana— me sonríe y se va en busca de su auto.

¡Ay Rick Shane! voy a descubrir quién eres.

Mayor que yo [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora