Firefly |Ed Sheeran|

41. Una respuesta válida

– Buenas tardes querido, ¿tienes frío? ¿Qué puedo ofrecerte?

– Venía a buscar a Jane - me miró directamente a los ojos y sonreí sin poder evitarlo. - Hola.

Reí para mis adentros sin saber bien que decir. Su presencia me ponía nerviosa: no estaba segura de como responder, y lo hice despacio con un simple '' hola ''. Tras una corta conversación el declaró que necesitaba hablar conmigo, y mi abuela me miró con los ojos abiertos y con una pequeña sonrisa. Hablé un poco con Grace, me despedí de ella y después de recoger todas mis cosas me acerqué de nuevo donde Ed ya con mi chaqueta y un jersey puestos. En seguida cogió mi mano y caminó hasta su moto, la cual estaba a unos pocos metros. Su mano estaba caliente pero era agradable al tacto. Se subió y sin que diga nada me subí a atrás de él. Lo abracé y arrancó en seguida. Apoyé mi cabeza en su espalda y, aún que estaba fría, me quedé así, sin si quiera fijarme a donde íbamos. Estado a su lado me sentía más que segura, y no hacía ni falta preguntar hacia donde íbamos; si estaba con Ed me daba igual a donde fuéramos.

Lo abracé un poco más fuerte y por un momento me imaginé como sería estar con él en algún sitio, cálido, acariciando su espalda y trazando figuras infinitas, sin comienzo ni final. Y él mirándome con esos preciosos ojos grisáceos y no sentir la más pizca de vergüenza. O imaginé como sería levantarme con él cada mañana. Y ese sería lo más bonito que un mortal podría vivir.

< Te has enamorado querida. >

Abrí los ojos ante el pensamiento, pero no quite los brazos de la espalda de Ed. Mantuve la calma aun que un millón de preguntas estallaron de repente en mi cabeza. ¿Era posible que yo, Jane, la ángel guardiana, me hubiera enamorado de Ed, el mortal? Parecía imposible. La verdad era que presentaba todos los síntomas, para que negarlo. Ni era capaz de dejar de pensar en él en cuanto se iba de mi lado; y me hubiera pasado la vida entera admirándolo en su fase más plena. Edward era una criatura hermosa, la cual tenía un pasado oscuro, pero él era bueno. Era una persona incapaz de dañar a nadie. Las 'supuestas peleas' habían sido paradas por él mismo, y aún que a veces el pelirrojo tenía un humor no muy agradable, solo debías tratarlo con calma y amor para que se tranquilizara. Era como un niño que no sabía como reparar un juguete que no funcionaba; y yo daba todo por arreglarlo. Y habíamos hablado largo y tendido, horas y horas, y me había jurado que no me dejaría.

- Jane, hemos llegado - murmuró. Me aflojé de mi abrazo y me bajé. Estábamos en lo que venía a ser el medio de la nada.

- ¿Dónde estamos?

- ¿No te gusta? - preguntó serio, y por un momento el miedo se apoderó.

- Claro que si. Solo, quiero saber dónde estamos. Quiero decir, si, un bosque. Pero... - sin dejarme terminar empezó a reír como si la situación fuera lo más gracioso de este mundo. - No entiendo que te hace tanta risa - mencioné con una media sonrisa.

- Tu cara. - mustió a penas y soltó un par más de carcajadas. - Está bien, suficiente.

- Dime donde estamos, o que hacemos aquí.

- Estamos en medio del bosque, y estamos caminando.

De la nada empezó a caminar y yo me puse a su lado. No lo entendía. Sí, tenía razón, estábamos en el medio del bosque y estábamos caminando. Pero ¿para que? ¿A donde íbamos? ¿Por qué en medio del bosque y no en otro sitio? Nuestras manos se rozaban. Y parecía que era parte de un juego. Eddie hacía que el dorso rozara el uno con el otro y luego se alejaba, como al ritmo de un compás. De alguna manera entrelacé tan solo los dedos meñiques y capté una pequeña carcajada por su parte. También reí por lo infantil que había sido aquello. Pero, ¿reía Edward también por lo mismo? Sin cruzar palabra caminamos unos quince minutos más y llegamos de nuevo al acantilado. Aquel mismo que yo había visitado hacía unos días. Se sentó al borde y yo lo imité. Y así pasaron cinco silenciosos minutos más.

- No me puedo creer que no hayas preguntado nada Jane Theather.

- Yo ya he preguntado Ed. Estoy esperando tu respuesta - respondí paciente.

- Lo que has preguntado te lo he respondido.

- Antes, te he preguntado qué hacíamos aquí.

- ¿No te he respondido?

- Por supuesto que no - respondí

- Mentira. - gruñó y miró al frente rodando los ojo.

- ¡Eso no es válido!

- ¿Y por que no?

Me quedé en silencio unos segundos. ¡Todos - él y yo - éramos conscientes que aquella no era una respuesta válida! Bien, al fin y al cabo sí lo era. Pero no era lo que yo quería.

- No es lo que yo quiero escuchar.

- Eso no es mi culpa, Jane.

- Eres... Ugh. Está bien.

Rió y se acercó a mi. Pasó su brazo por encima de mis hombros y apoyó su cabeza encima de la mía. Oía su respiración al lado de mi oreja y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

- Eres una chica que quiere escuchar exactamente lo que le interesa. Y sé que te acabas de molestar un poco pero, Jane, te ves adorable cuando te enfadas. Pero sin duda más adorable cuando estás emocionada. Sí, como ese día en casa de Grace, que estabas muy feliz porque yo probara las galletas que ella había cocinado - susurró en mi oído y yo sonreía. Su voz era preciosa. - quisiera escuchar tu risa por el resto de mi vida. - dejó un beso en mi mejilla y no sabía que hacer. ¿Si lo miraba, lo besaría y sería como en las películas? - adoro tu piel. Sé que a veces te maquillas y a veces no. Y no te diré como quedas mejor o peor; porque cada vez que te veo pienso que estás preciosa. Eres hermosa en todos los sentidos de la palabra. Quiero que sepas que tengo muchas ganas de besarte Jane Theater. Y nunca olvides que desde la primera vez que te vi supe que serías alguien especial. Tienes algo, sí. No sé el qué. Pero haces que yo te quiera. Más que a nada ni nadie.

No nos besamos. Y tampoco dije nada. Simplemente callé, y sonreí. Esa respuesta si era válida.

{*}

No si a mi me dicen eso y me derrito.

La foto es mía 🌚

Espero y se acuerden de este fic aún que suba cada veinte mil años luz. Las amo💘

Nohely