Nunca podría merecer a alguien como Dylan

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Diecisiete:

Dylan estaba dormido en cuanto regresé a la habitación, así que solo me acurruque a su lado y deje que el sueño del cual había sido privada por días, llegará a mi.

-No Ian, escuchaste bien-la luz lastimó mis ojos por unos segundos y me removí en la cama, dándome cuenta de que Dylan ya no estaba a mi lado-Sí, no seas chismoso y le digas a Hunter.

Parpadeé unos segundos mientras miraba a la ventana y Dylan parecía no notar que ya había despertado.

-No le digas a mi madre, ni siquiera se porque tienes su número. No es nada oficial.

Me estire perezosamente y fruncí el ceño al notar que no llevaba mi ropa usual, si no que ahora utilizaba una camisa que estaba segura que era de Dylan. ¿Cómo había pasado esto? Después lo recordé, estaba en casa de Dylan Springs y mi primer instinto era salir corriendo.

-No entiendo porque somos mejores amigos-respondió nuevamente.

Esto era incomodo, no me gustaba escuchar conversaciones ajenas-¿Dylan?-susurre.

Dylan me miró y palideció un poco-Hablamos luego-colgó y me miró preocupado-¿Cuánto tiempo llevas despierta?

-¿Menos de dos minutos?-no podía darle una respuesta exacta ¿Por qué actuaba tan extraño?

-Genial-lucía aliviado pero no entendía que le preocupaba, mi cerebro seguía medio dormido.

-¿Qué hora es?-pregunte mirando como el sol comenzaba a desaparecer y el cielo comenzaba a llenarse de tonos rosas y naranjas.

-¿Tienes hambre?-pregunto y asentí, no recordaba haber comido más que la cucharada del cereal de Steff-¿Qué tal si te invitó a comer?

Mire la mi ropa doblada cuidadosamente en la silla-Mi ropa está arrugada-admití.

-No te preocupes, mi hermana luego deja sus cosas por todo el apartamento, estoy seguro que algo te quedará.

-¿Okay?-después de unos quince minutos tenía sobre mi cuerpo un vestido que estaba segura que nunca existiría en mi armario, definitivamente los vestidos con flores no eran lo mío.

-Oye chica linda ¿Has visto a una punk en mi apartamento? Debíamos ir a comer algo, pero como no la encuentro ¿Te gustaría ir conmigo?

-Muy gracioso-murmure y me mire en el espejo una última vez-Más te vale llevarme a un lugar que valga la pena.

-Soy un experto en ese tema, me ofende que cuestiones mis conocimientos-volvió a entrelazar nuestras manos y ambos caminamos fuera del apartamento.

-La radio de hoy en día apesta-me rendí intentando buscar una canción decente en la radio.

-¿Te das cuenta de que tengo una pila de discos en el asiento trasero de mi auto no?

-No tengo la energía para buscar ahora mismo.

-Entonces cántame algo-giro a la derecha.

Comencé a reír-Para que te cante tienes que pagar una gran cantidad.

-Te pagaré con comida.

-Trato ¿Algo en especial?

-Sorpréndeme-me encantaban los momentos así con Dylan, donde ambos nos sentíamos relajados e incluso podíamos ser amigos.

Asentí y comencé a cantar la última canción que había escuchado The Feeling de Justin Bieber.

Dylan escuchaba con atención y movía sus dedos al ritmo que debía llevar la canción, no era gran fan de Justin, pero su último disco tenía algunas canciones que habían captado mi interés.

-No soy tu playlist personal-murmure después de que Dylan me pidiera una cuarta canción.

-La buena noticia para ti es que llegamos-estaciono el auto frente a un pequeño restaurante.

-Parece...-busque la palabra correcta-Normal.

-Lo dices como si fuera algo malo-negué rápidamente y sonreí.

-Lo normal me recuerda a casa-admití y baje del auto-Hace mucho tiempo que no voy a casa-murmure para mi misma, extrañaba ese sentimiento de pertenecer a algún lado y tener una persona que te esperará.

-Entonces supongo que es tu día de suerte-a Dylan se le estaba haciendo un hábito el entrelazar nuestras manos cada vez que salíamos ¿Qué le pasaba? ¿No creía que éramos algo más que amigos o si? Rayos, nunca debí besarlo.

-Iré por la comida, tu solo quédate sentada-asentí y mire a Dylan desaparecer entre la gente del restaurante donde al parecer tenías que ir por tu propia comida, que interesante concepto.

-Pero mira lo que trajo el destino-me tensé mientras él caminaba hacía mi-Marine Stark, debo decir que no esperaba verte nunca más.

-Ed-murmure y rogué mentalmente que Dylan no fuera a aparecer.

-El mismo linda-me dio una media sonrisa y se sentó en la silla que se supone que era para Dylan.

-¿Qué haces aquí?-apreté los puños.

-No te pongas agresiva que puedo llamar a los medios y descubrirán tu pequeña cita y no queremos eso ¿O sí?-negué y él sonrió-Tan obediente como siempre-baje la mirada a mis manos, el lado sumiso que había intentado reemplazar con rebeldía estaba volviendo a salir.

-¿Qué puedo hacer por ti?-pregunte en voz suave.

-Puedes empezar por hacer algo útil y mirarme a los ojos-levanté la mirada y me encontré con sus fríos ojos verdes-Eso esta mejor-sonrió-Necesitó dinero, tengo que pagar dos meses de renta-se encogió de hombros y pude ver a Dylan comenzando a acercarse a la mesa, era imposible no ver a alguien tan alto como él entre la multitud.

-De acuerdo-asentí y Ed apretó los labios.

-Lo necesito ahora mismo.

-Pero...-Ed tomó mi muñeca y la apretó, provocándome dolor.

-¿Tengo que recordarte el porque te sigo molestando?-negué rápidamente y tomé mi bolsa-Buena chica-soltó mi muñeca y yo le tendí todo el efectivo que llevaba en la cartera.

-Es todo lo que tengo conmigo-admití y pude ver como Dylan fruncía el ceño al ver a alguien más sentado en su lugar.

-Con esto bastará-terminó de contar-Si necesito más ya se donde encontrarte-sonrió y se puso de pie-Nos vemos linda-se alejo de la mesa y después salió del restaurante.

-¿Quién era él?-pregunto Dylan dejando nuestros platos sobre la mesa.

-Nadie-escondí mi roja muñeca debajo de la mesa y comencé a comer en silencio.

-Marine-Dylan debía dejar el tema o algo saldría mal.

-Solo, déjalo por favor-murmure.

Dylan me miró preocupado y asintió poco convencido-De acuerdo.

Definitivamente nunca podría merecer a alguien como Dylan.

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