Capítulo 4. Coincidencias.

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Cuando acabé fui a quitarme el uniforme, allí había una chica.

-Madre mía, que incómoda es esta cosa. - Le dije.

-Ya ves, llevo aquí cinco meses y sigo sin acostumbrarme. Fijate en esto. - Me dijo, señalándome las marcas que se le quedaron en el cuerpo.

-Lo sé, yo también tengo.

-Tú te llamabas _______, ¿Cierto? - Preguntó ella.

-Si, ¿y tú eres...?

-Cristina. - Contestó ella sonriente.

Genial, al menos iba conociendo gente. Parecía muy simpática, y bueno... en esos momentos yo no estaba para odiar a nadie, además de mi vecino. 

-Oye, ¿te apetece tomar algo? - Pregunté.

-Claro, pero vamos a otro bar, no aquí. - Contestó ella. - Me deprime este sitio.

-Vale, pero tendrás que guiarme, no conozco muy bien la zona.

Caminamos durante un rato, no había otro bar muy cerca. Al encontrarlo, entramos dentro. Pedimos un café, era muy temprano para pedir algo de alcohol y me sienta bastante mal de todas maneras...

-Y bueno... ¿por donde vives? - Preguntó ella.

-Por el centro, no me acuerdo de la calle. Tengo memoria de pez.

Ella se rió.

-Bueno, ya me invitarás algún día. - Sonrió.

-Claro que si. - Contesté.

Hablamos durante un rato, y yo estaba muy animada, pero... ella tenía que sacar el tema.

-Y qué, ¿vives con tus padres? - Preguntó ella, mi cara cambió completamente.

-Ehh... no, vivo sola. - Contesté. 

Alguien se nos acercaba, un chico de ojos y pelo oscuros. Vino sonríente y le dio dos besos a Cristina.

-¡Mangel! - Chilló ella.

-¡Cris! - Contestó él.

Se acercó a mi y me dio dos besos tambié.

-Hola, soy Mangel. - Dijo, con un acento un tanto raro.

-_____, encantada. - Sonreí.

-¿Y qué tal? - Preguntó Cristina.

-Pueh nada, llevo caminando un buen rato, voy a casa de Rubiuh. - Dijo él, intenté no reírme, su acento me hacía gracia.

Ella miró la ora.

-Mierda, me tengo que ir.- Se levantó y cogió su bolso.- Lo siento ______, otro día quedaremos. 

-Vale, no te preocupes. - Sonreí. - Yo también me voy.

Me despedí de ellos y salí del bar. Gracias a Dios recordé el camino de vuelta al bar donde trabajaba, y de allí no me costaba ir a casa. Mientras caminaba alguien me gritaba por detrás. Era Mangel. 

-¡Eh, _________, ehpera! - Chilló él.

-Ah, Mangel. ¿Qué ocurre?

-Que yo también me voy por aqui. - Contestó él.

Caminamos y caminamos, lo raro es que iba por el mismo camino que yo, era exactamente el mismo. Me habló sobre él, se dedicaba a hacer vídeos en internet. Yo no lo veía como un trabajo serio, pero cada uno con sus cosas, yo era camarera en un bar, y encima con uniforme de puta, no podía quejarme. 

Cuando llegué al portal se paró allí.

-¿Querías acompañarme o algo? - Pregunté.

-Eh que Rubiuh vive aquí. - Contestó él.

-Que casualidad. - Sonreí.

Metí la llave en el portal y nos subimos al ascensor. Él le dio al tercero, ¿qué cojones? mi piso. Creo que ya iba cayendo en quien era su amigo.

-Oye... ¿tu amigo se llama Rubén? - Pregunté.

-Si... ¿por? - Preguntó de vuelta.

-No, no por nada. - Contesté.

Subimos, y al estar enfrente de mi puerta él llamó a la de al lado, la de mi vecino. Ese tal ''Rubiu'' le abrió la puerta, cambió su cara al verme pero no le hice caso.

-Bueno Mangel, un placer. - Sonreí.

-Oye, ehpera, te daré mi número. - Contestó él.

-Vale.

Le di mi móvil y me lo apuntó, le volví a sonreír y me metí en casa. Analicé lo que pasaba, y eran demasiadas coincidencias, Madrid era enorme, ¿cómo conocí justamente al amigo de mi vecino?

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Si, sigue siendo soso y el acento de Mangel me ha salido horroroso. No se me ocurría otra cosa, hoy no estaba inspirada pero me habíais pedido capítulo, tenía que subir :D

Espero votos y comentario :'3

Corazones gays para todos <3 <3 <3

Será cosa del destino. | Rubius y tú |Where stories live. Discover now