Capitulo 6

2.8K 216 15
                                    

DRAKE

Habían pasado dos días y no había vuelto al hospital para hacerle una visita a mi abuelo, iba a matarme en cuanto me viera.

Antes de llegar al hospital compre una caja de bombones, al entrar espere al ascensor. Cuando las puertas se abrieron en la tercera planta fui hasta su habitación, al entrar le vi sentado en una silla reclinable viendo la televisión.

-Mira quien viene por fin.- dijo cambiando de canal.

-Lo siento.- entré dentro y me senté en la cama- He estado poniéndome al corriente de todo- y lo decía en serio, había estado estos dos días visitando a todos nuestros contactos.

-¿Y todo bien?- dijo mirando la caja de bombones.

-Si...- le pase la caja y comenzó a comer- De nada, abuelo.- dije irónicamente al ver que solo comía.

-¿Cómo están los negocios?- pregunto ansioso por saber pero sin dejar de comer los chocolates.

-Bastante bien, hubo un pequeño problema con López, pero pude solucionarlo a tiempo.- dije mirando como se zampaba otro chocolate- Vas a enfermar si te los comes todos.- fruncí mi ceño al ver que se comía otro.

-Estoy comiendo mierda de hospital, que no tiene sal, ni aceite..- asentí comprendiendo a lo que se refería- Esto...- cogió un bombón y lo agito- Esto, chico, es mi única salvación.- dicho eso se lo comió también.

Comencé a reír, cuando escuche una voz en la puerta.

-HOLA, PACCHI.- una pequeña voz interrumpió mi risa, desvié mi mirada hasta la puerta, donde una niña pequeña, no más de cinco años, estaba asomada.

-Hola, cariño.- contesto mi abuelo cariñoso.

-¿Cómo amaneciste hoy?- preguntó alegre la niña entrando dentro de la habitación, sonreí al ver que llevaba un traje de princesa con alas.

-Con mucha hambre.- dijo cogiendo otro dulce- ¿Quieres?- ofreció la caja a la niña pero negó con la cabeza.

-No quiero, Pacchi.- la niña me miró y entrecerró los ojos hacia mi- ¿Quién es, Pacchi?- le preguntó a mi abuelo.

-Es mi nieto, cariño.- dijo divertido mi abuelo, la niña extendió su mano hacia mi, la tome con delicadeza.

-Hola, me llamo Emily...- miró su vestido y luego de a mi- Y soy una princesa.- sonrió dejándome ver sus pequeños dientes.

-Encantado de conocerte Emily, soy Drake.- contesté escuchando la risa de mi abuelo.

-¿Drake?- preguntó extrañada- ¿Qué significa eso?- dijo rascando su cabeza.

-Dragón.- vi como sus ojos marrones se abrían demasiado, luego se le escapó un jadeo.

-¿Eres..un..DRAGÓN?- jadeo cada palabra, mi abuelo y yo comenzamos a reír sin parar.

-Si, dulzura, soy un dragón.- vi como ponía su mano en su pecho dramáticamente.

-Oh. Dios. Mio- miró al abuelo y se acercó a él- ¿Tú también eres un dragón?- dijo cogiendo su mano.

-No, cariño, solo él.- dijo apuntándome con su pulgar, Emily se acercó de nuevo a mi, trepó por la cama, una vez arriba me cogió la cara con sus pequeñas manitas.

-¿Por eso tus ojos son amarillos?- preguntó ladeando su cabeza.

-Así es.- asentí aun con sus manos en mis mejillas, apretó mis mejillas un poco.

-Nunca he conocido a un dragón antes...- apretó sus labios, y pude ver su cara de concentración mientras ponía cara rara- ¿Podemos ser amigos?- preguntó esperanzada.

-Estoy para servirte, Princesa Emily.- dije haciendo una pequeña reverencia.

-Dragón Drake, puedes estar tranquilo, tú secreto esta a salvo conmigo.- susurró aún con sus manos en mis mejillas.

-¿Mi secreto?- pregunté extrañado.

-Si le digo a todo el mundo que eres un dragón, te atraparían y harían cosas feas contigo.- me miró con ojos tristes.

-Entonces, no puedes contarle a nadie.- extendí mi dedo meñique hacia ella- ¿Promesa?- vi como entrelazaba su meñique con el mio.

-Promesa.- se sentó a mi lado y miró a mi abuelo que nos observaba enternecido.

-¿¡EMILY!?- se escuchó a alguien llamarla, la niña abrió sus ojos, me miró y bajo deprisa la cama y me miró desde abajo.

-No me has visto.- dijo apuntándome con un dedo, asentí solemne.

Fue hasta mi abuelo y le dio un beso sonoro en la mejilla.

-Si puedo luego me escapo y te traigo más comida, Pacchi.

-Ten cuidado, Emily.- advirtió mi abuelo viendo como salía de la habitación, no antes de mirar por ambos lados del pasillo.

Mis labios se estiraron en una sonrisa completa.

 Mierda, hacia tiempo que no sonreía de verdad.

Una bala por escapar (#3)Where stories live. Discover now