Capítulo 22.

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Andrea se levantó del sofá y me miro con una sonrisa triunfante.


-Es por tu bien querida.-dije mirándome sonriente.


La mire con rabia, pero aún sin comprender nada.


Le dio un último vistazo a mis padres y se fue.


¿por qué ella hacía esto?, nunca le hice nada.


-RESPONDE.-gritó mi padre acercándose a mi.


Temblé y baje la mirada.


El nunca me había gritado.


Y ya no pude sostener más las lágrimas.


-Es cierto.-dije en voz baja, mirando el piso.


No quería levantar la mirada, pero lo poco que lo hice pude ver sus miradas de decepción.


-¿Cómo pudiste?.-preguntó mi padre tratando de controlarse.


-¿Cómo pude que?, ¿Enamorarme?, como ustedes lo hicieron.-dije levantando la mirada.


Me miraron sorprendidos por mi respuesta, claramente no se lo esperaban.


-Tu no estás de enamorada de ese hijo de puta.-dijo mi padre y cuando creí que me daría una bofetada se detuvo.


Cerró los ojos fuertemente, y se echó para atrás.


Mi madre se acercó a él.


-Nunca más lo vas a volver a ver.-dijo mirándome fijamente.


-No.-dije firmemente, tratando de que la voz no se me quebrara.


Pero sentía que mi corazón dolía.


-Si.-dijo firme.


-Te vamos a llevar y a traer del instituto y no vas a salir sola nunca más.-dijo ahora mi madre mirándome decepcionada, pero desidia a la vez.


-Ustedes no pueden hacer eso.-dije y las lágrimas salieron a cantaros de mis ojos.


-No me interesa cuanto llores.-dijo mi padre.-Y si ese hijo de puta se te acerca por cualquier motivo, lo voy a denunciar, por andar con una menor de edad.-dijo y mi pulso se volvió gelatina,  y las lágrimas se adueñaron de todo mi rostro.


-No.-fue todo lo que pude decir, no podía hablar, sentía que me desvanecia.


Me miraron y me dio miedo, su mirada me hacía ver que no estaban jugando, que todo era enserio, y que serían capaces de hacer cualquier cosa.


Siempre fue él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora