CAPÍTULO 9

390 102 22
                                    

Mery

Cierro la puerta de mi habitación. Me duele la cabeza. Dejo la cartera a un lado en el suelo y me tumbo boca abajo en la cama con las manos por debajo de la almohada.

Tan solo tardo unos minutos en quedarme dormida.

-Maria ¿puedes venir un momento detrás de aquel árbol?-Me pregunta el chico moreno que va conmigo a clase.

-¿Para qué?- Pregunto intrigada.

-Sólo quiero enseñarte un insecto que hay en el tronco del árbol. Es realmente bonito, seguro que te gustará.

-Está bien, vamos.

Nos dirigimos al árbol que me había indicado antes el chico. Una vez llegamos miro alrededor. Es la hora del recreo y todo el mundo está a su bola. Los chicos más populares están jugando al fútbol mientras que las chicas hacen de animadoras. Al fondo, un grupo de chicos y chicas conversan animadamente. Las canchas de baloncesto también están ocupadas por chicos, mientras que las de voleibol lo están por las chicas. Nadie nos observa.

-Y bien, ¿dónde está el insecto tan bonito que dices?-Pregunto mientras observo el tronco del árbol.

Realmente me encantan los bichejos. Cuando era pequeña mi padre me regaló una colección de ellos y todos los fines de semana nos íbamos al campo en busca de otros nuevos.

-Sí, verás... No hay ningún insecto. Te había dicho que vinieras para que... Bueno quería decirte que...

-¿Qué quieres decirme Rodrigo? – Si no me ha traído para enseñarme ningún insecto, ¿qué quiere decirme detrás de un árbol?

-Bueno, cómo decirlo... Me gustas mucho María.

-¿Qué? –No me lo puedo creer. ¿Lo está diciendo en serio? Nunca nadie me había dicho que le gustara.

-Lo que oyes...

-Vaya, nunca había gustado a nadie. –No sé muy bien que decir. Esta situación es nueva para mí.

-Entonces, ¿soy el primero?

-Pues, la verdad es que sí.

-Cuanto me alegro de oír eso.

Me sonrojo.

-¿Y que deberíam...?

No me da tiempo a terminar la frase cuando noto sus labios en los míos. Y de repente, desaparecen.

-¿Qué haces boqueando como un pececillo?- Se oyen burlas y risas alrededor nuestra.

Cuando abro los ojos observo que todos los chicos que parecían estar a su bola ahora están alrededor nuestra y con móviles apuntando en nuestra dirección.

-¿Qué es todo esto Rodrigo? –Pregunto muy nerviosa al ver que todo el mundo se está riendo de mí.

Mientras termino de pronunciar la frase me doy cuenta de que un amigo de Rodrigo estaba en lo alto del árbol grabándolo todo.

No sé qué hacer, no sé qué decir... Tengo muchas ganas de llorar y apenas puedo pronunciar una palabra. El grupo de chicos y chicas que nos rodea empieza a corear al unísono: María es un bicho raro, nunca había besado.

-¡No! ¡Parar! –La cabeza me da vueltas y todo gira en torno a mí.

María es un bicho raro, nunca había besado. María es un bicho raro, nunca había besado.

No. Parar. Empiezo a sudar en la cama y unos golpes en la puerta de mi habitación me despiertan. Otra vez está estúpida pesadilla.

Abro los ojos y miro a mi alrededor. Estoy en la habitación de la residencia y son las seis de la tarde. Vaya, he estado durmiendo un buen tiempo.

Nuestro pequeño secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora