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27 semanas de gestación.

Un mes y medio era exactamente el tiempo que se cumplía hoy desde que desde que Noah fue contratado como mi enfermero personal y a decir verdad ,aunque al principio haya actuado como una tonta queriendo evitar a toda costa que él se quede, creo que el que Noah me cuide no ha sido tan mala idea después de todo, ya que más que tener una ayuda , es tener una amigo cerca y era lo que hacía que mi embarazo fuera lo más llevadero posible.

A pesar de que Noah suele venir todos los días , mi madre le dio el día de hoy libre , pues como todos los meses, o cuando la doctora María suele pedirlo,  hoy me toca ir al control materno y ver cómo sigue mi pequeño. El simple hecho de pensar que en cada control al que vaya me hace conocer más y más como mi pequeño va creciendo, me hace sentir como si un vínculo indestructible entre nosotros creciera cada vez más y más.

-¿Por que sonríes tanto querida?-pregunta mi madre sentándose en la orilla de mi cama con una sonrisa y yo solo suelto una pequeña risilla nerviosa.

-Por que hoy iremos a ver como esta mi bebé -digo cubriéndome muy bien con mi manta polar, ya que hoy el clima está algo frío. Mi madre me devuelve la sonrisa para luego pararse a recoger la ropa sucia que se encuentra dentro del cesto que esta en un rincón de mi habitación.

-¿A que hora es la cita?-le pregunto a mamá.

-A las cuatro de la tarde - responde cargando una pequeña cesta en la cual se encuentra mi ropa sucia. Asiento con la cabeza mientras le doy leves caricias a mi vientre y ella voltea a verme enternecida.

-¡Querida!-grita mi padre desde en primer piso-¡Te llaman por teléfono!

Mi madre se disculpa y sale corriendo fuera de mi habitación mientras carga la tina de ropa sucia. Suelto un pequeño suspiro y busco cojo mi móvil de mi mesita de noche y veo la hora, dos de la tarde. Al ver que mamá  no volverá,  y no puedo estar todo el día recostada, me desconecto de mi respirador artificial y empiezo a conectarme a Phillip para luego empezar a caminar fuera de mi habitación en busca de algo que hacer.

Me dirijo hacia las escaleras y una vez en frente de ellas empiezo a pensar si es buena idea bajar o no , ya que puedo hacerle daño a mi bebé y es lo que estoy tratando de evitar desde mi última intervención médica.

-¿Necesitas ayuda,princesa?-me pregunta papá  desde el final de las escaleras que queda en el primer piso y sin dudarlo dos veces, asiento con la cabeza. Mi padre sube hasta donde me encuentro y carga a Phillip para luego ayudarme a bajar. No tardamos mucho en llegar y una vez ahí ,le agradezco a mi padre por ayudarme, pero este solo sonríe y se dirige hacia la cocina.

Comienzo a dirigirme a la sala para ver algo de televisión, pues es lo único que puedo hacer hasta que den las cuatro y en cuanto más me acerco, más escucho hablar a mi madre con alguien por teléfono.

-Si... lo que dije Noah, pero en verdad necesito que la acompañes...-dice mi madre y no puedo evitar acercarme cada vez más y más-No , su padre se ira a trabajar en unos momentos y yo también.

Siento una pequeña punzada en el pecho al oír decir aquellas palabras a mi madre. No necesito ser un genio para darme cuenta de lo que está sucediendo, pero admito que enterarme así no se siente bien.

-¿Entonces puedes?...¿De verdad ? , ¡muchas gracias Noah! , prometo que no volverá a pasar...si a las cuatro , si ...hasta luego.

Mi madre cuelga la llamada y voltea ligeramente con una sonrisa que desaparece cuando me ve en frente de ella. -¡Hazel!-exclama sorprendida-¿qué haces aquí?,¿no estabas en tu habitación?

Bajo la Misma Estrella (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora