Capítulo 8

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No dormí en casi toda la noche, estaba demasiado nerviosa por esta esta mañana iríamos a ver al abogado. Me había levantado temprano, a las 7, para ser exactos, y Lauren ya estaba despierto en el sofá con el ordenador.

Parecía estar de buen humor mientras desayunábamos, incluso diría que emocionado por ir al abogado.

Ahora estábamos en el coche y yo seguía tan nerviosa como lo estaba cuando desperté.

Puse mi vista en la carretera mordiendo mi uña y moviendo mi pie, miré a Lauren, estaba frunciendo el ceño y sabía que le estaba poniendo nervioso por mi actitud.

-Lo siento – dije todavía mirándolo haciendo que el frunciera más el ceño – es que estoy nerviosa, ¿y si no podemos cambiar la cláusula?

-Podremos – contestó mirando a la carretera.

-¿Cómo estás tan seguro? Y tan tranquilo – susurré.

-No estoy seguro – dijo suspirando – pero de lo que estoy seguro es, que mi padre no firmo nada en el contrato, y tus padres tampoco, ya te lo dije, es cosa de ti y de mí.

-Ojala tengas razón.

Cuando llegamos al bufete, bajamos del coche, Lauren había aparcado en el parking que había en la misma calle.

Inconscientemente cogí la mano de Lauren y le di un fuerte apretón, en mi mente solo repetía un por favor.

-Me estás poniendo nervioso a mí – me susurró.

-Bésame – le pedí.

-¿Qué? – dijo riendo parando de andar.

-Estoy muy nerviosa, necesito tranquilizarme – dije con la respiración agitada.

-No voy a besarte – dijo todavía riendo.

Me puse en frente de él y bufé, cogiéndolo de las mejillas poniéndome de puntillas y estampando mis labios con los suyos, esto no ayudaría en nada a mis nervios, pero joder, necesitaba intentarlo.

Lauren me cogió de las caderas y me acercó más a él, cuando intentó meter su lengua en mi boca deslicé mis manos hasta su pecho y me separé golpeándolo.

-No te aproveche – dije dándole la espalda y andado.

-No me confundas – se defendió - ¿se te pasó el nerviosismo? – dijo burlándose.

-Idiota – dije enseñándole el dedo del medio.

Entramos al edificio y Lauren volvió a coger mi mano, sacó un papel de su bolsillo y me incliné para ver lo que ponía, 52, fruncí el ceño mientras devolvía el papel al pantalón y andaba por un pasillo con puertas a la izquierda y pequeños asientos a la derecha, Lauren paró cuando llegamos a una puerta con el número 52 arriba de esta.

-¿Has pedido cita? – pregunté con el ceño fruncido.

-Llamé ayer cuando llegamos a casa – respondí tocando a la puerta.

A casa, nuestra casa. Mordí mi labio cuando la puerta se abrió dejando ver al abogado que vi cuando firmamos en contrato, sonrió y se hizo a un lado para que pasáramos.

-Cuando llamó no me dijo de lo que quería hablar – dijo el abogado dirigiéndose a Lauren.

-Es sobre el contrato que firmamos Alexa y yo, queremos cambiar una cláusula.

El abogado frunció el ceño y pasó su mirada entre Lauren y yo - ¿qué cláusula?

-La del embarazo – contestó Lauren.

Puntos diferentes [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora