Puntos diferentes [COMPLETA]

Capítulo 1

                  

-Alexia no te lo voy a decir más veces ¡vístete de una vez!

Tensé mi mandíbula para no decirle una pulmonía a mi madre, no quería ir, no quería ver a ese hombre.

-Y cógete el pelo en una coleta – dijo con una mueca en la cara.

Fruncí el ceño y miré mi pelo en el espejo, sonreí al ver mis rastas, no pensaba recogerlo.

Me puse unos vaqueros  y una camiseta ancha y bajé las escaleras encontrándome a mis padres arreglados, mi padre con un traje y mi madre con vestido y tacones.

-No vas a ir así – dijo mi madre señalándome enfadada.

-No nos da tiempo a que se cambie, llegaremos tarde – dijo mi padre mirando su reloj de muñeca.

Bufé y salí por la puerta metiéndome en el coche, al llegar al sitio miré por la ventana del coche, ni siquiera sabía porque tenía que venir yo. Salí del coche cuando estuvo aparcado y esperé a mis padres para entrar a la empresa, para mi desconocida.

Cuando subimos al ascensor mi madre me dijo que no dijera nada si no me preguntaban, que me callara y que me comportara, lo de siempre. Salimos del ascensor y la última planta y mis padres anduvieron delante de mí hasta una puerta, donde cuando tocaron, un hombre mayor les abrió dándoles una cálida sonrisa, el hombre se hizo a un lado para que mis padres y yo pasáramos, pero cuando fui hacerlo mi madre me detuvo.

-Cariño tú quédate aquí, tenemos que hablar con el señor Gordon – dijo mirándome.

Alcé una ceja - ¿me habéis hecho venir para quedarme fuera? – dije sin entender.

Me callé rodando los ojos cuando vi la mirada que mi madre me echó, parecía que me fuese a matar en ese preciso momento.

Me di la vuelta viendo el pasillo de la planta, no había ningún sitio donde podía sentarme, ahogué un grito y me fui al lado de una planta sentándome en el suelo, crucé mis piernas y saqué mi móvil para, al menos, entretenerme con algún juego.

...

Cuando llevaba bastante rato con el móvil, este me avisó de que le quedaba poca batería, mordí mi labio y lo metí de nuevo en mi bolsillo, me levanté del suelo y di unas cuantas vueltas por el pasillo, en todo el rato que llevaba aquí, que no era poco, no había visto a nadie salir de las demás puertas que había en esa planta y nadie había subido para algo.

Me apoyé en la pared cerrando los ojos hasta que escuché a alguien.

-Señorita Miller – abrí los ojos al escuchar mi apellido y vi a un chico algo mayor que yo que pasaba de mí hasta el despacho donde mis padres se habían metido hablar con el Señor Gordon. Fruncí el ceño al caer en que él sabía quién era yo y mi apellido y yo no sabía quién era.

La puerta se abrió y mi madre salió moviendo su cabeza dándome a entender que entrara, me despegué de la pared y anduve hasta la puerta entrando y sentándome en una de las sillas.

Mi padre me puso un papel delante de mí en la mesa y me tendió un bolígrafo, fruncí el ceño y le miré alzando una ceja.

-Necesitamos que firmes esto Alexia – dijo mirándome.

-¿Qué es? – dije refiriéndome al papel.

-Alexia basta de preguntas y firma – dijo mi madre mirándome enfadada.

Tensé mi mandíbula y respiré profundamente – no voy a firmar algo sin leerlo.

-Alexia no te lo digo más veces, firma – dijo mi padre con voz dura.

Negué con la cabeza desesperada y cogí el bolígrafo que tenía mi padre en la mano firmando el dichoso papel, me fijé en mi madre, ahora tenía una sonrisa enorme en su cara.

-Bien – dijo esta - ¿os parece bien la fecha en junio?

Apoyé mi espalda contra el respaldo y me crucé de brazos, ni sabía a lo que se refería, ni quería saberlo.

Alcé una ceja hacia el chico que había visto antes, estaba sentado en una delas sillas al lado del señor Gordon y estaba mirándome fijamente a los ojos.

-Lauren – dijo el señor Gordon - ¿por qué no vais Alexia y tú fuera y habláis? – fruncí el ceño, ¿hablar de qué?

Vi a Lauren levantarse y cuando estuvo al lado de mi me tendió su mano para que la cogiera y me levantara, me levanté sin coger su mano y lo vi rodar los ojos y salir por la puerta mientras yo salía detrás de él.

-Vamos fuera quiero fumar – dije detrás de él.

Nos metimos en el ascensor y mientras este bajaba, los dos nos mantuvimos en silencio, el con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón y yo sacando el cigarro y el mechero del paquete de tabaco.

Al llegar a la planta baja salimos del ascensor y él se apoyó en la pared de la fachada de la empresa.

Encendí el cigarro y le miré dándole una calada - tú sabes qué firmado ¿verdad? – pregunté.

Lo vi esbozar una sonrisa y mirarme, fruncí el ceño al fijarme en sus ojos grises, me eran familiares.

-Deberías haberlo leído – dijo mirándome – aunque de todas maneras eres menor de edad, tienes que hacer caso a lo que digan tus padres.

-No has contestado a mi pregunta – dije alzando una ceja.

-Era un contrato – dijo desviando la mirada hacia el frente – de matrimonio.

-¿Qué? – dije alarmada despegando mi espalda de la pared – mis padres no me harían eso – dije no muy segura.

-Pues lo han hecho.

Me quedé mirándolo de arriba abajo y cuando llegué a su cara fruncí el ceño enfadada - ¿contigo? – dijo riendo – ni de coña.

-Créeme el sentimiento es mutuo – dijo suspirando – a mí tampoco me hace mucha gracia.

-¿Mucha? – dije irónicamente – a mí no me hace ninguna – dije alzando la voz.

-No grites, llamas la atención – dijo mirando a los lados al ver que la gente se nos quedaba mirando.

-¿De cuánto tiempo es el contrato? – pregunté - ¿y por qué has aceptado a firmarlo?

-De dos años – dijo con una mueca en la cara – y por qué he aceptado no te interesa.

Dos años. Negué con la cabeza, mi respiración empezaba a ser un poco agitada y mi pulso se había descontrolado, vi a mis padres salir del edificio con un papel en la mano de mi padre y abrí mucho los ojos, el contrato, eché a un lado a Lauren atrayendo su mirada con el ceño fruncido y me encaminé hacia mis padres y le quité el papel de las manos partiéndolo por la mitad.

-Listo – dije relajándome – no he firmado nada – dije alzando las manos.

-Alexia no somos idiotas – dijo mi padre alzando una ceja – eso solo era una copia.