Capítulo 3

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-Lizi no – dije con el teléfono en mi oreja – no puedo salir.

-Dile a tu padre que te levante el castigo, seguro lo hace.

-No creo, él también está enfadado – dije cerrando los ojos. Cuando en la fiesta dije lo de acostarme con un chico Lauren no me dejó, y entonces bebí y bebí y bebí, al caso es que Lauren me trajo a mi casa borracha y mis padre se enfadaron, por lo cual estaba castigada dos meses sin salir y ya había pasado uno.

-Alexia es tu cumpleaños – dijo alzando la voz – cumples 18.

-Lo sé – dije cerrando los ojos mientras negaba con la cabeza, yo mejor que nadie sabía que era mi cumpleaños y que no quería pasarlo metida en mi casa.

Sentí la puerta de mi habitación abrirse, giré mi cabeza y vi a Lauren con un traje negro puesto en frente de mi habitación, fruncí el ceño y me incorporé en la cama sentándome con las piernas cruzadas mirándole.

-Lizi te llamo luego – le dije a mi amiga para luego colgarle - ¿qué haces aquí? – le dije esta vez a Lauren.

-Tus padres me pidieron que viniera y que saliéramos – dijo dando un paso entrando a mi habitación.

-No tengo ganas de salir – dije echando mi espalda sobre el colchón – así que vete.

-Bien – dijo para luego cerrar la puerta de mi habitación.

Podría haberle dicho a Lauren de ir a la fiesta que Lizi me dijo, pero viendo como me puse en la última, no creo que quisiese ir.

Me tumbé de nuevo en mi cama dando la espalda a la puerta y seguí mirando las redes sociales en mi móvil aburrida.

La puerta de mi habitación se abrió asustándome y me volví a dar la vuelta volviendo a ver a Lauren con un plato en su mano.

-He pedido pizza – dijo dejando el plato en mi escritorio – como veo que no bajas te lo dejo aquí.

-¿No te habías ido? – dije frunciendo el ceño.

-Me dijeron que no me moviera de aquí, y aquí estoy – dijo suspirando.

-Si te vas no diré nada – dije alzando una ceja levantándome de la cama.

-No gracias – dijo mirándome.

Me encogí de hombros, cogí el plato con el trozo de pizza y me levanté para salir de la habitación mientras Lauren seguía mis pasos.

Al bajar las escaleras fruncí el ceño al ver el salón en una penumbra.

-Estaba viendo una película – dijo Lauren pasando de mi yendo al sofá.

Le seguí hasta el sofá sentándome a su lado, cogí el trozo de pizza y antes de darle un mordisco Lauren le dio al play a la televisión justo cuando había un susto y grite dejando caer el trozo de pizza en el plato de nuevo.

Oí reír a Lauren y me giré hacia él dándole un golpe en el hombro atrayendo su mirada con una ceja alzada.

-Lo has hecho a posta – dije achinando los ojos hacia él.

-No –dijo volviendo a reír – pero ha sido divertido.

Rodé los ojos y seguí viendo la televisión comiéndome la pizza.

-Oye Lauren – le llamé comiendo - ¿me darías una copia del contrato para que lo lea? – pregunté.

-¿Tus padres no te han dado uno? – preguntó con el ceño fruncido.

Negué con la cabeza mirando la televisión – a mis padres les da igual lo que yo quiera.

Lo vi levantarse del sofá y después de unos segundos volvió dándome un papel – aquí lo tienes – dijo sentándose de nuevo en el sofá.

Dejé el plato en la mesa y mientras la película seguía empecé a leer el contrato centrándome en los puntos que me interesaban.

Contrato válido hasta el día 23 de Octubre de 2018

No es requerido las relaciones matrimoniales.

Requerido un niño/a

Espera ¿qué?

-¡Lauren! – le llamé golpeando su hombro, me incorporé sentándome en su otro lado y dejé las piernas en su regazo – dijiste que no habría sexo obligatorio.

-Pone explícitamente que no es requerido – dijo quitándome el papel y señalándome la línea donde estaba escrito.

Le volví a quitar el papel y se lo puse en su cara – y más abajo pone que me tengo que quedar embarazada ¿qué quieres? ¿Qué me quede embarazada por el espíritu santo? – dije alzando las manos enfadada.

-Oye tus padres no te han dado el contrato ¿no? – negué con la cabeza – pues entonces es como si no supieras nada.

-Pero tú si lo sabes – dije alzando una ceja.

-Yo me hago en tonto – dijo dejando caer su mano en mi pierna – por ahora lo de acostarme contigo no es una opción.

-¿Por ahora? – dije con una mueca en la cara.

Lo vi encogerse de hombros – eres guapa, tienes un buen cuerpo, pero no me gustas, pero – dijo suspirando – cuando nos casemos tendremos que vivir juntos y, como dicen, el roce hace el cariño.

-¿Pero qué dices? – dije levantándome del sofá – estás loco – dije alzando las manos y sentándome de nuevo en el sitio donde estaba al principio.

-Lo que pienso es lo normal – dijo mirando la televisión.

-No lo es – dije incorporándome y cogiendo un cigarro del paquete que había encima de la mesa.

-¿Por qué tus padres no te habían dado una copia? – preguntó mirándome de reojo.

-Bueno – dije dejando salir el humo de mis pulmones – a mi madre le da igual lo que yo quiera, se hace lo que ella diga y punto, y mi padre – dije haciendo una mueca – a mi padre le importa, peor siempre acaba haciéndole caso a mi madre y dejándome a mí de lado.

-Tus padres también se casaron por un contrato ¿verdad? – preguntó girando su cara hacia mí.

Asentí con la cabeza dándole otra calada al cigarro – los tenían mi edad – dije hundiéndome en el sofá.

-Eso es un punto para que no tengamos un niño – dijo suspirando.

-¿Y eso? – dije mirándole.

-Supongo que – dijo mordiéndose el labio, parecía pensar si seguir hablando o no – quizás en el contrato de tus padres también ponía que tenían que tener un niño – dijo mirándome – supongo que tus padres no – tragó duro – no te quieren.

Desvié la mirada de la suya, nunca había pensado en esa posibilidad, siempre creí que me trataban como me trataban por el simple hecho de no hacerles caso, pero quizás Lauren tenga razón y no me quieren, quizás le obligaron a tener un bebe y no querían a ese bebe, osea a mí.

-No debí decirlo así – oí decir a Lauren haciendo que saliera de mis pensamientos.

-Da igual – dije con la mirada perdida – seguramente tengas razón.

La puerta de mi casa se abrió y Lauren y yo nos giramos viendo como mis padres entraban con unas bolsas en la mano.

-Hola – dijo Lauren mirándoles.

Mi madre sonrió y cuando se acercó al sofá y me miró su sonrisa se hizo aún más grande, mi padre se acercó detrás de ella y frunció el ceño pasando su mirada entre Lauren y yo.

-Alexia ponte un pantalón – dijo suspirando y dándose la vuelta.

Abrí mucho los ojos y miré hacia abajo viendo, como había dicho mi padre, que solo llevaba mis bragas de encaje negras, cogí un cojín rápidamente y me lo puse en mi regazo mordiéndome el labio.

Miré a Lauren, el cual sonreía y le di con el cojín en la cabeza atrayendo su mirada mientras todavía sonreía.

-¿Por qué coño no me lo has dicho? – dije enfadada.

-No me molestaba –dijo encogiéndose de hombros mientras pasaba su lengua por su labio inferior.

Puntos diferentes [COMPLETA]Where stories live. Discover now