Te gusta.

297 11 0
                                    

Pov Anna

La sonrisa de mi cara no se me había quitado en todo el fin de semana. No se me había borrado ni siquiera por que hoy era de nuevo lunes.
¡Por Dios! ¿Y como se me iba a borrar si fue el momento más feliz de mi vida?

Lo admito, tenía miedo, tenía miedo de que no le gustara o otra cosa parecida.

Y tenía miedo de que se diera cuenta que lo hice un poco para ayudarlo.

Pensé que se iba a reír en mi cara pero no fue así.
¡Y el beso! ¡El jodido beso de despedida! ¡Fue increíble!

Me levanté de mi cama y me dirigí hacia el baño para darme una ducha rápida.
Después de que estuve aseada me cambié y baje para desayunar.
Mi padre se encontraba tomando un café y mi madre leyendo unos papeles.

- Buenos días, princesa. - me acerqué a mi padre y le di un beso en la mejilla -¿como amaneciste?

- Bien, papá. - le sonreí - Buenos  días, mamá. - me acerqué y la abrace.

- Hola, cariño. - me sonrió -¿por que tan feliz?

- No lo sé. - mentí - simplemente se me apetecía andar de buen humor.

¿Que esperaban que les dijera? “mamá, papá estoy hací de feliz por que bese al chico que me gusta y fue increíble, ya, que lo hice también un poco por que esta un poco mal de la cabeza, pero, lo que importa es lo primero, ¿no?”

Por supuesto que no. Mi mamá me castigaría y mi padre me metería a un convento de monjas, y los dos pensarían que soy una mala persona.

Y obviamente yo no quiero eso.
Empecé a desayunar y Eliot bajo las escaleras con cara de pocos amigos.

- ¿Que pasa, cariño? - mi mamá preguntó.

- Nada, es sólo que no dormí bien. - bufo.

- ¿Se puede saber por qué no dormiste bien? - mi papá quito la vista de su teléfono.

- Por que una cucaracha estaba en mi baño. - se sentó a un lado de mi - y tenía miedo de que se metiera a mi cuarto.

- ¿Por que no nos llamaste? - mi mamá le sirvió su desayuno y le dio un beso en la frente.

- Porque no me hicieron caso, ni si quiera Anna. - me apuntó con la cabeza.

Solte una carcajada y el me fulminó con la mirada.

- Ya vale, lo siento. - reí.

- Nos hubieras despertado. - mi papá lo miro.

- Bueno, su puerta estaba cerrada y Anna no despertó por más que la llamé. - tomo de su yogur.

- ¿Ya esta muerta? - pregunté.

- Si.

- Entonces ya no tienes de que quejarte. - le sonreí.

Acabe mi desayuno y me fui a lavar los dientes.

- ¡Anna! ¡Apurate! - Eliot gritó desde el piso de abajo

- ¡Ya voy! - le respondí tomando mi mochila del suelo.

Bajé las escaleras y mi hermano me miró impaciente.
Nos subimos a su auto y condujo hasta el Instituto.

- Estoy tan triste. - Eliot habló.

- ¿Porque? - lo miré.

- Falta poco para que entre a la universidad. - me miró - y falta poco para que tu pases a último año de instituto.

¿Serás Mía? Where stories live. Discover now