-Nos dejaron solas –Comentó Raven con una leve sonrisa mientras entrelazaba sus dedos con los de la morena, Clarke asintió con la cabeza mientras se colocaba al lado de Lexa, ambas hermanas se miraron y sonrieron.

-Ella es Ontari, nuestra entrenadora –Comenzó presentando Lexa.- Ellas son Raven y Clarke

-¡Oh! Las famosas Raven y Clarke –Ambas chicas miraron sorprendidas a sus parejas, y luego volvieron a posar su vista en la castaña que tenían frente a ellas.- Han hablado demasiado de ustedes –Comentó Ontari con una leve sonrisa.- Por cierto, siento lo del golpe del otro día. –Aquella última frase la dijo observando a Lexa quien sonrió y asintió con la cabeza.- Nos vemos –Dijo antes de irse hacia una de las mesas.

-¿Celos? –Preguntó con una leve sonrisa Octavia, mientras pasaba sus manos por la cintura de Raven y la atraía hacia sí, la castaña negó con la cabeza y luego depositó un beso en los labios de la morena.

-Sabes cómo terminan nuestros momentos de celos –Susurró contra el oído de su novia, sin que ni Lexa ni Clarke escuchara aquello. Octavia asintió con la cabeza mientras se mordía le labio inferior.- Vamos –Octavia tomó los dos tragos que había pedido y junto a Raven regresaron con el resto de los chicos.

-¿Qué golpe? –Preguntó Clarke en cuanto las dos se quedaron solas. Lexa la miró con una leve sonrisa, sabía que la rubia estaba esquivando la pregunta que su hermana había hecho segundos antes.

-Ayer recibí un golpe, pero estoy bien –Se apresuró a decir la castaña, intentando que Clarke no se preocupara, pero no lo consiguió ya que ésta se cruzó de brazos mirando fijamente a los ojos verdes.- De verdad –Dijo Lexa mientras pasaba sus brazos por la cintura de la rubia.- Más tarde puedo demostrártelo –Susurró contra su oído, haciendo que Clarke también la abrazara mientras sonreía. Lexa depositó un corto beso en los labios de la rubia, y juntas regresaron hacia donde se encontraban sus amigos.


Clarke se levantó al mediodía, Lexa dormía a su lado, a pesar de que la castaña le había dicho que le demostraría que estaba bien, ninguna de las dos intentó nada, después de todo habían llegado tan cansadas de bailar que cayeron rendidas sobre la cama. La rubia ahora se encontraba en la cocina, preparando un poco de café cuando sintió que unos brazos rodeaban su cintura, y unos labios besaban su cuello, una sonrisa se dibujó en su rostro.

-¿Por qué te levantas? –Susurró contra el oído de Clarke, quien se giró para observarla con una sonrisa.- Detesto cuando lo haces –Dijo mientras volvía a unir sus labios al cuello de la rubia, quien se inclinó un poco para que Lexa tuviera más comodidad. Clarke pasó sus manos por la espalda de Lexa, subiendo y bajando sus manos, acariciándola a su paso.- Volvemos a la cama –Susurró contra el cuello de la rubia.

-Mmm –Clarke cerró los ojos.- ¿Café? –Preguntó con una sonrisa, Lexa besaba el cuello, la mandíbula y en más de una ocasión atrapaba con sus labios el lóbulo de su oreja.- Lexa –Dijo en forma de gemido. La aludida no hizo caso, por lo que continuó besando a la rubia, Lexa dio un paso hacia la rubia, haciendo que la cintura de ella chocara con la encimera, metió sus manos bajo la remera de Clarke, y comenzó a acariciar su abdomen.

-Te dije que te demostraría que estoy bien –Susurró contra el oído de Clarke, quien se mordió el labio inferior al sentir que Lexa bajaba su mano introduciéndola dentro de su ropa interior. Lexa llegó a la entrepierna de Clarke, y con sus dedos comenzó a acariciar el clítoris de la rubia, quien llevó su cabeza hacia atrás dejando salir un gemido.

Lexa se inclinó un poco alejándose de Clarke, para ver el rostro de la rubia, quien tenía los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás, sonrió y luego mordió su labio inferior. En ningún momento dejó de acariciar el clítoris de la rubia, quien se aferró con fuerza a la espalda de la castaña, Lexa comenzó a sentir la humedad de Clarke, y poco a poco fue introduciendo dos dedos dentro de ella, la rubia separó las piernas para darle un mejor acceso. Clarke abrió la boca, dejando salir gemidos mientras una de sus manos la llevó hacia el borde de la encimera, aferrándose con más fuerza, haciendo que sus nudillos se tornaran blancos. Lexa acercó sus labios a los de Clarke, y con la punta de su lengua los acarició para luego unirlos, introdujo su lengua en el mismo momento en que comenzaba con el vaivén con sus dedos, Clarke correspondió el beso, sus gemidos eran ahogados por la boca de la castaña.

Cábala (AU Clexa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora