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daryl dixon
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Hoy es probablemente tu último día en Alexandría. Sospechas que Michonne no te permitirá regresar tras haber traicionado su confianza, así que no insistes en intentar que cambie de opinión aunque realmente deseabas no alejarte de Negan. Y tu cabeza es un completo lío, pero no tienes el tiempo suficiente como para detenerte a pensar en una solución para eso, prefieres apresurarte en guardar tus pertenencias en aquel viejo bolso que llevabas contigo desde el comienzo de todo y así te marcharías por tu cuenta, sin que Daryl fuese quien te escoltara hasta Hilltop.
Una vez que has empacado todo, bajas los escalones agarrándote de la barandilla mientras la ira palpita sin parar en todo tu cuerpo y el torbellino en tu interior es tanto que no recuerdas contra quién ¿Contra Michonne que se estaba comportando como una madre autoritaria? ¿Contra Negan por ser el de la idea de utilizar los walkie talkies? ¿Contra Daryl por aparecer después de años frente a ti? No. No podías siquiera razonar un poco y dios, estabas culpando a todo el mundo por algo en lo que seguramente la única culpable has sido tú, como siempre suele ser en ese tipo de situaciones.
—¿Partimos ya? —te tomó un instante asimilar que Daryl estaba parado en la mitad de tu jardín y que además, él verdaderamente estaba dispuesto a escoltarte hasta Hilltop tal como Michonne le había pedido —. Digo, si necesitas más tiempo, lo comprendo, pero es mucho más seguro partir justo ahora.
¡Que desagradable es su voz! Piensas, mientras lo ignoras y te encaminas a tu garaje. Allí está la motocicleta que habías hallado destruida junto a una rivera hace ya un tiempo. Ahora funcionando perfectamente gracias a esos libros de mecánica que leíste en casa de Eugene y los conocimientos que Dave y el propio Dixon te entregaron alguna vez.
—¿Es tuya? —él te había seguido y le daba vagos vistazos a la motocicleta en un intento de inspeccionarla.
Tú simplemente asientes con un movimiento de cabeza en modo de respuesta.
—Pensé que iríamos en la mía —dice Daryl, un poco confundido al observar como te subes a la que tenías en el garaje. Si bien no quieres mirarlo y mucho menos dirigirle la palabra, su poca capacidad para entender las cosas te hace desear gritarle en su cara que tu intención es ir sola hasta Hilltop en tu motocicleta, pero no lohaces. En su lugar enciendes el motor y sales de allí sin prestarle importancia a las tediosas quejas de Daryl por dejarlo allí tirado.
De camino a la salida de la comunidad, observas como las hojas de varios árboles que habían por allí se agitan al ritmo del viento. Tu cabello a su vez revolotea acompañado de aquella inocente brisa mientras tú permaneces indiferente a tus propios pensamientos. Extiendes una de tus manos hacía el cielo al ver a Siddiq haciendo guardia en la entrada, pero él no abre las puertas y te ves obligada a detenerte.
