El ejercito de Dumbledore

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Quinta Parte: Sangre

Capítulo 26:El ejército de Dumbledore


Gennovive corría por los sombríos jardines de la villa Romanov, algo la perseguía... no sabía exactamente que era pero estaba tan desesperada por llegar al lago que parecía una cuestión de vida o de muerte. Sentía los arboles arañar sus brazos y las raíces entorpecer su camino al punto de hacerla caer una y otra vez... el aire le faltaba y justo cuando la orilla del lago estuvo al frente de ella...

Despertó.

Jadeaba buscando aire y soporté mientras se decía a sí misma que había sido solo una pesadilla, su cuerpo bañado en sudor la sofocaba, la habitación estaba en penumbras, aún no había amanecido... hacía tres días que se había fugado a Londres para hacerse aquella prueba de embarazo, no sabía cómo decírselo a Severus... él había estado tan ocupado con todo que no quería agregar un peso más a su espalda.

Sin embargo sabía que debía hacerlo.

Las náuseas se vieron presentes, con cuidado de no despertarle se fue al baño a dejar allí la cena de anoche, angustiada supo que ya no podría ocultarlo más, la hora había llegado.

Al regresar a la habitación se sobresaltó al ver a Severus sentado en la esquina de la cama, su cabello revuelto y vistiendo tan solo unos bóxer negros lo hacían ver casi celestial, Genn sonrió nerviosa.

—Estoy embarazada—soltó sin preámbulos, pero Severus no se asombró.... Ya lo sabía.

—Lo sé—dijo de forma calmada mientras ella se acercaba confundida hasta quedar frente a frente.

— ¿Estas bien? —preguntó.

— ¿Estas bien tú? —preguntó de vuelta.

—Sí—respondió Genn aunque no fuese del todo verdad... ella no estaba bien, pero Severus no tenía por qué saberlo.

—Entonces yo también lo estoy—gruño posicionando sus manos en las caderas de Genn antes de jalarla y sentarla sobre sus piernas.

— ¿Estás listo? —susurró ella envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

—Siempre—respondió Severus antes de sellar su conversación con un beso hambriento y lleno de sentimientos encontrados... lleno de miedo, porqué eso era: Miedo de perderse en el camino.

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No necesito decírselo a Daniel, él ya había visto a través de ella... pero a quien si necesito informárselo –aunque no quisiera- fue a su madre.

Querida madre...

Te escribo para informarte las buenas nuevas: Estoy embarazada.

Espero que tú y todos los demás estés bien, espero que seas tan feliz cómo yo con esta noticia.

Tú hija.

Gennovive Snape.

Y eso fue todo, envió su lechuza a Rusia esperando respuestas, lechuza que sería interceptada por mortifagos en el camino... lechuza que vería el mismísimo Lord Voldemort antes de que su madre.

Así eran las cosas en este pequeño mundo oscuro.

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La Mujer de Severus Snape #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora