CAPÍTULO 39

2.4K 92 6
                                    

"NARRA MARÍA"

Todo es tan fácil ahora.

Con Jesús a mi lado todo se ve diferente.

El reloj suena anunciando que son las Díez de la noche.

Solo faltan diez minutos para que Jesús pase por mi.

Estoy nerviosa, muy nerviosa, demasiado nerviosa.

Después de escuchar las palabras de Jesús: "Esta noche la vamos a pasar juntos, y voy a demostrarte que te amo más que nunca. Y no sólo van a ser con palabras sino también con hechos. Soy hombre y tengo que reconocer que mi cuerpo te echa de menos."

Mis mejillas de colorearon al escucharlo hablar. Siempre tan directo.

Sé perfectamente lo que significan esas palabras y estoy más que dispuesta hacerlas realidad.

Y también me muero de ganas de estar con él en ese sentido.

Me toco el pelo para poder notar si estoy presentable y suelto un suspiro de alivio al ver que así es.

El timbre suena anunciando que Jesús ha llegado y tiemblo más que nunca. El tiene ese efecto en mí y nunca nadie podrá cambiarlo.

J: buenas noches señor, vengo a por su hija

Se nota tenso , pues mi padre es un hombre grande e intimida bastante.

L: por supuesto Jesús, solo te pido que la vigiles por qué como le pase algo voy a reventarte , me escuchas chaval?

Puedo escuchar como traga sonoramente después de las palabras de mi padre.

Y: ya deja de asustarlo papá

J: guau, vaya que tengo una novia guapa

Sonrío sin poder evitarlo aunque daría lo que fuera por poder ver su rostro en este momento.

Solo un segundo. Y marcarlo para siempre en mi memoria.

Siento su mano agarrar la mía suavemente y entrelazar nuestros dedos. Una vez que lo ha echo sube nuestras manos unidas hasta su boca y deja un beso en él torso de esta.

J: estas preciosa nena

Esta vez deja un beso en la comisura de mis labios y sé que no me besa por la presencia de mi padre.

Y: desearía poder decir lo mismo pero no puedo observarte

Cada palabra se va apagando poco a poco hasta acabar siendo un miserable susurro.

Jesús lo nota y rápidamente levanta mi rostro hasta que noto su nariz rozar la mía.

J: no necesito que me digas que estoy guapo para saber que me amas, lo sabes verdad?

No contesto, no por qué no sepa la respuesta, sino por qué su fragancia ha inundado mi respiración y soy incapaz de reaccionar.

J: lo sabes verdad nena?

Vuelve a insistir y esta vez si respondo.

Y: lo sé

Pongo mis manos obre las suyas en mi rostro y noto su aliento cada vez más cerca hasta encajar sus labios con los míos.

POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora