CAPÍTULO 17

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MARÍA

Esta semana ha sido la mejor de mi vida. Nunca había pensado que algo así podría pasarme a mí.

Jesús es increíble conmigo, se porta como el novio que todas desearían tener. Pero que desde luego no van a tener por que es mío.

Ahora mismo estoy en la universidad , acabando la ultima hora , y Jesús estará esperándome en la puerta. Tengo tantas ganas de verlo, y eso que ayer estuvimos todo el día juntos.

Pero es inevitable sentir que ya lo echo de menos. Supongo que en todas las relaciones, al inicio suele ser así.

Al tocar el timbre recojo mis cosas con todas mis ganas y salgo lo más rápido que puedo teniendo en mi cara una sonrisa.

Al salir a la calle , lo primero que veo es a Jesús apoyado en su moto fumando un cigarrillo y con su famosa chaqueta de cuero.

No pude evitar que un suspiro salga de lo mas profundo de mi ser.

Verlo ahí parado, esperando por mi, viendo como todas las chicas lo miraban pero él solo tiene ojos para mi. Me estaba mirando fijamente , haciéndome sentir importante, única y absolutamente querida.

Nunca había experimentado esto. Siempre era yo la que daba más y no recibía nada a cambio.

Como con Cody por ejemplo.

Y que ahora todo sea recíproco, es absolutamente genial.

Al dar unos pasos hacia él, automáticamente tiró el cigarro al suelo , soltó el último humo que quedaba en su boca y pisó lo que quedaba de cigarrillo. Al momento me dedicó una de sus sonrisas , de esas especiales y que simplemente a mi me daba.

Cuando estuve a pocos metros de su cuerpo, abrió los brazos y corrí la poca distancia que había entre nosotros y me tire sin pensarlo dos veces a sus musculosos brazos para poder esconderme entre ellos.

Noté como su pecho vibraba a causa de la risa, y eso aún era mucho mejor.

Y: te estas riendo de mi Jesús Oviedo?

El soltó una fuerte carcajada que provocó que mi sonrisa creciera a un más, si eso era posible.

Jesús apretó sus brazos a mi alrededor.

J: no muñeca yo nunca me reiría de ti y lo sabes, yo me río contigo , nunca de ti nena.

Y: lo se nene

Dije enfatizando en la palabra nene. Sabía que causaba en él. Y estoy segura que él sabía lo que provocaba en mi la palabra "nena".

Bajó su rostro hacia mi y me dejó ver que en el suyo había una hermosa sonrisa.

J: nene...mm... Te juro que no sabes lo que me pone esa palabra.

Rodé los ojos divertida. Desde luego que éste chico no cambiará nunca y la verdad es que espero que nunca lo haga.

Hay cosas que cada uno tiene, y eso es lo que hace que todos seamos especiales.

Y: y ahí está el Jesús Oviedo guarro...

J: venga ya muñeca si sabes que este Jesús te encanta eee

Con su nariz rozó mi mejilla y ese gestó me pareció el más bonito del universo. Cómo podía ser tan dulce y a la vez tan guarro? Este chico es único.

J: te invito a comer, que te parece?

No tenía ni que pensarlo. Encantada me iría a pasar tiempo con él.

Y: me parece perfecto

Con la sonrisa en su rostro me pasó uno de sus cascos.

Me subí tras él en la moto y arrancamos hacia un bar que a decir verdad no era para nada el estilo de Jesús. Se podría decir que era todo lo contrario.

Bajamos de la moto y metió sus cascos debajo del asiento. Pasó su musculoso brazo por sobre mi hombro y así caminamos hacia una de las mesas de una esquina del restaurante juvenil en el que estábamos.

Decidimos sentarnos uno frente al otro mientras mirábamos la carta. A la hora de pedir un chico de aproximadamente nuestra edad se acercó a nuestra mesa. Era alto, moreno, de ojos verdes y una sonrisa compradora que a decir verdad era bonita, pero cuando estas enamorada no tienes ojos para nadie mas.

X: que desean?

Los ojos del chicos no se despegaban de mi y a decir verdad ya me estaba poniendo nerviosa. Me estaba incomodando.

No me gusta llamar la atención. Nunca me ha gustado. Y nunca me gustará.

No se cuantas veces lo he dicho ya. Pero es en serio.

No me gusta.

Y: yo quiero.. Una Coca-Cola, y unas patatas por favor

X: como desees.

Me guiñó un ojo y ahí ya empecé a temblar por su vida. Y deseaba que Jesús no lo hubiese visto o ahí ardería Troya.

Y: y un vaso con hielo por favor

X: Por supuesto que si reina

Intentaba darme una sonrisa seductora pero a mi me daba todo el efecto contrario.

Jesús tenía su vista fija en él y des de luego que sabía que no iba a quedarse callado.

Si no, no sería él.

J: yo quiero una cerveza. O si.. Y que quites tus asquerosos ojos de mi chica por que sino juro que te los arrancaré con mis propias manos. Y como se te ocurra volver acercarte o tan siquiera mirarla me encargaré de que te arrepientas.

Lo dijo tan serio que de verdad me pensé que lo haría y que lo decía en serio.

X: y..yo..lo..lo siento, no sabía.. digo... yo..

El chico estaba nervioso, pero era normal, Jesús imponía, era un chico que de verdad daba miedo.

J: espero no tener que volver a decírtelo, por qué no será de esta forma. Será de otra forma que no quieres probar.

Esa parte de Jesús me gustaba. Me encantaba que sea celoso. Definitivamente me encantaba. Era su forma de hacerme ver que sentía cosas por mi.

Quizás para otras parejas eso no sea sano. Pero mientras él me respeto no le veré nada de malo a sus celos.

Antes de que el chico se fuera, me levante de mi sitio y me senté en sus piernas y entonces lo besé. Lo besé con todas mis ganas. Lo besé como solo con el soy capaz de hacer, demostrándole que el es mi único chico.

POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora