CAPÍTULO 35

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MARÍA

Está sorprendido, es incapaz de reaccionar, y eso me hace saber que realmente es Jesús. En caso de que no lo fuera simplemente me corregiría. Y he escuchado su voz, esa voz que amo y que siempre me tranquiliza.

Se ha estado burlando de mí todo este tiempo? Porque duele ese simple pensamiento la verdad. Yo nunca sería capaz de hacerle algo así, no a alguien que amo con todo mi corazón.

Qué quería? Aprovecharse de una chica ciega? Reírse a sus espaldas? O más bien en su cara, total no puedo verlo no?

Desearía poder volver a ver para fijarme en su rostro y saber que siente en este momento. Jesús siempre ha sido un chico muy expresivo que con solo mirarlo a la cara ya sabes como se siente.

Y: ahora no dices nada?

Sigue callado y eso sólo me pone más nerviosa. Siempre he odiado los silencios incómodos y este es uno de ellos. Sé que está esperando a que diga algo, lo conozco.

Y: Jesús sé la verdad, deja de fingir!

Me estaba cabreando, necesitaba una explicación, y la necesitaba ya. Si no me la daba puede estar seguro que esta sería la última conversación que tendríamos en la vida. No quiero mentirosos a mi alrededor.

J: yo... No sé qué decir

Estaba sin palabras y dejarlo así era difícil. Siempre ha sido fácil comunicarnos y que le cueste hablar me pone nerviosa.

Y: cómo has podido hacerme esto?

Mi voz sonaba débil, me había engañado. Tanto tiempo echándolo de menos y él estaba cerca de mi, a solo unos centímetros. Burlándose de mi dolor, de mis sentimientos.

El no es Pedro, le conté todos mis secretos y el solo siguió fingiendo ser otro. Ha sabido todos mis miedos y aún así no ha abierto la boca en todo este tiempo.

J: muñeca yo solo quería que te dieras cuenta de que tu ceguera no es un impedimento para lo nuestro

Sentí el tacto de su mano en la mía, pero al momento la aparté. En este momento no quería sentirlo cerca. Estaba dolida, no podía evitar en sentimiento. Me sentía traicionada

Y: cómo puedes fingir tan bien?

Una risa irónica sale de mi garganta. Cuanto tiempo hubiera guardado la mentira de no ser por Xènia? No quiero ni pensarlo.

Y: primero finges ser alguien que no eres y ahora dices que mi ceguera no importa? Cuando dejarás de mentir eee? Sería hora de que empezaras hacerlo.

Lo he dejado sin palabras y eso que ni siquiera puedo verlo cuando me encantaría. Esto herida, siento un nudo en mi garganta y otro en mi estómago.

J: lo único que he echo es demostrarte día tras día que podemos seguir juntos, que simplemente tienes que confiar en mí.

Un suspiro sale del fondo de mi alma porque ahora me tranquilizo tras su declaración. No quería hacerme daño, pero aún así lo ha echo.

Y: y eso cómo se hace cuando no puedes ver el rostro de la gente? Como se hace cuando no puedes ver el peligro a tu alrededor? Ni los sentimientos reflejados en la cara de los demás, se me hace imposible confiar en alguien que no sea yo misma.

Roza su mano lentamente con la mía y me la coge suavemente hasta ponerla suavemente sobre su pecho, justo encima de su corazón.

Lo siento latir rápido, como si acabara de correr un maratón de muchos quilómetros y estuviera agitado y el mío aumenta hasta ir de acuerdo con el suyo.

POLOS OPUESTOS-Jesús Oviedo {ACABADA} EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora