Capítulo 009 "No voy a llorar"

24 2 0
                                    

Es la segunda vez que me despierto solo en una cama desde aquel día. Y digo "aquel día" como si fuera un tiempo lejano, no hace tan solo dos días. El tiempo ha pasado lento. Lo último que hice ayer fue hablar con Scott. Patrick también vino a verme, pero solo le interesaba saber si estaba dispuesto a ir hoy a esa maldita firma. Dije que sí. Como si tuviera opción. Al mirarme en el espejo del baño hago una mueca. Menudos pelos. Menudas ojeras. Es como si el caos de mi interior se reflejase en mi físico. Espero que una buena ducha se lleve todo.

Mentiría si dijera que estoy bien con el grupo. El único con el que hablo es Scott, y aunque sé que también se calló el gran secreto; lo hizo por menos tiempo. Y fue el único al que oí defenderme. Quizás tampoco se merezca que le hable. Quizás es que no quiero estar solo. Suspiro aliviado cuando consigo llegar a su habitación sin encontrarme con Aaron, Jared o Johanna por los pasillos. La puerta está abierta. Scott es capaz de no haberla cerrado por la noche. Cuando entro, el cuarto está a oscuras.

-¿En serio, Scott? -sonrío un poco. Más que un batería  hemos contratado una marmota. Busco a tientas la ventana, y levanto las persianas. En seguida puedo escuchar sus quejas en un idioma que no es humano.- ¿Qué? Anda, levanta y vístete. Tenemos la firma.

-Ya voy.... firma...-balbucea.

Sonrío y me acerco a la cama. No sé qué hará Scott por las noches, pero la almohada está en el suelo, y las sábanas son un lío entre su cuerpo. En la mesa de noche está su móvil, su cartera y una foto. La cojo. En ella sale una chica morena abrazando a Scott, dándole un beso en la mejilla. ¿Novia, amiga o hermana? En el reverso de la foto pone "Te quiero". Alzo una ceja. Hay bastantes cosas que no sé de él. Dejo la foto. 

-Oye Scott en el autobús no hace falta decir que necesito que te sientes conmigo, y mejor nos ponemos lejos de... ¿Scott? 

Se ha vuelto a dormir. Suspiro y le quito las sábanas, dejándolo expuesto al frío. 

-¡Lucas! -se queja, despertándose.-¿Me quieres matar de frío? -se levanta riendo y coge de nuevo las sábanas, se las pone sobre los hombros y va al armario en busca de ropa.

-Despertarte no es mi trabajo y ya lo he hecho varias veces. 

-Si fuera tu trabajo te despediría, eres brusco.

Scott consigue hacerme reír. Es extraño notar una sonrisa en mi rostro.  Cuando se quita la camiseta veo claramente un tatuaje en la espalda. Es un uróboro. Una serpiente mordiéndose la cola a sí misma.  Sé que el origen es griego, o egipcio, y que tiene algo que ver con la alquimia. Vale, no tengo ni idea de uróboros. El de Scott es bonito, simple, formando un círculo perfecto. Me acerco para verlo mejor.

-¿Y eso? no me habías dicho que tenías un tatuaje.

-No soy de esas personas que dicen que tiene un tatuaje para que me pidan verlo y yo pueda levantarme la camiseta. -ríe.- ¿Tú tienes alguno?

-No. -respondo.- Me gustan los tatuajes, pero no para mí. Además no sabría qué demonios hacerme. -alzó la mano y toco la piel tatuada de Scott. Éste se tensa de repente. Retiro la mano.- Lo siento. -murmuro confundido por su reacción. 

-No, no. -se pone una camisa y ríe.- Ha sido un escalofrío, al final vas a conseguir que caiga enfermo. 

-No tendré esa suerte. 

La firma es en un centro comercial que está tan solo a quince minutos de nuestro hotel. Supongo que serán quince minutos para aquellas personas que no tienen que compartir autobús con su exnovia, la cuál le ha puesto los cuernos. Cuando bajamos del autobús cojo una gran bocanada de aire. Me había estado ahogando allí dentro. Scott me había estado contando durante el trayecto cómo el tatuaje apenas le había dolido; y explicándome en qué zonas del cuerpo duele más o menos. Todo eso no había servido para olvidar que tenía a Johanna a unos pocos asientos.

A lack of reasonWhere stories live. Discover now