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Penúltimo capítulo

¡No te pierdas el gran final!

Intenté que recapacitara y que siguiera con la medicación pero él se negó. No quería escucharme y quería vivir todo el tiempo que le quedaba conmigo. A la mañana siguiente del día que le habían dado el alta me transladé a su casa. Era una casa muy acogedora y muy al estilo de Patrick. Sin pensarlo dos veces llamé a mi trabajo y comunique mi despido, necesitaba quedarme con Patrick, lo quería y no podía negarme. Expliqué el motivo y fueron un tanto comprensibles pero como imaginaba no se mostraron muy simpáticos. Deje mi piso a cargo de una buena amiga, y me dedique a vivir al lado de Patrick.

Pasaron los meses y cada día tratamos de pasarlo siempre juntos, sin importar nada solo él y yo. De repente un día de tantos Patrick se acercó a mi, dio un beso a mi mano y se arrodillo dejando una pierna alzada.

-Sé que es muy precipitado, pero dadas las circunstancias me tomo la libertad de pedirte que te cases conmigo.- dijo abriendo un pequeño estuche de terciopelo.

-¿Qué? ¿Cuándo has ido a comprarlo? No nos hemos separado ni un momento.

-Ya lo tenía. Hace mucho que lo compré. ¿Y bien?

-Sí ¡claro que si!

-Ahora dime porque has dicho que sí.

-Porque te amo, y siempre te he amado, creo que jamas lo he dejado de hacer, incluso cuando pensé que me fuiste infiel, creí haber dejado de hacerlo, pero cuando supe la verdad te juro que los sentimientos volvieron y cuando me llamaron diciendo que habías tenido un accidente, el corazón se paró intentando dejar de latir, pensando que podía perderte. Pensé que alejándome de ti podíamos volver a rehacer nuestras vidas. Pero me equivoque. No quiero que creas que no te quiero porque no es así, te amo y siempre te amaré-dije con la voz entrecortada- Quiero ser tu mujer, quiero ser tu esposa y amarte por siempre, durante toda mi vida.

-Aunque ya lo sabía, necesitaba oírlo.-Dijo poniéndose de pie.- Quiero que me prometas una cosa-asentí- Cuando me muera quiero que busques a Bruce y que intentes rehacer tu vida con él.

-¿Qué? No puedes hacer que te prometa eso.

-Tienes que hacerlo, se que en el fondo de tu corazón escondes sentimientos hacia Bruce, no te digo que al día siguiente de que yo muera vayas a buscarlo, pero no quiero que estés sola.

-Sabes que a veces es mejor estarlo.

-Cuando estés preparada buscalo, prometemelo.

Negando con la cabeza intentando no llorar.-Esta bien, pero una vez que esté preparada lo buscaré.

Después de unos cuantos días los padres de Patrick se presentaron en nuestra casa, preparados para asistir a la boda. Sin darme cuenta todo estaba ya listo para unir mi vida a la de Patrick.

Con un vestido sencillo blanco de encaje, con los tirantes por los hombros y un cinturón estilizando mi cintura, de piedras y encaje gris. El jardín de la parte de atrás estaba listo, el altar estaba decorado con un arco cuadrado de flores y telas suaves blancas. En medio había una alfombra roja y alrededor nuestros familiares y amigos más cercanos. Me acercaba de la mano de mi padre despacio y con los nervios a flor de piel. En el altar veía al hombre de mis sueños, al que iba a amar durante toda mi vida. El tramo fue interminable, no veía la hora de salir corriendo para llegar pronto y estar a su lado.

-Bueno ahora proseguiremos con los votos.

-Yo Mabel Jones me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo. Estaré siempre a tu lado amandote, protegiéndote y acompañándote en todo momento. Por muy malos momentos que hayamos tenido se que nuestro amor siempre perdurará y que pase lo que pase jamás te olvidaré. Este amor quedara entre tu y yo, y en mi pecho guardaré siempre nuestros recuerdos. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.-Dije con la voz entrecortada.

-Yo Patrick Wells me entrego a ti este día, para compartir mi vida contigo. Te amaré siempre y confiaré en ti ciegamente, estaré a tu lado hasta que llegue mi hora, pero no por eso dejaré de amarte. Desde donde esté seguiré protegiéndote. Nunca olvides que mi vida ha estado siempre ligada a la tuya. Desde que te conocí supe que ibas a ser la mujer de mis sueños, con la que he compartido gran parte de mi camino y con la que quiero compartir hasta que el destino quiera. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad.- Dijo sin dejar de mirarme, mientras una lágrima recorría su mejilla.

Después de la ceremonia Patrick empeoró un poco, los dolores de cabeza aumentaron y el médico aumentó la dosis para que no sienta dolor.

Me levanté de la cama y fui al baño vi un caja sellada de tampax. Mi mente se pusó a contar los días. Llevaba tres semanas de retraso. Un brillo se dibujó en mi rostro. Fui corriendo a un espejo y levante la camiseta acariciándome la barriga.

-Buenos días preciosa.

-¿Qué? - Negué con la cabeza, intentando reaccionar.- Buenos días ¿Cómo estás?

-¿Qué ocurre Mabel?

-¿Qué? ¿A mi? Nada, estoy bien.

-Nos conocemos muy bien, dime que pasa.- Dijo

-Patrick... Tengo un retraso.

-¿Enserio? - Dijo con un brillo en sus ojos.

-Sí, pero solo es un retraso, aún no se si realmente estoy...

-No perdamos el tiempo, vamos a la clínica para que te hagan la prueba.

-Espera, estoy en pijama -dije con una sonrisa.

-¿Qué importa eso? Hay un 50% de probabilidad de que vaya a ser ¡¡papá!!  


¡¡Buenas!! ¡El gran final ya esta a la vuelta de la esquina! ¡no te lo pierdas!

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¡Gracias por leerme!

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