Capittulo 17

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[Ashely]

Me escapé de la casa de Harry a las seis de la mañana siguiente, mientras dormía. Su mamá no se había despertado tampoco, así que pensé que era el mejor momento para mi fuga. Mi mamá no se levantaría hasta dentro de una hora más o menos, y definitivamente no quería que me viera así. Me gustaría asearme y certificar lo mal que me veía.

Cuando me había despertado, nuestros cuerpos estaban atrapados uno con el otro.

Mi vestido elevado hasta que mi pierna descansaba sobre su muslo, y Harry me tenía ceñida a su pecho con su brazo alrededor de mí. La luz del sol que se filtraba por las persianas había iluminado su piel bronceada, dándole un aspecto dorado, y me fijé en la pacífica fisonomía por un momento antes de mala gana dejarlo.

Una vez que estaba dentro de mi casa, de inmediato subí al baño y me encerré en él. Mi cabeza daba vueltas con los pensamientos de Harry y lo inocente que se veía durmiendo. No me atreví a despertarlo, así que garabateé una nota rápida agradeciéndole por lo de anoche y hacerle saber que había ido a casa.

Me dirigí al lavamanos y abrí el grifo, salpicando mi cara con agua. Entonces me quedé allí, mirando hacia abajo, hasta que finalmente reuní el coraje suficiente para inspeccionarme en el espejo.

No me veía bien, pero podría verme mucho peor. Mis ojos rojos e hinchados y la piel alrededor de ellos estaba inflamada. No sólo eso, sino que el lado izquierdo de mi cara donde Adrian me había abofeteado estaba un poco abultada también.

Había también una magulladura desagradable en el lado izquierdo de mi cara junto con un rasguño que se había secado durante la noche.

¿Cómo diablos iba a explicarle esto a mamá?

Cautelosamente toqué el lado hinchado de mi cara y me estremecí cada vez que sentía una punzada de dolor. Gracias a Dios que era sábado y tenía el resto del fin de semana para sanar, pero no podía evitar a mamá. Me veía lo suficiente mal para que mamá me hiciera preguntas al respecto.

Cuando sonó el teléfono, casi salté fuera de mi piel. El nombre de Harry apareció en la pantalla y de inmediato contesté.

―¿Dónde estás? ¿Estás bien? ―preguntó Harry, antes de que pudiera incluso saludar.

Su preocupación hizo que las esquinas de mi boca volvieran hacia arriba en una media sonrisa.

―Estoy en casa. Te dejé una nota en tu mesita de noche. ¿No la viste?

―Espera. ―La cama crujió y se oyó un crujido, probablemente Harry recogiendo el papel―. Sí, lo veo ahora. Cuando me desperté, lo único que noté fue que te habías ido, nada más.

―Oh. ―Sus palabras hicieron que mis mejillas ardieran, y lamentaba haberlo dejado. No había nada que me hiciera sentir más segura que acurrucarme a su lado―. Tengo un problema, Harry. Mi cara está tan gorda como un pez globo.

Harry se rió en el otro extremo.

―Ven a la ventana.

―Está bien, espera. ―Con una mirada decepcionada de mi reflejo, abrí la puerta del cuarto de baño tan silenciosamente como pude y me fui de puntillas por el pasillo hasta mi habitación.

Cerré la puerta con llave antes de caminar hacia la ventana. Incluso desde esta distancia podía ver los moretones oscuros en el rostro de Harry. Había tumbado de culo a Adrian, pero antes de caer logró lanzarle un par de golpes. Inmediatamente, me sentí mal que Harry se hubiera herido por mi culpa.

Mis ojos se desviaron y no pude dejar de admirar a Harry en toda su gloria sin camisa. No era la última vez que me preguntaría cómo había conseguido un cuerpo así.

Pretend With MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora