Capítulo 11

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-Despierta pedazo de mierda- espetó Alison.
El hombre despertó con trabajo e intentó moverse, pero Kris lo había amarrado en el suelo.
-¿Por que estas aquí?- se acercó Kris de manera desafiante con la flecha ha en la mano.
El hombre se rio dejando ver que la patada de Kris le había roto unos dientes y le provocó una hemorragia.
-Contesta- Kris lo golpeó con la flecha en el rostro y el gimió de dolor.
-El que nos metió aquí nos quiere a todos muertos dulzura- dijo el hombre aun con su sonrisa sarcástica.
-¿Por que lo dices?- preguntó Troy.
-No voy a hablar- dijo el hombre.
Kris suspiró y se secó el sudor.
-Bien. Si no nos dices lo que hiciste para entrar aquí, esta flecha va a romper tu costilla y va a llegar a tu asqueroso corazon- Kris lo amenazó con ferocidad.
-Tu... todos sabemos que de aquí la más linda y dócil eres tú... y tu hermanita.
-No me subestimes- dijo Kris y sin previo aviso le clavó la punta de la flecha entre las dos costillas haciéndolo gritar.
-¿Vas a hablar?- preguntó.
-Jodete maldita puta- dijo el hombre entre gemidos.
Kris giró bruscamente la flecha y hubo un crujido dentro del hombre, que lo hizo gritar aun mas alto.
-En este momento la flecha esta a un centímetro de tu corazón a lo mucho. Habla.
-Esta bien, esta bien, pero sácame eso del pecho, me lo podría clavar por accidente.
-No, no, no, mejor no te muevas y habla rápido.
-Esta bien. Las puertas se abrieron un par de horas después de que salieron ustedes, nunca había pasado eso, pero un megáfono en la pared nos dijo que lucharemos nosotros también por nuestra libertad, que esta era la ultima vez que se haría esta prueba de supervivencia, tal vez el resto ya haya entrado también ahora por favor saca eso de mi- dijo el hombre llorando.
-No lo haré.
-Tu prometiste que...
-Yo no prometí nada, y ahora tu vida es insignificante para mi- dijo Kris y hundió la flecha hasta el fondo muy lentamente y la sacó con gran velocidad.
El hombre se desangró ahí mismo y Kris pareció no sentir nada.
Vamonos, tenemos que avanzar- dijo Kris mientras caminaba a la salida de la habitación en donde había ocurrido el interrogatorio. Caminaron por un pasillo que tenia muchos huecos de ventanas que daban a las grutas en las que había estado Kris.
El camino estaba siendo extrañamente tranquilo, incluso disfrutable, no habían pasado tanto tiempo tranquilos desde que entraron. Pero Kris sabia que en cualquier momento podría pasar algo que los tomara por sorpresa.
-Creo que estamos a punto de subir al tercer nivel, y después viene el último, llevamos buen tiempo- dijo Quentin ensimismado con la idea.
-Bien, solo subamos las escaleras y ya, podremos descansar y continuar al siguiente día- dijo Alison.
Kris no había hablado con ella desde su regreso. A pesar de que sabía que estaba mal, le tenía resentimiento, tal vez era porque a veces la consideraba incluso más valiente que ella misma.
Llegaron a unas escaleras irregulares de piedra. No tenían pared, así que Kris podía observar absolutamente todo hacia abajo.
-Tranquila, pegate a la pared y no mires ¿Okey?- le preguntó Troy sonriendo.
-Okey- contestó y subió las escaleras angostas sin despegar la vista de la pared.
Subió por las escaleras una a una y no quiso mirar ni siquiera si los demás estaban siguiéndola.
-¿En donde indica el radar que estan?- preguntó el hombre dentro de la cabina de acero a su asistente.
-Exactamente, Krishna Priest acaba de pisar el tercer nivel de la sección de piedra- respondió su asistente.
-Perfecto ¿Y el resto?- preguntó de nuevo el hombre.
-Están entrando a las grutas, obedecieron la orden de llegar por la ruta rapida- hablo de nuevo la asistente.
-Bien, quiero que actives el más grande- ordenó el hombre sonriendo.
-¿Cual señor?- pidió saber la asistente.
-Activa al Kraken.
-Iniciando circuito de prueba del Kraken, número de blancos: ochenta y siete- la voz de la asistente fue dulce para el hombre que manejaba las computadoras.
-Hora de descansar- dijo Alison tumbandose recargada a la pared que tenía las ventanas con vista a las grutas- ¿Tienes agua? Muero de sed- agregó.
-Si, toma- Kris le lanzó un termo con agua y Alison tomó pequeños sorbos para no gastar tanta.
Se escuchó el eco de varias voces y pisadas, Kris y todos los demás se asomaron por las ventanas y vieron un grupo grande de personas dentro de las grutas.
-Ya están aqui- dijo Beth nerviosa.
-Abajo, que no nos vean- dijo Troy.
Todos obedecieron la orden y se recargaron bajo las ventanas.
-¿Cuanto crees que tarden en subir hasta aqui- preguntó.
-Se ven demasiado pequenos- dijo Kris-, tal vez tarden una hora en llegar y un par más para escalar.
-Pero deben descansar- añadió Esteban.
-Tal vez, mientras nosotros debemos darnos prisa- dijo Alison.
Un ruido metálico sonó en el fondo de las grutas.
-¿Que es eso? No son ellos- dijo Troy.
Cuando se asomaron pudieron ver un enorme taladro salir del suelo. Se escucharon varios gritos y la gente salía corriendo.
-Vamonos antes de que nos alcance esa cosa también- dijo Kris.
Una especie de tentáculo delgado atravesó la pared y tomó a Alison del pie, ella gritó, el tentáculo la arrastró por el suelo hasta el límite de la pared.
Kris se pegó a la pared paralela a la de las ventanas, no se podía mover, un sinfín de tentáculos. Uno se abalanzó contra ella, tomó una roca y se la lanzó. El tentáculo se cerró y se llevó a la roca.
Troy también fue arrastrado por un tentáculo.
-Lanzale una piedra, solo esta buscando algo que llevarse- gritó con todas sus fuerzas y corrió al final de un pasillo hasta donde la persiguió otro tentáculo que quedó a sólo dos centímetros de si rostro.
Troy le lanzó la piedra al tentáculo y se enroscó al lado contrario de su pierna, dejándolo libre.
Varios tentáculos abrazaron las paredes arrancandolas del suelo como si no pesaran.
-Maggie ¡No!- gritó Troy y la intento sujetar del brazo del brazo. La mujer que estaba al borde del precipicio cayó sin mas hasta que su cuerpo desapareció en la oscuridad de las grutas.
Alison se aferraba a las rocas del suelo para intentar subir o alcanzar una piedra antes de sufrir el mismo destino que Maggie.
Llegó hasta los pies de Jase y el suelo se quebró quedando en rampa hacia el vacío.
-Ayúdame Jason- pidió aterrada.
-No puedo- le contestó Jase que se estaba aferrando como podía a la pared para no caer por la rampa.
-Bien, lo siento- dijo Alison.
-¿Que?- preguntó Jase.
-Perdón por esto.
Lo tomó del pie y tiró de él con fuerza, Jase se soltó de las piedras y resbaló. Alison lo maniobró como si fuera un muñeco y el tentáculo que se aferraba a ella la soltó para agarrarse de la mano de Jase.
A Quentin lo tomó otro de la cintura y lo estrujó hasta hacerlo gritar.
-No- gritó Kris y le pegó con una piedra al tentáculo, el cual pareció averíarse y soltarlo.
-Jase- Gritó Troy mientras veía resbalar a su amigo por el suelo.
Se aventó a la pared que estaba a punto de caerse junto con el suelo y lo tomó de la mano que tenía libre.
-Dios mio- exclamó Quentin, quien corrió a ayudar a su amigo, sus músculos se tensaron y sus venas verdes se marcaron en su piel mientras Jase gritaba de dolor.
-Chicos sueltenme, esta cosa me va a partir en dos.
-No te voy a soltar- dijo Troy entre lágrimas.
-Sueltame hijo de perra, ¡Ahora!
Troy cedió junto con Quentin y ambos vieron caer a su amigo junto con los tentáculos de la criatura, que ahora regresaba a su escondite.
-Prueba del Kraken, media alta, de ochenta y siete blancos ha eliminado a sesenta y seis, dejando al veintiuno por ciento de los blancos principales intactos.
-Tu, maldita puta- dijo Troy dirigiéndose a Alison- tu hiciste que lo mataran-, empuñó la flecha entre sus manos para clavarsela.
-Troy, detente, la necesitamos- dijo Kris interponiendose entre ella y el curso de la flecha de Troy.
-¿Para que la necesitamos? ¿Para que nos traicione?
-Entre más seamos es mejor, recuerdalo siempre- Kris lo calmó.
Se giró hacia ella y sacó su flecha de la bota y se la puso en el cuello.
-Y tu, esta vez te salvé el pellejo, pero si vuelves a hacer algo así con cualquiera de nosotros, ten por seguro que yo voy así ser la que te mate ¿entendiste?- Kris estaba casi gritando del coraje.
Alison asintió sin hacer ni una sola gesticulación de miedo o culpa.
-Perfecto, ahora tenemos que seguir adelante, aun hay un problema al que tenemos que rebazar.
Se pusieron en marcha a pesar de que fuera la hora en que deberían dormir. Sería difícil hacerlo después de la pérdida de Jason y Maggie. Esteban iba cargando a María, ahora no sólo Troy, Maria y Kris estaban heridos, ahora todos lo estaban.
-No puedo más- dijo Beth después de un rato y se tiró al suelo.
-Tenemos que seguir- dijo Kris intentando levantarla.
-Jase esta muerto- gritó Beth.
-Tranquila- Kris la envolvió en sus brazos mientras las lágrimas resbalaban por las mejillas de Beth.
Era tal vez el único amigo de verdad que había hecho en toda su vida, y ahora estaba muerto. El dolor era incomparable, Kris no se imaginó lo que debían sentir tanto Troy como Quentin, que habían estado más tiempo con él.
-Hay que detenernos...- dijo Alison.
-Tu cállate perra...
-Déjame hablar imbecil, si, la cagué, pero sabes que les sirve también lo que yo tenga que decir, y yo digo que hay que revisar nuestras heridas. ¿en cuanto jodido tiempo no has revisado el pie de Maria? ¡Ah!
-Velveme a hablar así y te voy a matar- gritó Troy con furia.
-Eres un maldito egoista- gritó de nuevo Alison.
-Oh, mira quien habla- dijo.
-Basta, ¿no entienden que nos siguen y que hay que estar en silencio?- exclamó Esteban.
-Yo digo que hay que revisar nuestras heridas, a Quentin casi lo estrangula esa cosa.
-Bien... pero en cuanto terminemos tenemos que seguir- dijo Quentin que no había hablado en todo el rato.
Quentin se sentó en una piedra y se levantó el chaleco, su cintura estaba amoratada y habían varios raspones a la altura de sus costillas.
-Eso se ve mal, ¿Te ayudo?- le preguntó Troy.
-No, mientras no me toque no pasa nada- se levantó con trabajo.
-Hey, espera, hay que ponerte una faja o algo, aquí hay tela suficiente- dijo Kris.
-En serio esta bien, si necesito algo yo les aviso ¿Okey?
Se alejó del grupo y se perdió entre unas piedras de más adelante.
-Quería mucho a Quentin- dijo Troy mientras arrancaba un trozo de tela negra y se lo ponía con cuidado a la altura de su espinilla.
-¿Cuantos años tiene Quentin?- Kris preguntó.
-Veinticinco más o menos, era casi como su hijo, o algo por el estilo- contestó Troy.
-No puedo creer que ya ninguno de nosotros pase de los treinta y estemos a punto de morir- dijo con una sonrisa de ironía Kris.
-Nunca te he preguntado que edad tienes- dijo Troy.
-Casi diecinueve ¿Y tu?
-yo también... bueno, tengo diecinueve- sonrió intentando amenizar la conversación pero sus intentos fueron nulos.
-Demonios, ya somos muy pocos y no vamos ni a la mitad del camino- Kris no dejó de preocuparse.
-Lo conseguiremos, te lo prometo- le tomó la mano a Kris. En ese momento se dio cuenta de lo reconfortante que resultaba ese simple gesto.
-Chicos, tomen algo de fruta y duerman un poco... lo necesitamos después de todo esto- dijo Troy.
Quentin seguía oculto y sin poder decir palabra alguna.
Kris tomó una manzana y dejó a su hermana pasar su luto a solas. Mordió la manzana roja hasta acabarsela y dejó a un lado el corazón de la fruta para acostarse en el rígido suelo de piedra.
Despertó después de tal vez un par de horas al escuchar ruidos de piedras moviéndose.
Caminó hasta donde provenía el sonido y vio en el reflejo de la pared del pasillo perpendicular al que estaba que había una luz cálida dentro del pasillo.
Antes de que pudiera girar en esa esquina una mano la tomó de la boca y un brazo la enrolló, ella por instinto quiso liberarse pero después identificó la tela negra anudada en la muñeca de Troy, quien le dio la vuelta lentamente y le hizo una señal de que guardara silencio y que escuchara.
Era impresionante que literalmente no había emitido ni un solo sonido como si fuera un fantasma.
-Sabemos que hay más personas vivas- comentó una mujer.
-Si, lo sabemos y también sabemos que tenemos que matarlos...
-Quentin fue mi compañero, sé que debieron de haber tomado varias cosas del palacio de tierra- dijo otro hombre.
-Eso hace imperativo que los busquemos y los asesinemos ya- exclamó otro hombre y se escuchó una turba de enloquecidos apoyando esa decisión.
-No se diga más, mañana los cazaré.

La Trampa PerfectaWhere stories live. Discover now