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No soy capaz de darme vuelta. Deseo que mi imaginación sea la que me está jugando un loco y extraño juego pero creo que eso es algo medio imposible.

Tomó una bocanada de aire frío, siento la quemazón leve del aire cuando mis pulmones lo reciben y suspiro eliminando toda la intranquilidad, o quizás nerviosismo, que se encuentra en mi sistema. Me enderezo en mi lugar, aun de espaldas a él. No quiero moven un mosculo, o si quiero, será que mi cerebro se ha encargado de dejarme sola cuando mas lo necesito.

- ¿Adeline, eres tú? - su voz es idéntica a la de él.

Sé que es él, sé que esta detras mio y también sé que quiero huir como una rata a la alcantarilla donde vivo. Quiero huir pero mis piernas se han firmado en la tierra donde descansa el cuerpo, o los restos, de mi padre.

Justo mis manos y las llevo hacia mi boca para soplar un poco de aire caliente y descongelarlas. Las miro, se ven peor que antes. Están temblorosas, pálidas e congeladas, mis uñas no son lo que quisiera ver; estan cortas, desaliñadas e sucias, cierro mis manos y parpadeo varias.

Una acción errónea es la que mis piernas hacen, me doy vuelta y lo veo. Mi mirada recorre lentamente la punta de sus zapatillas hasta sus ojos, donde los mios deciden quedarse por unos segundos que se me hacen eternos. Lleva puestos unos jeans tan comunes como los míos, junto a una camisa abotonada blanca y un saco largo hasta sus muslos tan azul como el mio, su cabello esta tan desorganizado que como lo había visto por primera vez.

Trago dificilmente el nudo que crece lentamente en mi garganta ocupando toda la cavidad.

Temo estirar uno de mis brazos y darme cuenta de que es un espejismo, visión o alguna de esas cosa rara que solo aparecen en libros y/o películas. Etoys segura de que él es lo bastante real como para que mi cerebro lo imagine.

- ¿Qué haces aquí? - su pregunta me golpea lo suficiente como para caer en la realidad nuevamente. Levantó la mirada hacia él.

- Lo mismo le preguntó - frunzo el ceño lentamente al ver sus labios entreabiertos - ¿Me esta siguiendo? - Lo admito, suena idiota. Creer que un hombre como él me está siguiendo es demasiado incoherente. No sucedería en millones de años.

- ¿Qué? No, vine a... Bueno, tu debes saber - un suspiro sale de entre sus labios. Su mirada viaja mas allá donde me encuentro parada y deseo darme vuelta pero no lo hago - ¿Tu abuelo? - levanto la mirada hacia él y niego con la cabeza.

- Mi padre - tragó mi angustia y siento que cae como una bolsa de piedras sobre mi estómago produciendo que me sienta mal, moribunda. Muerta, en pocas palabras.

Quiero gritarle al mundo entero, quiero caer de rodillas y no levantarme mas. Estoy cansada de todo, siento un remolino de emociones dentro de mi cuerpo que no desean ser controladas. Y aún estoy aquí, parada pintando una leve sonrisa en mis labios todos los dias. Muchos dirían que soy una luchadora de la vida y muchos otros dirían que estoy loca, que debería dejar a mi madre y que debería a hacer lo que yo quisiera pero no puedo. Y no es porque soy menor de edad, tampoco es porque tenga miedo, el miedo es lo que menos existe en mi mundo, he visto todo lo que a un niño puede llegarle a darle miedo. Es solo por lastima, una dolorosa, traicionera y maldita lastima que siento al ver a mi madre.

- Lo lamento -  Dice. Aprieto los labios fuertemente al sentir el tono de sus palabras, tan seco, insensible y hostil.

- No lo lamente, no sirve hacerlo - digo colocando mis manos en los bolsillos del saco que llevo puesto - . Ahora, si me disculpa, debo irme. - No, no quiero irme así sin embargo es lo mejor que puedo hacer.

Sr. Tomlinson (sin corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora