Capítulo 5: Día de San Valentín

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El día de San Valentín... lo aborresco. Y no, no soy un "grinch" ni nada parecido. Es que todos los años, desde que tengo memoria, siempre paso aquel día sin una pareja estable; alguien que me lleve de la mano y me regale flores o algún dulce, que me diga que soy todo lo que él buscaba y demás cosas que hacen los enamorados. Igual y por eso ya perdí el interés en un día "tan especial".

🌈

Desde hacía un tiempo que Spot se había rendido con todo el asunto del yoga, y es que era fundamental un espacio relajante y silencioso, pero ni siquiera su habitación, que debería de ser ese lugar especial, se salvaba del agotador escandalo de jóvenes universitarios.

Le hubiese gustado practicar mientras Matt no estuviera, pero sus horarios de clases eran tan similares que se lo impedía.

El rubio se rehusó a ver la televisión, a pesar de que Roger hubiera estado enviándole mensajes desde temprano para que salieran, y como no, siendo viernes y 14 de febrero, ya se pensaba muy bien los planes que éste tenía para ellos aquel día.

Y como si la misma fiebre le hubiera pegado a todos los hombres, Matt llegó a la habitación más que feliz y extasiado acarreando un par de regordetas bolsas de plástico llenas de cosas que Spot no logró distinguir a primera instancia. Matt mantenía una sonrisa que era como estar viendo a una monja llevarse un churro de marihuana a la boca. Exacto, muy extraño.

—¿Qué son esas cosas? —Inquirió Spot asomandose desde su posición para determinar que había en el interior de aquellas bolsas.

—Hoy es 14/02 amigo.

—Creeme, lo sé. Roger ha estado insistiendo todo el día con salir, seguro quiere ir al cine a ver una película que nadie más está interesado en ver. Es decir ¿has ido a ese lugar?, no entra nadie, ni el aire, a pesar de que es gratuito. Los gustos cinematográficos de Roger son extraños.

—Si, si, ahora no tengo tiempo —Matt tomó la guitarra de su estuche y comenzó a tocarla.

La cancioncita que hacía, la repetía cientos de veces; cada vez, agregándole unas tonadas más y con ello, anotaba en una pequeña libreta las notas musicales de la canción.

—¿Qué estas haciendo?

—Estaba en clase cuando de pronto se me ocurrió que para la cena de esta noche, también puedo dedicarle una canción a Melissa.

—Espera, ¿Melissa y tú están saliendo de nuevo?, ¿Desde cuando?, hace semanas que me dijiste que te había pedido tiempo.

—Lo sé, pero me la topé en la cafetería a la hora del almuerzo y la invite a cenar aquí al departamento, ¡Dijo que sí!

—Pues... me alegro por ti...

El castaño continuó con su actividad de autoria, se le notaba bastante inspirado además de emocionado. A Spot no hacía más que alegrarle que su amigo estuviera así de feliz que casi no cabía dentro de sí.

A la vez, se puso a pensar el por qué él no se sentía de aquella manera, es uno de los días más agradables del año, y el mismo lo dijo, "debía amar mientras fuera joven"; pero la cosa era que no tenía a quien amar. Todos los catorce de febrero eran iguales: se reunía con un grupo de amigos solterones al igual que él y se dedicaban a lanzar chocolates desde el techo de su casa a las felices parejas que pasaran.

En una ocasión, se hizo de un novio durante la preparatoria; comenzaron su relación en enero, no quedaba muy lejos el día de San an Valentín y lo tenía entuciasmado. Días antes, salió a comprarle un regalo a su pareja y fue cuando una extraña maldición le hizo encontrarselo en el centro comercial tomado de la mano y muy cariñoso con otro chico.

Gay RoommateWhere stories live. Discover now