•mal día•

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1995. Casa temporal de (TN), 11:00pm.

La chica giró la llave en la cerradura, dejando el pomo dorado libre para poder entrar finalmente a casa. El olor de la cena le llegó a la nariz, haciendo que su estómago rogara por un poco de lo que sea que estuviera en ese sartén. Cuando atravesó el umbral finalmente, dejó su maletín negro en un costado y se retiró la chaqueta, quedando en su camiseta blanca de botones que los abogados solían llevar.

Sorprendentemente, el living estaba limpio por completo, junto a unas cuantas velas aromáticas que se alzaban en varios rincones. Que, por cierto olían bastante bien. Atravesó el camino corto hasta el umbral de la cocina, y lo vió.

Michael había cortado su cabello hasta los hombros apenas unos días antes, ahora sólo llegaba a su nuca. Además era lacio y el brillo de las velas resplandecia en los cabellos tras su cuello. Llevaba una camiseta azul mar de botones sencilla junto a esos negros pantalones que le volvían loca, hacían conjunto los calcetines de diferente color que solía ponerse; amarillo chillón y morado oscuro. Se miraba aún más sexy de lo que ya era.

Además, aquel día fue su turno del ama de casa.

Sin hacer ruido, (TN) atravesó sus brazos en su cintura, abrazándolo por detrás sintiendo su mejilla chocar con su enorme espalda. Las manos de ella toparon en su abdomen con esa camiseta abierta donde debajo llevaba otra, y acarició su estómago dulcemente. Él colocó algunas verduras a su comida para luego voltearse por completo. Frente a frente, la volvía tan loca por esa estatura alta que le hacía sentir pequeña.

—Hola, preciosa —. Saludó, inclinándose un poco para besar su boca de forma breve.

—Hola, lindo cocinero.

Dijo ella divertidamente apretandose a él y alzándose sobre sus puntas para alcanzar sus labios enrojecidos.

—¿Te fue bien en el trabajo? —, preguntó Michael cuando finalmente (TN) se posicionó a un lado de él recargandose en la barra.

—Fue un día tan cansado, pésimo y lleno de trabajos y solicitudes... —, contestó desganada haciendo un pequeño puchero. Su prometido sí que sabía cocinar.

—Oh, no te preocupes. Estarás bien —pronunció él, meneando un poco la espátula en el sartén— yo haré que te sientas mejor, ¿te parece?

Michael había señalado hacia la habitación con un movimiento de cabeza mientras sonreía y su mentón se delineaba. (TN) hizo una pícara sonrisa, ese hombre era todo un seductor. Asintió obediente mientras miraba la comida.

—Ésto estará en un par de minutos, puedes darte un baño si quieres. Además ya alimenté a Spike, no te preocupes.

Aquello fue una sorpresa porque Michael tenía cierto temor hacia los perros. Spike siempre solía correr por el sofá hasta rogarle a él que le acariciara. (TN) siempre estuvo encariñada con ese cachorro de cabellos marrones. Y aunque era algo crecido, le encantaba ponerse en medio de los dos cuando dormían.

Ella asintió, pero no pudo resistirse a pasar su brazo por su cintura y ponerse de puntas para alcanzar su oído.

—Te amo.

Susurró tentativa, en un momento romántico y ansiosa por que él le hiciera sentir mejor. Bajó su mano hasta su voluminoso trasero y le dió una nalgada. Michael comenzó a reírse mientras preparaba un par de platos y le miraba a los ojos fijamente, de esa manera en que le robaba el corazón cada vez que le dirigía sus pupilas oscuras.

(TN) se dirigió a darse ese baño de agua caliente que, pensó tenía bien merecido. Su jefe era siempre el problema, con tantos casos abiertos y papeles encima del escritorio. Cuando menos lo pensó ya se encontraba bajo el agua de la ducha, el coro de gotas hizo que cerrara los ojos y escuchara atentamente la lluvia artificial caer en el suelo de baldosas.

Se sobresaltó un poco con aquel sonido. Primero sonó como un murmullo lejano, pero poco a poco fue entonándose hasta convertirse en una canción. Michael cantaba a lo lejos, en la cocina. Su suave voz inundó sus sentidos, enviando corrientes por su cuerpo expuesto haciéndole temblar.

Había conocido a Michael durante su periodo de universitaria. Siempre estaba allí luciendo como un hombre tímido apasionado por la música de piano clásica. Fue entonces que tuvieron ambos un encuentro repentino en uno de los campus, todo pasó porque a (TN) se le ocurrió decir que tocaba y cantaba bastante bien. Se enamoró con el tiempo de ese chico que entonaba la voz y se presentaba en castings de talentos.

Cuando finalmente terminó de vestirse, se dirigió a la cocina con el pijama en sus muslos y cubriendo su pecho de forma suave. Michael le miró unos instantes para después volver a colocar los platos en la mesa.

—No he visto a Spike —, dijo ella, sentándose frente a él. Los dividía el mantel blanco de encajes negros y ese par de velas de vainilla que activaron por completo sus sentidos, pero al mismo tiempo era como si estuviera ebria.

—Digamos que durmió su siesta en cuanto le dí de comer —. Su intensa mirada le atrapó en un segundo. Bebió un poco de su vaso sin retirar su pupilas de las suyas. No podría controlarse más tarde... en la cama.

—Vale, espero que despierte mañana, ya que... tengo unos asuntos pendientes —, dijo ella agachando la mirada.

—¿Ah sí?, ¿cuáles? —. Michael alzó la ceja izquierda, dándole su atención completa mientras mordía los labios y la salsa de tomates le rozaba la abertura en ellos. Rayos, era una completa trampa para caer en sus brazos.

—Alguien llamado Michael Joe Jackson está ansioso y por eso me provoca a mí —, anunció seductora y se levantó, para caminar hacia él con su dedo índice rozando el mantel.

—Tendrás que atender a ese hombre esta noche, porque me parece que te ama mucho —, susurró Michael, tomando su cintura por ambos lados e invitándola a sentarse, sobre él.

—Probaré eso, ahora —. Murmuró (TN) sentada sobre sus piernas y tomando su nuca por detrás. Acarició su cuello con delicadeza, rozando sus dedos en la piel para que él sintiera esa misma necesidad.

Besó sus labios, paseando su boca entre su mandíbula marcada y la abertura que había entre sus dientes. Eran delicados de un color rojo que ardía como el fuego que le tentaba de manera extraordinaria. Michael se dedicó a pasar sus manos por la espalda de ella, dando masajes con cada uno de sus dedos y apoyando las enormes palmas en su espalda baja. (TN) recorrió el camino hasta su cabello, lo olisqueó un momento al acariciarlo, memorizando cada uno de sus cabellos en su nariz. Bajó por sus oídos para dejar besos húmedos, los cuales daban un camino tentador hacia la pijama. Retiró su chaqueta con lentitud, poniéndola en la mesa mientras intentaba hacer lo mismo con la que llevaba debajo. Pero él se adelantó, levantándose con (TN) en brazos y pegando su espalda a la pared mientras ambos gimoteaban con sus caricias alocadas.

Michael notó que el sujetador no estaba, así que su juego sería mucho más fácil. Escondió su cara entre sus clavículas, justo en el centro de su cuello el cual atacó ferozmente, dejando marcas de sus dientes en él. Ella soltaba jadeos en sus oídos que podrían oírse hasta un decimoquinto piso.

Ése era el mejor remedio para un mal día.

Cuando llegaron a la habitación, ya estaban semidesnudos y sólo llevaban puestas las prendas interiores bajas, porque (TN) no acostumbraba a usar su sujetador para dormir.

Michael le dejó en la cama, sosteniendo aún su cintura y cayendo encima de ella. La chica acarició su espalda desnuda, dando vaivenes de apretones en sus caderas y sus muslos. Él tomó su cabello y lo hizo hacia atrás para que pudiera darle el espacio suficiente para volver a torturar su cuello sensible a su aliento que calentaba sus cuerdas vocales.

Se escuchaban murmullos roncos y gemidos fuertes. Estaban consumidos por el placer que se estaban dando sin haberlo planeado. Ni siquiera sabían si los vecinos estaban escuchando el golpear de la cabecera contra la pared blanca junto a unos gritos menores que se alzaban de su garganta.

Le estaba torturando, haciéndole el amor sobre la ropa. Y eso no podría soportarlo durante mucho tiempo.

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¡Hey!
He vuelto, girls.
Espero que os haya gustado. Es el más largo, al parecer.
Digan de qué año querrán el siguiente e.e si es que quieren más de estos.
Volveré a hacer un Imagina Sad, en cuanto pueda desarrollarlo.
Muchas gracias por leer♡
I love you so much.

•Imaginas de Michael Jackson•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora