-Sólo quiero que me valoren por mi trabajo, y no por ser hija de un socio. –Clarke hablaba preocupada y nerviosa, su amiga lo había notado.

-Todo estará bien. –Raven intentaba calmarla y esperaba que realmente funcionara.

Clarke estaba entrando por la puerta, hacia los despachos, justo en el momento en que la asistente del socio de su padre llegaba a su encuentro. Le avisó que su padre la estaba buscando y que en cuanto llegara debería ir a la sala de reunión. Cuando llegó ante la puerta golpeó con cuidado, escuchó que alguien le daba permiso y entró, cerró la puerta detrás de ella.

-Buenas tardes. –Saludó y esperaba poder disculparse pero la interrumpieron.

-Buenas tardes.- Respondieron dos hombres al unísono. El mayor estaba casi calvo, su cabello blanco había comenzado a caerse, de ojos claros y tez clara, a diferencia del otro hombre, él estaba teniendo un crecimiento en su barriga. El otro hombre, de la misma edad que su padre, tenía el cabello y ojos negros.

-Paul, te presento a Clarke, una de las arquitectas –Presentó el que sería el antiguo socio de su padre.

-Clarke.- Tendió su mano hacía la rubia.

-Señor Blake, es un gusto.-Estrechó la mano de aquel hombre.

-Puedes llamarme Paul, después de todo trabajaremos juntos. –Sonrió Paul sinceramente.

-¿Si?- Lo había dicho en forma de susurro, pero por la sonrisa de los tres hombres allí se dio cuenta que la habían escuchado.

-Mi tío me mantuvo al tanto de la empresa.- Comenzó diciendo el más joven. El Señor Griffin soló miraba a su hija.-Y una de las cosas que me dejó en claro, es que tú te ganaste el puesto por tu trabajo y no por ser hija de Jake. –Al nombrar al hombre Clarke observó a su padre, quien estaba tranquilo con lo que se estaba hablando, haciendo que Clarke sintiera más confianza.- También tengo entendido que estás realizando más de un proyecto.

-Sí, no soy la única.- Respondió Clarke ya más animada. Lo sentía como una entrevista de trabajo.- Pero tenía entendido que es temporal. –Lo cierto era que tener dos proyectos a la vez, aunque sólo había sido por tres semanas, la estaba degastando, y esperaba que pronto contrataran a alguien.

-Estuvimos hablando con tu padre, y a partir del lunes no tendrás que ocuparte más. –Ladeó la cabeza una vez y volvió a hablar.- Aunque quizás tengas que poner al tanto de ese proyecto a quien lo lleve a cabo.

-Claro, no hay problema. –Respondió la rubia con una sonrisa en su rostro. Tendría menos trabajo y volvería a tener tiempo para sus cosas, y para Raven, quien le había dicho en más de una ocasión que estaba trabajando demasiado.

El resto de la reunión fue muy amena, tranquila, entre los tres le comentaron al señor Blake los proyectos que tenían en vigencia, aquellos que estaban por terminar de cerrar el trato y los que estaban por inaugurar. Pero habían acordado que la semana siguiente le mostrarían todo más detallado.

Una vez llegada la tarde, Clarke regresó a su casa, allí se puso su ropa de ejercicio y después de encontrarse con Raven ambas fueron a correr al parque, el cual quedaba sólo a tres calles de la casa de la rubia. Desde hacía unos cuatro años que se ejercitaban juntas, la misma rutina de siempre sólo que cada año aumentaba más. Primero unas series de ejercicios, unas vueltas al parque y terminaban corriendo hacia la casa de Clarke. Si bien ninguna necesitaba hacerlo, era una manera de estar activas y no perder el estado físico.

Dos horas después, Clarke estaba lista para una relajante ducha y prepararse para la fiesta de esa noche. Allí conocería al resto de la familia Blake, y seguramente a nuevos compañeros de trabajo, pues su padre le había informado que los hijos Blake trabajarían en la empresa, por lo que aquello la tenía nerviosa y algo intrigada.

La rubia bajaba por las escaleras justo en el momento en que su madre la llamaba. Clarke llevaba un vestido rojo sin mangas hasta la rodilla, dejaba ver un pequeño escote, y unos zapatos negros, dejándola a la misma altura, una cadena de oro colgaba de su cuello con el dije en forma de "C", se la había regalado su abuela materna el día que se había graduado. Su madre llevaba un vestido negro con mangas cortas, zapatos con un poco de taco haciendo juego, su cartera negra estaba ya en su mano, y unos pendientes plateados del mismo juego que su pulsera y collar. El señor Griffin, quien aparecía detrás de Abigail, llevaba un esmoquin oscuro.

-Cariño, ¿No te parece que ese vestido es un poco escotado? –Jake Griffin siempre había sido muy protector con su hija, y su madre siempre había dicho "pobre de la persona que saliera con ella".

-Déjala.- Se apresuró a decir Abigail con una sonrisa, depositó un beso en la mejilla de su esposo y los tres salieron de la casa rumbo a la fiesta.

El evento se realizaría en uno de los salones de un hotel muy conocido e importante de la ciudad, allí la mayoría de las empresas brindaban los eventos, también se hacían distintas conferencias. Una decoradora de interiores había sido contratada para esa noche, para que se encargue de la decoración y también de la comida. Esa noche, no sólo se despediría a uno de los mayores accionistas de la empresa, sino que también se le daría la bienvenida a un nuevo socio.

-¡Harper! –Clarke se había acercado a una joven de su misma edad, cabello rubio y ojos marrones, llevaba un vestido largo color blanco hasta debajo de la rodilla. La aludida se giró y una sonrisa se dibujó en su rostro al ver que se trataba de su amiga.

-¡Clarke! –La abrazó en cuanto estuvieron una frente a la otra. Eran amigas desde chicas, junto con Raven las tres habían sido inseparables. -¿Cuándo regresaste? –Preguntaba intrigada Clarke.

-Esta mañana. –Y una sonrisa se dibujó en su rostro.- Tengo mucho que contarles.

-Hija. –Clarke no pudo preguntarle nada a su amiga, porque justo en ese momento se acercaba su madre.- Hola Harper. –Saludó a la otra rubia.

-Buenas noches, señora Griffin. –La mirada acusadora de Abigail hizo que la joven sonriera. –Lo siento. –Se apresuró a decir.

-Tu padre te busca.

-Claro. –Ambas mujeres, madre e hija, se dirigieron hacia donde se encontraba el señor Griffin, quien estaba conversando muy animadamente con el señor Blake, a quien Clarke había conocido esa misma mañana.- Ya lo conocí. –Le susurró a su madre, quien no tuvo tiempo de responderle a su hija porque justo en ese momento llegaban frente a los dos hombres.

-Clarke. –Saludó sonriente el señor Blake, mientras le hacía señas a su esposa para que se acercara. Una mujer delgada de la misma estatura que su madre, cabello castaño oscuro y ojos color avellana se acercó con una sonrisa hacia ellos, vestía un elegante vestido de color blanco.- Ella es mi esposa Aurora.

Lastres mujeres se saludaron cordialmente mientras observaban como dos personas se acercaban hacia ellos. Una joven de cabello castaño oscuro y ojos pardos verdosos, vestía un hermoso vestido de color azul, se acercaba junto a un hombre de traje. Él era unos pocos años mayor que ella, mismo color de cabello,la única diferencia que sus ojos eran marrones. Quienes fueron presentados como los hijos de aquella pareja, Octavia y Bellamy Blake eran dos de los hermanos que se integrarían en la empresa junto a su padre. 

Cábala (AU Clexa)Where stories live. Discover now