Resaca

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Ayudé a Daniel con muchos esfuerzos a caminar hasta su auto, lo recargué en la puerta del copiloto, me subí a este buscando alguna botella de agua, con éxito encontré una y unas mentas, perfecto, salí del auto con rapidez y se las tendí, sin articular una palabra tomo el agua con desesperación y luego las mentas, mucho mejor, sin darme cuenta Daniel fue rápido y me quito las llaves en un acto infantil las colocó en sus pantalones, rodé los ojos enfadada.

- Las llaves- apunte su bolsillo

- P...pero no Sa... Sabes man..manejar- su aliento a menta es agradable, es extraño que sus palabras no se escuchen tan ebrias como aparenta estar, si se traba y todo pero habla con la misma voz ronca y rasposa

- Dámelas- el con torpeza sacó sus llaves, lo hice a un lado y abrí la puerta del copiloto dejando que se metiera dentro del auto

Subí al asiento del piloto, rogando al cielo que me acordara de las tres clases que me dio mi padre, encendí el auto y con demasiada sigiles lo saque del aparcamiento, conduje dirigiéndome por las imágenes del hotel o la publicidad, gracias al cielo en menos de cinco minutos llegamos y Daniel ya estaba roncando, tome mi bolso y salí del auto estacionado dejando a Daniel a dentro y sin seguro el auto, me adentré a la recepción encontrándome con una señora de unos cincuenta años, muy simpática

- Hola linda. ¿En qué te puedo ayudar el día de hoy? - sonreí nerviosa

- Hola, me gustaría tomar una habitación- sonrío de oreja a oreja

- Claro, ¿cuantas personas? -

-Somos do...- la campanilla de la puerta principal sonó, dejando ver a Daniel realmente Sexy

- Hermosa, ¿ya está listo?- gracias a dios su voz no suena tan ebria

- Oh ya veo, picarona- la señora soltó una risita coqueta

- Oh no, no, no es lo que piensa- me guiñó el ojo

- Linda esto es casi un motel, no te sientas avergonzada, viene de todo aquí, novios, amantes, esposos, amigos con derechos, novios con ganas de acción pero sin lugar donde darlo así que no te apures querida, pero si quieres tener una noche activa te recomiendo el paquet..- las mejillas me arden de lo roja que están, esto es vergonzoso

- No, está bien así, no es necesario- Daniel está a un costado mío

- Cuénteme más del paquete, sé que lo disfrutaremos- Daniel mordió mi oreja y algo se prendió en mí, la señora rio escandalosamente

- Solo deme una habitación- dije en voz baja tapándome la cara

- Claro, chicos- Por más ebrio que estaba Daniel, logró sacar su cartera y pagar en efectivo

- Aquí está su llave tórtolos, diviértanse- trate de sonreír, pero salió una mueca

Rodé los ojos, jalé a Daniel al elevador, al abrirlo casi a fuerzas metí a este chico, de repente comenzó a reír como un loco

- ¿De qué te ríes? – Acabo de pasar la pena de mi vida

- Si no estuviera tan ebrio, me encantaría estar en una habitación a solas contigo-

-Cállate-

Salimos del elevador y nos dirigimos a la habitación, cerrando la puerta Daniel entro quitándose la camisa dejando a la vista sus abdominales, el me miró con coquetería y se dirigió a mí, me tomo de la cadera y me recargo en una vieja viga de madera.

Mis pies no tocan el piso ya que envuelven la cintura de Daniel, sin previo aviso chocó sus labios con los míos y los comenzó a devorar, no lo detuve le seguí el juego, dejándome llevar por sus ágiles movimientos de labios, es tan buen besador, nos dejamos llevar, sus labios recorren mis labios y mi cuello, mientras sus manos acarician mis piernas, mis manos pasan por sus abdominales y jalan de vez en cuando su cabello. Nos separamos por la falta de aire

- Bien, tú duermes en el sofá-

La habitación es algo grande, es vieja pero cómoda, esta una cama café en medio y a los lados hay sillones grandes color rojo que hacen una combinación divina, la TV está enfrente de la cama y a su lado un refrigerador miniatura.

- Duerme conmigo- reí sarcásticamente

- Ni loca, mira estoy cansada así que no hagas esto más difícil- trate de sonreír

Abrí lo que era el "guarda ropa" tome una toalla blanca con olor a detergente barato, caminé hasta mi bolso, lo tome y me dirigí a la ducha, abrí la puerta y me aseguré de cerrarla con seguro, mi rostro está intacto, el maquillaje no sé corrió y mis labios están un poco despintados, tome un trozo de papel higiénico y le coloque un desmaquillante que tenía en mi bolso, comencé por el rímel y luego las sombras, termine después de cinco minutos.

Abrí la ducha que era una tina hecha de fibra de vidrio color blanco, me senté a esperar que se llenara mientras checo mis redes sociales, algunas fotos en diferentes páginas circulaban, deje el teléfono y comencé a desvestirme, el agua está cálida, me adentré en ella y me relaje un poco, tomé el shampoo de hotel que está en la esquina.

Ya limpia me envolví en una toalla, por desgracia me coloqué la misma ropa que en la noche, eso es muy incómodo.

Salí vestida y Daniel estaba completamente dormido, puedo jurar que se escucha el ronquido saliendo de sus carnosos labios, me reí al verlo así de tranquilo y calmado, hasta parece que no mata ni a una mosca.

Mi celular comenzó a sonar. Número desconocido

-Hola- dije seca

- Kate, lamento lo de esta noche- la voz de Damon se hizo presente

- Oh no te preocupes, yo lamento todo esa escena tan tonta, hablaré con Daniel en cuando este sobrio-

- ¿Cómo está Daniel? - suspire

-Gracias a dios ya está dormido-

- ¿Estas durmiendo con él?, tan rápido caíste- abrí la boca por indignación

- No es tu problema, no he hecho nada con él, pero ese no es un puto asunto tuyo- estoy molesta

- Tranquila linda, solo que...- me molesta

- Nos vemos luego Damon-

- No era para que te enojaras- sonaba preocupado

-Está bien Damon, la verdad es que ya es algo tarde y lo menos que necesito es una conversación así-

-Kate..-

- Adiós Damon, ten linda noche-

Colgué, como se le ocurre decirme eso, de que todo su grupo de amigos son unos mujeriegos, Damon no se libra de estas, la primera vez que lo conocí se aprovechaba de un par de chicas bonitas, por favor quien se cree para decirme eso.

Caminé exhausta a la cómoda cama y me quedé completamente dormida, poco a poco mis ojos se fueron cerrando y el sueño se apoderó de mi cuerpo

Sentí algo húmedo en mis labios, algo carnoso, seguí lo que sea que fuera eso, abrí los ojos con pesadez y me encontré a Daniel besándome, lo aparte de un empujón tan fuerte que provocó que se callara de la cama.

- ¿Qué haces? - articulé avergonzada

- A un así dormida besas de maravilla- me guiñó el ojo, tomé una almohada y se la arrojé juguetona

- Tenemos que irnos a casa ya- fruncí el ceño

- Pero ¿por qué?, ¿qué hora es? - me miró

- Kate, son las dos de la tarde- abrí los ojos como platos

- Mierda, mi madre- volvería hoy

Capítulo Editado Y Corregido*

DangerWhere stories live. Discover now