CAPÍTULO 21

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Después de una semana ya me dejaron salir del hospital, ya era hora, porque llevaba allí un mes y una semana. No veía la hora de llegar a mi cuarto y ponerme al día con las vidas de todos mis amigos. Mi madre se iba a Málaga el viernes, eso significaba que tenía dos días para estar con ella y con mi padre, que no se podían volver más tarde porque tenían que trabajar. Por la mañana hablé con mi hermano y con Thomas y Theo, se alegraron muchísimo de oírme, me contaron que todos los días llamaron al hospital para preguntar por mí, y que incluso una vez se pensaron en sacar los billetes para venir aquí, pero estaban en su último año de universidad y encima era la época de exámenes. Thomas me contó que Theo se quedó dormido con la cabeza encima de los apuntes y mientras estaba dormido babeó y se le mancharon todos los apuntes debido a que la tinta se corrió, cuando oí esa historia no pude evitar reírme, pero no mucho porque me dolía casi todo el cuerpo, ya que era el día siguiente de que me despertara.

- Kate - dijo Nate a mi espalda, mierda me había olvidado por completo de él.

Me dí la vuelta y le dí mi mejor sonrisa - Dime Nate.

- Era por si te apetecía salir esta noche a cenar o algo - me dijo acercándose más.

Me alegró que me lo pidiera, pero no podía salir esa noche porque el médico me había dicho que tenía que estar por lo menos ese día en la casa sin hacer nada.

- Me apetece muchísimo, pero tengo que hacer reposo por lo menos esta noche, pero te puedes venir a mi habitación, estará Ashley. Podemos cenar algo y ver una peli - le dije mirándole directamente a los ojos.

Él simplemente sonrió con esa sonrisa que tanto me gustaba, se acercó mucho a mi cara, y cuando estaba a milímetros de mis labios giró la cara y me dio un beso en la mejilla rozando mis labios, me quedé allí parada hasta que vi que Ash nos miraba divertida. Intenté no sonreír tontamente, pero no pude evitarlo, Nate siempre había sido mi debilidad.

- Me voy a mi hotel, sobre las 8 me paso por tu habitación - me dijo yéndose lentamente.

Asentí aun con la sonrisa tonta en la cara y me giré para ver a Ash a centímetros de mí.

- Mira, te ha besado aquí - me dijo poniéndome un dedo en la comisura del labio.

Me puse colorada y le dí una palmadita en la mano. - Como si no lo supiera - le dije riéndome, no sabía por qué me reía, si era porque Nate por poco me besa, porque había despertado del coma, o porque Ashley acababa de poner una cara muy rara, pero estaba feliz de que al fin estuviera riéndome como lo hacía antes del accidente. Esta semana había sido muy rara, entraban muy frecuentemente los médicos en mi habitación y no nos dejaban ni un solo momento de intimidad ya que les preocupaba que volviera a caer en otro coma porque mis defensas seguían muy bajas y no tenía muchas fuerzas.

Después de despedirme de mi madre - que me pudo haber dado 50000 abrazos y besos, y haberme dicho 100 veces que hoy no saliera de la residencia, y otras 1000 veces que me quería mucho - me fui con mi prima y Ashley al coche de Adam, una vez allí comencé a hacer preguntas a Adam y a Elena cada cual más comprometida, pero me daba igual, eran mi mejor amigo y mi prima, tenía derecho a saber por qué estaban tan juntitos. Al final me dijeron que cuando yo estaba en el hospital se iban muchas veces a comer solos porque Nate y Ashley no se separaban de mí y le tenían que traer la comida y todo - cuando me dijeron eso abracé muy fuerte a Ashley hasta que se quejó de que no podía respirar, pero al instante de que yo la soltara me abrazó ella hasta con más fuerza.

- Bueno, estaremos aquí a las 8 y media para cenar todos juntos, ¿vendrá Nate? - asentí - perfecto, así podremos hablar más y no estará tan aislado de nosotros como lo ha estado en el hospital, no quiero que se sienta incómodo.

Le dí un abrazo a Adam, esa era una de las cosas que más me gustaban de él, no podía aguantar ver a alguien sintiéndose incómodo o mal. Me volví hacia Elena y le di un beso antes de que ella me atrapara en un gran abrazo de oso del que no podía salir.

- Como me vuelvas a hacer algo de esto otra vez te juro que te mato - me dijo abrazándome más fuerte.

- Te prometo que esta será la primera y la última vez.

Le dí un beso en la mejilla y me soltó acercándose al coche y despidiéndose con la mano. - Nos vemos a las 8 y media. Te quiero.

- Y yo - le dije mientras entraba en la residencia.

Dios, no sabía cuánto había echado de menos la residencia hasta que entré en ella. Echaba de menos a la gente andando de un lado para otro sin saber dónde van, o aquellos que esperaban a alguien, simplemente echaba de menos eso. Hasta que dí con la única persona que no había echado de menos y seguramente nunca lo haría.

- ¿Cómo estás? Me tenías muy preocupado...

- No finjas, que sé que ni si quiera has llamado para ver cómo estaba, para ti a partir de ahora es como si me hubiera quedado en el accidente, no quiero que me hables más y ni que me mires - le dije mirándole a los ojos.

Levanté la cabeza y seguí hacia mi habitación con paso firme, Dallas se había quedado sin palabras y no vino detrás de mí, lo cual me tranquilizó más. No sabía de dónde había salido esta Kate, pero descubrí que me gustaba, tenía que ser así más a menudo.

Una vez que entramos en la habitación Ashley me aplaudió alegremente.

- Así se hace, a por él, no se merece ni que respires en su misma dirección - me dijo gritando y alzando el puño como si hubiera ganado a algo y me abrazó. Últimamente la gente le daba por abrazarme.

Pegaron a la puerta y abrí alegremente, unos brazos me atraparon y me abrazaron fuertemente, cuando levanté la cabeza para ver quién era sonreí al ver la cara de Mike.

- Te he echado de menos - me dijo al oído, yo no sabía que hacer exactamente, cuando sabía que le gustaba a un chico me comportaba de una forma más extraña, pero el momento pedía a gritos que le devolviera el abrazo, y eso hice hasta que vi a Dallas acercándose decidido hacia mí. Fui rápida y metí a Mike en la habitación cerrando la puerta antes de que llegase Dallas.

- Abre Kate, vengo a disculparme - me dijo Dallas desde el otro lado de la puerta.

- Por mí como si vienes con mil cofres de oro, te he dicho que no me hables, no quiero verte más la cara, ¿no lo has entendido? - se produjo un silencio y cuando creía que se había ido escuché una voz conocida al otro lado.

- Déjala, ya te ha dicho que no te quiere ver, ¿es que estás sordo? - mierda, era Nate. - ¡Que te vayas! - le gritó seguramente al ver que no se movía ni un centímetro

- ¿Y tú vas a hacer que yo me mueva? - escuche que decía Adam.

Unos segundos después se rió fuertemente hasta que se escuchó un golpe seco y que alguien caía al suelo.
Abrí la puerta corriendo para que no se peleasen pero ya era demasiado tarde, estaban los dos en el suelo pegandose, fui hacia ellos para separarlos pero alguien me cogió por la espalda.

- ¿Estás loca?, te pueden dar a tí - me dijo Mike que estaba detrás mia. Yo los miré preocupada, esto era el caos.

Las casualidades, ¿existen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora