Capítulo 122: Actos y consecuencias

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  ¡Hola a todos! Ya llegué para terminar con el Angst que les dejé XD Bueno, al inicio sufrirán, pero ya después se pasará C: ¡No me odien y disfruten! 

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—¿No crees que te has precipitado mucho con esta chica, Kazuya? —interrogó aquel pelinegro al tiempo que rascaba su cabeza, ignorando el olor de cigarro que su invitado estaba propagando por toda la pequeña sala de su departamento. Prefería mantenerse sentado en uno de los dos sillones que formaban parte de la decoración del lugar.

—Pensé que sería fácil convencerla, pero no fue así. Cada que intentaba decirle un halago ella solamente sacaba otra cosa. Sin olvidar que me dejó claro que tenía pareja —chasqueó la lengua con fastidio. Incluso había apagado su cigarrillo sin más.

—Seguramente estás molesto porque te rechazó —se burló—. Nunca has soportado que una mujer se te resista y menos si crees que puedes conquistarla.

—Si tan sólo hubiera accedido por las buenas las cosas hubieran sido mejor para los dos.

—¿Qué es lo que tienes en mente?

—Divertirme un poco. Independientemente de todo lo que piense sobre ella, es bastante mona y seguramente se verá muy bien sin prenda encima —sonrió ladinamente y con cierta complacencia personal—. Nadie puede objetar nada si ambos estábamos en estado de ebriedad, ¿no es así?

Las palabras de Midorima habían sido ciertas. Aquel estudio fotográfico se encontraba bastante cerca de donde habían estacionado el auto e iniciado con su búsqueda. Razón por la que no dudaron en entrar en aquel modesto hotel, no sin antes tener que dar explicaciones a quien fungía como la dueña. De algo sirvió la buena labia del alemán.

Lo sorprendente no era que a ninguno de los presentes en aquel salón les perturbara o importara que unos completos desconocidos se pasearan por allí; no, lo que realmente dejaba pensando era que había un par de rostros que no ubicaban sin importar por donde registraran. Y eso disparó la alarma entre los cuatro.

No había tiempo que perder, y tampoco estaba permitido estancarse pensando lo que podría haber ocurrido. Lo único que quedaba era actuar cuanto antes y abarcar más terreno.

—Yo revisaré por los alrededores del hotel por si las dudas —se ofreció Marko sin perder más tiempo.

—Me encargaré de revisar todo este sitio una vez más. Incluso iré a preguntar a los que se hospedan por si han visto a alguno de ellos —fue la idea del alemán.

—Iré a las cercanías del hotel por si alguno de los lugareños sabe algo —mencionó Leo antes de salir de allí. Aomine siguió sus pasos, ya que se encargaría de revisar un poco más allá del alcance del danés.

Maldita sea, ¡¿dónde demonios estás, Axelle?! Espero que ese miserable no te ponga una sola mano encima o va lamentarlo profundamente. Juro que lo hará.

Sus ojos se abrieron con lentitud, sintiendo que le hacía falta un poco de luz al lugar y a la vez, experimentando el punzante dolor de cabeza que le martillaba sin compasión alguna. Pero esas molestias eran poca cosa comparado con el malestar generalizado que poseía su cuerpo. Era como si se encontrara viviendo una fuerte gripa de la que aún le quedaban días para salir airosa.

No obstante, el olor a tabaco le trastocó por completo. Hasta donde sabía nadie de los que conocía fumaba y mucho menos lo harían dentro de su habitación. Fue en ese momento en que cayó en cuenta de que algo no estaba bien.

Se levantó como pudo, sintiendo que el mundo le daba vueltas. Aquel mareo era apuradamente soportable y el que estuviera oscuro tampoco le ayudaba mucho. No obstante, debía alcanzar la puerta lo antes posible.

P.D. I Love UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora