Capítulo 113: Todo queda entre hermanos

206 24 2
                                    

  ¡Buenas tardes señoritas! Antes de que el internet me vuelva a abandonar como el día de ayer, mejor actualizo de una buena vez XD No tengo mucho que decir sobre este capítulo, más que las maldades que Kise hace con tal de salirse con la suya, las paga y muy caro. ¡Qué viva el bullying al rubiecito! lol 

*-*-*-*-*

En el momento en que se dio cuenta de que era demasiado tarde para regresar a casa, fue cuando se dio cuenta de que se había dejado llevar por sus impulsos y que resultaría un verdadero acto de cobardía el dar media vuelta y retornar a Nagoya. Así que se tranquilizó, respiró hondamente y miró a sus alrededores.

Quizás hubiera visitado Tokio hace casi dos meses atrás, pero ese lugar era enorme, demasiado ruidoso, vistoso y ajeno a su tranquila prefectura, por lo que indudablemente no sabía hacia dónde dirigirse para llegar al susodicho estudio donde Kise se encontraba filmando el tan deseado dorama.

Empezó a caminar con naturalidad, como si hubiera nacido allí mismo. Y al mismo tiempo buscaba a alguien que pudiera darle indicaciones precisas hacia dónde debía dirigirse.

Si me voy ahora sería muy cobarde de mi parte. Así que ya que ando aquí aprovecharé para distraerme un poco...La semana ha sido un verdadero fastidio...—y es que tras el develamiento de su relación con Kise los medios no dejaban de acosarla y las fastidiosas fanáticas del blondo se tornaron una pesadilla viviente.

Bueno, tras unos veinte minutos de caminata habría de percatarse que estaba extraviada y que el sujeto que le orientó estaba igual de desubicado que ella. Vaya manera de iniciar su sábado.

Suspiró y se centró en pedir más información. No iba a derrumbarse por algo tan simple; además, era una alegría que nadie la reconociera en las calles y por ende, nadie le relacionara con Kise Ryouta. Es que desde que empezó a trabajar en ese dorama su fama se fue por los cielos.

—Disculpe, me gustaría pedirle información sobre el siguiente sitio...—mencionó para aquel alto hombre que estaba frente a ella, esperando a que el semáforo se pusiera en verde.

—...Pero si eres...—la sorpresa se contemplaba en ambos rostros. La ciudad ahora no parecía tan grande cuando te topabas a un viejo conocido.

—Aomine-kun —saludó la joven de inmediato.

—Es raro verte por aquí sin Kise...—mencionó. Aunque sabía que el blondo estaba ahora mismo trabajando.

—Digamos que me dieron curiosidad...sus dotes actorales. Seguramente lo hace fatal y todas lo elogiaban sólo por ser medio atractivo...—jamás en esta vida iba a admitir abiertamente las cosas buenas que ese hombre poseía.

—Pues el estudio en donde trabaja no está demasiado lejos de aquí. Aunque debes abordar un autobús para acercarte a la zona.

—¿En serio?¿Podrías decirme cuál tomar? Pedí indicaciones pero la persona parecía igual de pérdida que yo.

—No hay problema. Igualmente me dirijo hacia esa parada —habló.

—Ya veo. Gracias de antemano —ambos cruzaron la calle con tranquilidad, intentando no ser aplastados por la masa humana de personas que iban y venían; tanta humanidad podía ser tedioso para Aoi.

Lo interesante de la parada no era que estuviera repleta en su mayoría por estudiantes de secundaria, sino más bien el par de anuncios que estaban en los laterales, promocionando lo que indudablemente sería uno de los shows más ansiados de la televisión.

—Pero si es...—susurraba Kimura observando con mucha determinación el anuncio. Hablando de su novio, allí estaba, luciendo perfectamente inmaculado, con un aire de misterio y cierto distanciamiento hacia el mundo, pero igualmente viéndose atractivo—....Ryouta...—lo único que arruinaba esa imagen era quien estaba su lado, parada espalda contra espalda y con esa mirada de enamorada pérdida.

P.D. I Love UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora