Capítulo 17

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—¿Por qué tarda tanto en el baño? —murmura Candice jugando con un mechón de su pelo al darse cuenta de que Adela no contesta el celular, no deja de mover su pie izquierdo imaginando que algo malo le está sucediendo.

Por otra parte, en la habitación poco iluminada Adela retrocede sin dejar de besarlo sus piernas chocan con el mueble alargado y cae de bruces. Teniendo la respiración entrecortada yace encima de la suave superficie por ese instante él admira a la mujer.

A pesar de que no era una belleza de esas de revistas, su encanto para él va más allá de eso. La luz que se infiltra por el ventanal cautiva sus cabellos que se derraman por el respaldo del mueble. Era solo un beso, pero sus mejillas adoptan un tono rosáceo, mientras que sus grandes ojos verdes se nublan por la excitación.

Derek extiende la mano hasta su pequeño rostro que era casi tapado con esta. Sus dedos le acarician la piel hasta descender a sus labios entreabiertos y presionarlos hasta poder ver esa lengua húmeda y rosada.

Tiene las pupilas dilatadas y se acerca una vez más hasta que sus labios pueden rozarse, su amplia mano fue a parar en el delgado cuello. La toma por la nuca besándola una vez más, esta vez tan lento que ella reprime un jadeo en tanto él afianza su agarre.

Su otra mano disponible hace un atrevido recorrido por debajo de la blusa haciendo que ella arquee la espalda en el momento exacto que esa mano entra por debajo del brasier sintiendo el tacto de la carne suave y lo erecto del pezon. El tiemble persistente del celular de Adela lo hace despertar de la ensoñación y se detiene de inmediato apartándose de ella.

—Dios mío... —se jala del pelo y le da la espalda al darse cuenta del bulto entre sus piernas.

—Dime la verdad, ya te conocía... por favor dímelo.

Ese susurro hace a Derek sonreír de una bella manera. Adela se levanta del mueble acomodándose la blusa. La vista de Adela agitada bajo él fue lo que descontroló su corazón.

Como pasa el tiempo...

La mujer que en el pasado corría asustada de él, hace unos segundos jadeaba entre sus brazos compartiendo un apasionado beso.

Las persistentes llamadas hacen no les de tiempo hablar de lo que acaba de suceder.

«Te veré en la salida en cinco minutos» le responde a Candice que ya le había enviado más de quince mensajes.

El rostro se le tiñe de rojo al tocarse el pecho que el hombre le agarró. Lo vee y este ahí recibe una llamada telefónica. Lo observa fijamente desvía la mirada por un breve segundo, pero se encuentra con una pequeña foto en la pared sobre una serpiente.

Frunce el ceño y ahí de forma repentina algo recuerda.

Una adolescente chillaba asustada, mientras observaba a una serpiente de gran tamaño acercarse a ella que, sin escapatoria, se ve obligada a trepar un árbol.

—¡Ayuda!

Un hombre joven la mira sin dejar de comerse un helado.

—¡Oye idiota, sálvame! —sus gritos resonaban por toda la finca, aun así, el joven no se movió, por el contrario, parecía divertido.

—Es inofensiva, además entre víboras se entienden.

Adela con la boca abierta mira a su acompañante exclamando ante el recuerdo.

—¡La serpiente en la finca! Ya recordé ese día ¿por eso no me querías hablar de lo que sucedió antes?

Derek hablando por el celular hace una breve pausa viendo a esa mujer sobresaltada quien lo mira con gran indignación escondiendo que usaría eso como excusa para salir de la habitación.

La ruta de escape, no funciona. +21Where stories live. Discover now