Y allí estaba nuevamente el individuo ese de Batian. Joder. ¿Que no se cansaba de molestar tanto? Mierda. Que se vaya. Joder. Joder. Joder. Joder.
Él se acerca a mí con su sonrisa de conquistador para nada conquistador y me ve con ojos de deseo. Estoy a punto de darle un puñetazo.
Lexie, debes calmarte y atender a los clientes como lo que son, clientes, no sacos para golpear cada vez que quieras. Me repito una y otra vez. Joder, que idiota es.
Me muevo de un lado a otro por el café tratando de ignorarlo, pero me sigue.
- Buen día, Traigame un café de clase y una Magdalena con algo de sabor, si se puede.
- Claro que se va a poder, cuando usted espere su turno. Aquí hay clientes de hace más de treinta minutos esperando y creo que seria maleducado de mi parte atenderlo a usted por su cara bonita.
- ¿Sólo la cara? - pregunta frunciendo el ceño.
- Sólo espere su turno. Sino, llamo a Alice, que viene enseguida. Pero supongo que quiere que lo atienda yo para molestarme, y si lo va a hacer, me va a deber cincuenta dólares por perder tiempo valioso que no voy a poderrecuperar.
- No sé crea tan importante. -gruñó él.
-No lo haría si usted no me diera razones para hacerlo. Seguro que hay miles de cafeterías mejores que ésta y usted sólo viene a esta por mí ¿o me equivoco?
- ¿Donde quedó su humildad? -pregunta con ironía.
- Junto con la suya. Ahora, con permiso.
- Tiene cinco minutos para atenderme
- Sino ¿qué? -le desafío.
No dice absolutamentenada, por lo que lo ignoro y me voy de allí para atender a otros. Joder.
Diez minutos después, no veo a Bastian, supongo que se habrá ido. Mejor, tengo que preparar algunas cosas para salir e irme a casa.
- ¿Me estabas buscando? - me sobresalto cuando escucho una voz detrás de mí. Joder.
- ¿Qué quieres? -pregunto con dureza.
- Oh, quiero muchas cosas. Pero dudo que tu quieras complacerme. -dice con diversión.
Lo miro, enarco una ceja y me doy la vuelta. Que se jo... Siento una mano tomar de mi brazo bruscamente. Maldicion.
- ¿Donde crees que vas?