Capítulo 26: "Lazos" (Parte 2)

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—¡Genial! —exclamé y Blaine se acercó.

—Si bien te faltan algunas cosas por aprender todavía, no puedo hacerte perder tanto tiempo. Aquí tienes mi medalla.

Me entregó una fantástica medalla que simbolizaba que había alcanzado ya la sexta. Me faltaban dos.

—Veo que todavía necesitas una medalla más, además de la del líder Green. —se escuchó una voz femenina detrás del laboratorio del profesor Oak.

¡¿Green era un líder de gimnasio?!

Y en efecto, apareció el anciano junto a una chica de unos veintitantos años de edad que portaba un kimono de colores amarillos, rojos y verdes. Y su cabello corto y oscuro lo tenía tomado por un cintillo rojo.

—Ella es Erika y te ayudará a entrenar a Growlithe. —dijo Oak.

Asentí y lo saqué a luchar. Estaba lista para cualquier desafío y debía derrotarla a toda costa.

—Growlithe, Flame Wheel! —exclamé y un gran espiral de fuego fue directo a atacar al Weepinbell de Erika, el cual resultó derrotado.

Ella usó a muchos Pokémon tipo hierba para atacarme, por lo que me era muy fácil ganar debido a la notoria debilidad del tipo hierba contra el tipo fuego.

Bastaron unos ataques para acabar con Vileplume, el último Pokémon de la chica y ella sonrió, entregándome su medalla: la Rainbow Badge.

—Querida Grey. —sonrió—. Por favor, derrota al Team Rocket por nosotros, los líderes de gimnasio de Kanto.

Asentí y sonreí. Iba a hacerme cargo de esos malditos de alguna manera.

—Has demostrado ser digna de esas medallas. Ve, que Green debe estar esperando para entregarte la Earth Badge.

Asentí y Silver se me acercó para entregarme una piedra.

—Grey, esta es la Firestone. —comenzó a hablar—. Dásela a Growlithe, a ver qué pasa.

Mi peludo amigo se encontraba a mi lado y le entregué la piedra, para que una luz lo envolviera por completo y evolucionara.

—Es Arcanine. —dije maravillada.

Lo dejé en su Pokéball y Silver sacó a Honchkrow, me subí en él y nos fuimos volando.

El camino nuevamente fue silencioso. El pequeño acontecimiento que vivimos hace unas horas fue algo catastrófico y sumamente inesperado. Silver miraba el cielo y yo... Yo tenía muchas dudas en la cabeza. ¿Qué era lo que quería decirme antes de llegar a Cinnabar?

Sus cabellos largos y rojizos se movían al ritmo del viento y sus ojos grises veían melancólicamente el horizonte, por donde el sol se estaba empezando a esconder. Su perfil era muy parecido al mío y sus ojos también. Claro, la diferencia estaba en nuestro porte y color de cabello, y claro, nuestro sexo.

—Grey.

Me sorprendió su tono de preocupación.

—¿Pasa algo?

—Lo que te iba a decir antes... Bueno, yo... —hizo una pausa—. Tengo una teoría que tiene que ver con nuestro parecido.

Este tema realmente me interesaba.

—Creo... Creo que somos hermanos.

...

Espera, ¡¿Qué había dicho?!

Estaba perpleja, mi respiración la sentía agitda. Era la primera vez que yo sentía algo así. ¿Tengo un hermano?

Y mi banco de memoria comenzó a funcionar, haciéndome recordar algo particular que me ocurrió cuando tenía 10 años de edad.

FLASHBACK

Corría por los alrededores de mi pueblo, jugando y correteando con el Haunter de mi madre, que huía de mí mientras yo trataba de ponerle una cinta de color celeste en su cabeza. Mi madre nos miraba divertida, sentada en un banco cuidando a un pequeño Gastly que le habían encargado.

De un momento a otro ella no se encontraba en su asiento, pues la habían llamado por teléfono. La curiosidad me hizo querer saber de lo que hablaba.

—¡¿Así que me llamas solo para decirme que el medio hermano de NUESTRA hija está de viaje por Johto?! —bufó y frunció el seño.

No escuché nada de la otra línea, sin embargo esa oración se quedó en mi cabeza hasta ahora.

FIN DEL FLASHBACK

—Ahora que lo dices, no suena tan descabellado como debería.

Él me miró, atónito por mi reacción. Hasta yo hubiese esperado que me diera un infarto justo en ese momento.

—Verás. —continué—. Mi madre habló por teléfono hace cinco años con alguien y dijo algo como "¿solo me llamas para decirme que el medio hermano de nuestra hija está de viaje por Johto?" Recuerdo esas palabras a la perfección.

Él me miró y suspiró.

—Mi viaje lo empecé hace cinco años.

Todo calzaba.

Silver y yo teníamos algo en común.

Ambos teníamos el mismo padre.

Pokémon I: El inicio de una aventura inolvidableWo Geschichten leben. Entdecke jetzt