18."No puedo..." ✓

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—¡Vamos Kate!—grita mi madre desde el salón—¡Métete ya en la ducha! ¡En una hora tenemos que ir a casa de los abuelos!

Me levanto de la cama sin ánimos y voy al baño a ducharme. Son las 7 menos 10 y a las 8 tenemos que estar donde mis abuelos... Que pereza de día.

Me meto en la ducha y cuando salgo me hago un moño casi perfecto con el pelo mojado. Me seco el cuerpo y me pongo la ropa interior. A continuación me pongo unas medias color carne y elijo que vestido ponerme. Me decido por un vestido que sólo me he puesto en una ocasión... Es un vestido corto de color celeste (me llega a la altura de las rodillas), tiene pequeños reflejos blancos y es muy fino. Va sujeto a un hombro, el otro está descubierto. Antes de ponérmelo vuelvo al baño y seco mi pelo aun con el moño hecho, así conseguiré que quede un rizo natural. Cuando está bien seco me quito el moño dejando que mi pelo ondulado caiga sobre mis hombros. Voy a la habitación y me termino de vestir. Miro la hora, puff ya son las 8 menos veinte... Me maquillo muy poco, doy solo algo de color a mis mejillas y me pongo raya azul. Finalmente me pinto los labios y me pongo mis cuñas blancas. Me miro al espejo y estoy orgullosa del resultado, hacía tiempo que no me veía tan guapa, aunque bueno, en parte es gracias al corrector ya que tenía unas ojeras terribles por haber estado llorando...

—¡Mamá, ya estoy lista! ¡En 5 minutos bajo!—grito desde mi habitación. Ella responde con un "vale" y fin de la conversación.

Pienso si coger un bolso o simplemente llevar el móvil en la mano y pedirle a mi madre que me lo guarde de vez en cuando... Me decido por la segunda opción... Cómo ya estoy lista, bajo las escaleras para reunirme en el salón con mi madre y mi hermana.

—Wow hija, estás preciosa... Y pensar que el año pasado tuve que maquillarte y elegir tu ropa... ¿Dónde quedaron esos días? Te has convertido en toda una mujer...

—Gracias mamá...—hago una pausa—¿y Zoey?

—Aquiiii estoooy—grita bajando las escaleras.

—Estas monísimaaa, me encantaaas—grito ilusionada.

Mi hermana lleva un vestido rosa clarito que le llega por encima de las rodillas, al igual que el mío. Tiene el pelo recogido en dos trenzas bajas que finalmente se unen formando un lazo.

—Graciass, tu también.

Miro a mi madre y reviso su vestimenta. Va de negro... ¿No se supone que en Navidad la gente debe ir vestida con colores alegres? Al menos eso pienso yo.

—¿Por qué vas de negro mamá?

—Por nada hija, ¿no te gusta el vestido?

—Sí pero no sé... es como triste... El vestido no, el color.

—Bueno... si quieres me pondré algún complemento colorido para no ir tan "triste".

—Sí, mejor.

Se va a su habitación y pocos minutos después regresa con el mismo vestido aunque parece otro porque le ha añadido un broche, y un cinturón rojo bastante llamativo. Además se ha cambiado los pendientes, ahora son dos aros negros. Joder, madre mía lo que hacen 3 complementos de nada...

Le digo que así está muchísimo más guapa, mi hermana le dice lo mismo y añade que es una madre sexy... JURO HABER VISTO COMO SU CARA SE VOLVÍA ROJA. MI MADRE NUNCA SE SONROJA... HA SIDO GRACIOSÍSIMO. Además ni siquiera sabíamos que mi hermana sabía el significado de esa palabra.

Cuando cerramos la puerta de casa el teléfono suena y entro rápido para atender la llamada, Zoey y mi madre esperan fuera.

¿Sí?

Joder Kate... por fin consigo hablar contigo... Te he llamado casi 20 veces al móvil y te he dejado como 30 mensajes... ¿Por qué no contestabas?

1. No he mirado el móvil y 2. No quería, ni quiero, hablar contigo.

Mierda Kate, ¿no me digas que has creído lo que ha dicho?

¿Qué se supone que no debo creer?

Lo que te haya dicho, es mentira.

Ni siquiera sabes lo que me ha dicho.

Es cierto, pero sé que es mentira y también sé que será algo muy fuerte como para que no contestes mis llamadas.

¿Y TÚ? ¿TÚ POR QUÉ NO CONTESTASTE LAS MÍAS?

No he tenido el móvil muy a mano, lo siento.

Claro, seguro sería porque estabas con esa estúpida.

¿Eso te ha dicho? ¿Qué hemos...?—dice pero le interrumpo.

No quiero ni oírtelo decir, por favor Jace, deja las mentiras para otro día... No estoy de ánimos.

Kate, Kate escúchame por favor.

No... No puedo escucharte... Simplemente no puedo... por favor, déjalo estar... Tengo que irme...

No cuelgues Kate...Por favor te lo pido...

Adiós Jace...

¡JODER!—oigo que grita y cuelgo el teléfono.

Me limpio una lágrima solitaria que desciende por mi mejilla y salgo fuera junto a mi madre y mi hermana.

—¿Estás bien hija? ¿Quién era?

—Era...—digo pensando si decirle la verdad o no—no era nadie...

—No me mientas Kate, oíamos desde aquí tus gritos.

—Entonces sabrás quien era, he dicho su nombre varias veces...

Mi madre asiente con la cabeza y la miro con rabia.

—Entonces si lo sabes, ¿cuál es el fin de preguntarme? ¿Hacerme sentir mal?

—Claro que no, simplemente me gustaría saber las cosas que te ocurren porque tú me las cuentas.

Ignoro lo que me dice y me meto en el coche dando un portazo.

Es simple, le amoWhere stories live. Discover now