8. "Te quiero hermanita" ✓

478 40 7
                                    

Cuando termino el trabajo que estaba haciendo, recojo todo y bajo al salón.

Me siento en el sofá y me pongo a ver la tele ignorando a mi madre que está preparando la cena en la cocina.

—Hola hija—me saluda mi padre entrando por la puerta.

—Hola—digo borde sin levantarme del sofá.

—Hola cariño—dice y besa a mi madre. Ella le devuelve el beso y continúa con la cena.

Mi padre sube a cambiarse y poco después mi madre grita:

—¡A cenar!

Me levanto enfadada y me siento en la mesa. Al rato, llega mi hermana y se sienta a mi lado. A continuación mi padre y después mi madre.

—¿Qué tal el día?

—Bien—respondo cortante.

—¿Y tú, Zoey?

—Bien.

—Hoy estáis muy raras...—dice mi padre dudoso.

—Te equivocas, estamos como siempre.

—Sí, estamos como siempre.

Se instala un silencio perfecto hasta que mi madre habla.

—Deberías de saber sobre el comportamiento de tu hija, Richard. Está portándose fatal y hace cosas que no son propias de ella. Además, está saliendo con ese macarra que decía ser su mejor amigo.

—¿Eso es cierto?—pregunta mi padre mirándome.

—Lo de que estoy saliendo con él sí.

—Pues que sepas que se acabó, ya te lo he dicho antes.

—Y una mierda.

—¡Kate! No hables así a tu madre—me regaña mi padre.

—No pienso disculparme, en todo caso disculparos vosotros ya que sois la familia perfecta. A no, espera... Que en realidad no es para nada perfecta...

—Nunca hemos dicho que nuestra familia sea perfecta, pero tu comportamiento ahora mismo está siendo tremendamente inadecuado. ¿Qué clase de ejemplo le estás dando a tu hermana?—habla mi padre.

—Mi hermana es mucho mejor que vosotros y gracias a mí. Gracias a que yo estoy pendiente de ella porque vosotros dos, a los que llamamos padres, la tenéis atada con una cuerda muy corta. Sois demasiado estrictos, no sé si me entendéis pero creo que ser estrictos no es tan bueno como dicen los libros de familias perfectas. Y lo sé bien porque sois iguales conmigo por eso he tenido que escaparme y hacer cosas que según vosotros están mal a escondidas, todo para que no pillarais en lo que andaba y ando metida. Y no hablo de drogas ni de carreras ilegales, hablo de bañarme en el lago, de dar paseos con mi amigo, de ir a tirar huevos a las ventanas, de gastar bromas telefónicas... ES DECIR, DE PASÁRMELO BIEN. Sois unos padres nefastos, no digo que nos hayáis educado mal, solamente digo que la situación se os está yendo de las manos. Y si no, ya veremos dentro de unos años. Ya veremos cómo acabaremos, porque que sepáis que estoy deseando cumplir los 18 para largarme de aquí. Os estoy cogiendo asco. Mamá antes te amaba, te quería, eras la persona más importante en mi vida pero ahora ya no lo eres, lo siento. Ya no dependo de ti. Y papá, no seré yo quien lo diga pero solo te voy a dar un consejo, se más cuidadoso, mamá es tonta pero no tanto como para no enterarse de lo que haces.

Me levanto de la mesa y me voy tan tranquila a mi habitación.

—¡Vuelve aquí ahora mismo!—grita mi padre enfurecido.

—Darme un segundo. Necesito despejar mi mente para no mandaros a la mierda en lo que queda de cena.

Subo a mi habitación y cierro dando un portazo. Me visto rápidamente y me pongo las zapatillas. Cojo mi móvil y llamo a Jace.

Jace, quiero irme de mi casa. No te digo que nos larguemos para siempre pero necesito escaparme unos días. Sé que cuando vuelva estaré castigadísima pero me da igual todo. Ahora mismo solo quiero estar lejos de esta puta familia de locos.

Vale, ¿dónde nos vemos?

En la puerta de mi casa en 5 minutos.

Vale. Por cierto, tengo que enseñarte algo... Mis padres me han comprado una moto, sé que es poco creíble pero de verdad que sí. Ya sabes que me saqué el carnet hace poco así que... Aquí está mi regalo de navidades adelantado.

—¡Genial!—digo emocionadanos vemos en 5 minutos.

Vale pequeña, hasta ahora.

Te quiero...

Abro la puerta de mi habitación y grito:

—¡Zoey! ¡Ven un momento por favor! Dejar que suba—digo con voz de niña buena.

—¡¡1 minuto!!—grita mi madre.

Poco después mi hermana entra en mi habitación.

—Voy a irme ¿vale? Solo unos pocos días, no te preocupes por mí, te llamaré a casa todos los días a las 6 así que ya sabes, cógelo tú cuando suene y finge que soy una amiga tuya. ¿Vale?

—Vale... ¿Pero dónde vas, y con quién?

—No sé adónde voy pero me marcho con Jace. No se lo digas a nadie. Te quiero hermanita...

—Te quiero tata...—dice y le doy un abrazo.

Finalmente cojo una mochila y meto ropa interior, un par de pantalones y mis dos sudaderas favoritas. Después cojo algo de lo que tengo ahorrado (150€) y ya estoy lista para marcharme.

Bajo las escaleras con mi hermana al lado y cuando llegamos ella se sienta y acto seguido mi madre se levanta.

—¿Dónde vas?

—No lo sé.

—No vas a salir por esa puerta.

—De nuevo te equivocas, voy a irme y volveré luego.

—No.

—Me da igual tu opinión—digo y me da un tortazo con la mano abierta.

Se me saltan las lágrimas y rápidamente me enderezo mirando a mi madre fijamente.

—Te odio—susurro y salgo corriendo de mi casa.

Es simple, le amoWhere stories live. Discover now