7. ¡Ex novio salvaje apareció! ¿Es una coincidencia? (Zeref)

801 88 18
                                    

Había pasado a penas una semana de mi conversación con Mavis. La cosa con Laxus se ha relajado y ya no me mira tan mal, así que es un avance un tanto grande.

No pudimos quedar el día de la librería porque su abuelo se puso enfermo, aunque me terminó contando por encima su historia un recreo que estuvimos solos. Tuvo un novio, hace un par de años, que le rompió algo más que el corazón. El daño psicológico que la hizo fue muy grande. No sé la historia a grandes rasgos, pero no me hace falta para comprender que fue grave.

Aveces me gustaría acabar con la escoria de la humanidad.

Desde mi habitación escucho el escándalo que forma mi hermano con Happy. Me duele un poco la cabeza y el escucharlos no me sienta bien. A lo mejor sería bueno ir a leer algo mientras me tomo un té en la librería de mamá.

Me levanto tranquilamente. No sé si despedirme de Natsu o irme sin decirle nada, está demasiado entretenido con el gato.

Bueno, da igual, le dejo una nota en la cocina y ya.

Al bajar me encuentro con papá dejando las llaves en el recibidor, hoy llega temprano.

—¿Te vas, hijo?

—A ver a mamá, ¿avisas de que me voy a Natsu por mí?

—Claro, yo se lo digo. Nos vemos en la cena, hoy me toca hacerla a mí.

Asiento y le doy las gracias a mi padre. Salgo de casa y siento la brisa en la cara, hace un buen día para estar en la calle o leer.

Tengo que pasar por la calle del mercado, así que a lo mejor hay un poco de ruido. No sé si ayudará a mi dolor de cabeza pero no me queda otra. Puedo llegar metiéndome por callejones pequeños y silenciosos, sin embargo todavía no recuerdo muy bien la ciudad y no quiero perderme. Mi casa está a unos cinco minutos del bullicioso lugar y no tarda en llegar.

El puesto en el que me encontré a la anciana poco después de llegar me llama la atención, como siempre; mas desde el día que hablé con ella no la he vuelto a ver, sólo está la chica de pelo rosa. Hoy no es la excepción, no obstante es más interesante que otros días, pues el profesor de matemáticas, Lyon, está cortejando a la joven.

Creo que el falso noviazgo de Gray y Juvia ha ayudado a que Lyon deje en paz a Juvia. Todavía no sé cómo Gray aceptó el plan cuando Mira y Zera lo propusieron, aunque no negaré que son muy convincentes y astutas. Mavis me ha comentado de sus planes de celestina, y que nosotros estábamos en ellos. No les ha hecho falta intervenir y creo que Zera por un lado se alegra de ello. Es la única, junto con mi hermano y Laxus, que sabe lo mío con Mavis. Hasta que no salgamos oficialmente no lo haremos oficial.

Lyon saca una rosa de detrás de la espalda e intenta poner una mirada seductora y la mujer de pelo rosa intenta contener una risa. Creo que la situación le hace gracia.

—Es entretenido, ¿verdad? Lleva viniendo dos días seguidos para camelar a Meredy —escucho una voz a mis espaldas.

Al girarme me encuentro con la anciana. Un sentimiento de euforia me inunda por un motivo que no puedo comprender. La miro fijamente, intentando descifrar sus intenciones.

—¿Quién eres?

—¡Oh! Es cierto, la última vez que nos vimos no me presenté. Aquí, me llamo Zelty.

—¿Aquí? ¿A qué te refieres con aquí?

Zelty se ríe entre dientes. Esta mujer se lo tiene que pasar muy bien dejándome con la intriga. Me señala un banco de piedra que está al inicio de uno de los callejones que antes mencioné. Es donde menos gente hay de toda la calle. La curiosidad mató al gato, espero no ser ese gato. La sigo y nos sentamos.

—Lo has sentido, ¿a qué sí? —me dice, no sé a lo que se refiere.

—No has contestado mi pregunta de antes y no sé a lo que te refieres, así que no puedo contestar a eso.

Sus ojos brillan por un segundo y sigo sin saber como interpretarlo.

—Dígamos que en el lugar de dónde vengo tengo otro nombre, pero eso es otra historia. Y bueno, dime, Zeref, ¿no has sentido mareos mezclado con todo tipo de sensaciones desagradables estos días?

¿Cómo lo sabe? No le he dicho a nadie sobre esos momentos tan amargos. ¿De dónde es?

—Los he sentido pero, ¿cómo lo sabes?

—Puede decidirse que no eres el único que siente su asquerosa presencia. La hora ha llegado y ellos van a mover ficha muy pronto.

Recuerdo la primera conversación con Zelty. Voy atando cabos, no obstante, todavía hay muchas incógnitas.

—Pronto os explicaré todo lo que está pasando, paciencia —me comenta, creo que ha notado mi debate intento.

—¿Cuándo es pronto?

—Dos días contando con hoy, el domingo. Trae a Mavis contigo a esta dirección —me extiende un papel.

Ella también está implicada y no sé por qué no me extraña. Tengo un poco de miedo, miedo de que le pase algo a Mavis. Acepto el papel y lo guardo en mi bolsillo, luego llamaré a Mavis.

—Tengo que ir con Meredy a quitarle de encima a Lyon, a las diez de la mañana del domingo, no te olvides.

Y antes de darme tiempo a contestar se marcha hacia el puesto. Yo me quedo aquí, sentado en el banco con un lío en la cabeza. No comprendo lo que pasa, no sé lo que pasará. Todo esto es muy raro y no sé cómo reaccionar.

Una voz masculina me saca de mis pensamientos. No la reconozco, así que miro al chico fijamente. Tiene pinta de que es más o menos de mi edad.

—Perdona, ¿vas al instituto de aquí? —me pregunta.

Yo sólo asiento. No sé si esto es norma o un poco raro.

—¡Genial! ¿Conoces a Mavis Dreyar? Se mudó y como hace tiempo que no vengo a Magnolia no sé cuál es su nueva dirección.

Esto me da muy mala espina.

—La conozco, sin embargo, estoy obligado a preguntar quién eres y qué quieres de ella.

El chico frunce ligeramente el ceño, pero después sonríe confiado.

—Soy Lucia Raregroove, y mi relación con Mavis no te importa, niño —suelta con tono petulante.

Me da asco. Y no sólo por su actitud, también porque es el ex de Mavis. Ese ser pusilánime.

—Bien, pues entonces no tengo nada que hablar contigo —me levanto y sonrío con superioridad—. Por cierto, Mavis me ha comentado que beso bastante mejor que tú.

Noto su cara de rabia antes de alejarme. Sé que no me va a hacer nada porque he herido demasiado su orgullo con una afirmación que no sé si es cierta. Ella no me ha dicho nada sobre si beso mejor que él.

Ah, que bien me va a venir el té que me sirva Mira mientras leo.


Lo que nunca pudimos serWhere stories live. Discover now