Capítulo 118: Más que acciones

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—Yo no hice absolutamente nada. Ni siquiera competía contigo en ningún aspecto. Tú fuiste el único que se metió en mi vida y mis asuntos personales con Axelle —y eso era verdad, pero aquel hombre nunca lo aceptaría.

—Ahora mismo acabaremos con nuestra cuenta pendiente, Tatsuhisa —el resto no sabía de dónde habían sacado aquella raqueta aquel grupo de chicos. De lo que sí estaban conscientes era de lo que iba a pasar a continuación: nada bueno.

Pero antes de que ambas partes optaran con que los puños eran el nuevo lenguaje universal para arreglar problemas, notaron que no estaban del todo solos y que posiblemente no había sido muy buena idea el que fueran a esas canchas tan poco concurridas por la gente.

Tanaka y sus compañeros apenas habían podido reaccionar y evitar que aquellas pelotas de béisbol impactaran de lleno contra sus cuerpos. Por lo visto a los recién llegados no les gustaba que hubiera extraños en su cancha.

—La ciudad es muy pequeña o hay una razón por la que están aquí reunidos —mencionó el que parecía ser el líder de aquel grupo numeroso de chicos. Gracias al gorro de su sudadera su rostro permanecía totalmente cubierto.

—Las coincidencias existen —habló seriamente el rubio.

—No contigo de por medio, Kai —espetó nuevamente aquel chico. Por lo visto él se había encargado de mandar parte de esas bolas; el bate de madera que llevaba consigo así se los notificaba.

—¿Acaso quieres problemas?

—Es lo que yo te pregunto, Tanaka Yusuke...

—¿Pero quién demonios son todos ustedes? —preguntaba hostilmente uno de los camaradas del pelinegro.

—Viejos conocidos —agregó sonriente, tras retirarse la capucha, exponiendo el carmesí de su despeinada y corta cabellera. Incluso esos ojos violáceos resultaban desafiantes.

—...Kamui...—agregó Tanaka de mala gana.

—¿Cómo arreglaremos esto? Por las buenas, por las malas...¿Un piedra, papel o tijera o algo por el estilo? —soltó con burla el pelirrojo, acercándose a la escena. Su osadía concluiría en un golpe directo contra su quijada.

—Si serán...—mascullaba el alemán. Kamui había ido a dar contra el suelo tras el recibimiento amable de uno de los chicos de Tanaka.

—Así que las cosas van a ser de esta manera...—no le costó en lo más mínimo ponerse de pie, impulsándose con sus piernas. Seguramente ahora ese chico se estaba lamentando haberse querido pasar de listo—. Si querían jugar, habérmelo dicho antes.

No había sido un simple golpe directo a la cara el que le había desbalanceado sin problema alguno y arrojado contra el suelo. No, se trataba de un bien ejecutado Jab.

—Ey, no sean montoneros —agregaba con burla el oji violáceo en cuanto notó que ya no estaba solo, sino más bien rodeado por esos chicos a los que les crispó el buen humor—. No vayan a enfadarse conmigo después.

—Esa pose...—susurraba Leo.

—Y la manera en que se mueve —secundó Hadrien.

—Es boxeo —finalizó el italiano.

—...Kamui no solamente era tu kouhai, Tanaka, también practicaba box y se desilusionó mucho de ti.

—¡Idiota! —él se encargaría de cerrarle el pico al blondo y dejarle un buen recuerdo.

Lo único que ese chico experimentó fue el impacto y el terrible dolor que ese puñetazo le provocó tras impactarse de lleno contra su rostro.

—Eso fue por haber usado a una mujer para manipular a Kai...—aunque el pelinegro se puso de pie, intentando atacar su costado con aquella media patada, el otro simplemente le bloqueo—. Este es por haberlo lesionarlo e imposibilitarlo para que continuara jugando —aquel Jab de pivoteo había terminado de aturdirle—. Y esto por haberte metido nuevamente con ella, idiota.

P.D. I Love UWhere stories live. Discover now