Capítulo 10

1.3K 195 68
                                    

La música se colaba entre mis oídos haciendo que mi cabeza martilleara. Bueno, eso, y las tres cervezas que llevaba.

Cuando llegué a la discoteca, hacia aproximadamente dos horas, un fuerte olor a tabaco había inundado mis fosas nasales mareándome por un instante.

Sabía que ese no era mi ambiente, por lo que había dado media vuelta dispuesto a irme.

Lo hubiera hecho si Sheyla no me hubiera visto antes, y por consiguiente clavado sus uñas artificiales en mi suéter naranja mientras me arrastraba hacia adentro.

Pero ahora, dos horas después, mi cuerpo se balanceaba al ritmo de una canción muy repetitiva. Mi cabeza se movía de un lado a otro con fervor.

De repente, Sheyla me tomó de la mano y me jaló hacia un grupo de amigos que habían llegado recientemente.

Yo sólo reía; parecía drogado, aunque sabía perfectamente todo lo que sucedía en mi entorno.

-¡Hola baes!-la voz chillona de Sheyla sonó a mi lado con fuerza.

-¡Cariño!-una voz conocida hizo que mi cuerpo se volviera de piedra.

No podía ser que mi suerte anduviera de vacaciones en Hawaii.

Connor se inclinó y besó la mejilla de Sheyla sonoramente, mirándome directamente a los ojos con una mirada retadora.

Ella sólo rió coquetamente y pasó a saludar a las otras personas.

Me alejé de allí, en busca de un lugar en que mi cabeza se pudiera enfriar, o al menos pensar sin que mujeres desconocidas tocaran mi trasero.

Salí del lugar, y me senté en unas escaleras metálicas con un aspecto descuidado. Tomé mi cabeza entre mis manos, y suspiré hondo.

Estaba confundido. En todo el tiempo que Connor y yo habíamos hablado, él nunca había mostrado señales de hablarle, siquiera caerle bien.

Una mano fría en mi hombro me hizo sobresaltarme.

-Buscando un sitio tranquilo, ¿eh?

babe; tronnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora