Capítulo 6

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No quería ver a Connor. No quería ver sus brillantes ojos marrones opacados por el peso de la decepción.

La decepción que yo había causado.

Era lunes por la mañana. El incidente de la pizzería había pasado el viernes. Y aunque no quisiera admitirlo, le había tomado cariño.

Retiraba lo dicho. Necesitaba ver a Connor.

Me puse mi chaqueta azul y despeiné mi cabello con la mano. Había tratado de peinarlo una vez, pero ya a la mitad del día mis rulos salían disparados como espinas de puercoespín.

Bajé a la cocina y le dí un beso a mamá. Salí y el fresco aire de otoño entró en mis pulmones.

Tenía la convicción de disculparme con Connor. Si quería ser su amigo, no podía dar paso a la estupidez.

[...]

-¡Connor! ¡Espera!-corrí detrás de él mientras todos me volvían a ver con confusión.

Cuando entré a la escuela, lo ví hablando con Sheyla.

Admito que me sentí como la mierda al ver que ella le sonreía con coquetería,y de vez en cuando,le guiñaba.

Pero apenas él me vio, giró sobre sus talones y caminó lo más rápido que pudo.

Vaya, realmente estaba enojado conmigo.

Al ver que yo hacía cada vez más el ridículo, el paró de súbito e hizo que yo chocara con él.

-¡Carajo, mi nariz!-exclamé al ver mis dedos llenos de sangre.-Otra vez esta hemorragia de mierda.-caminé hacia el lavabo sin importarme si él me seguía.

Entré al baño mientras Connor entraba tras de mí deshaciéndose en palabras de disculpa.

Hice un cotonito de papel higiénico y lo puse en mi nariz,sientiendo cómo se empapaba al instante.

-No tienes porqué disculparte. Yo fui el imbécil que te dejó solo.-hablé con una voz nasal.

-Claro que debo disculparme. Si no me hubiera hecho el rudo, probablemente no estarías desangrándote enfrente mío.

Solté una carcajada cambiando el cotonito por uno nuevo.

-Siento que mis...-dudé un poco ante la palabra que iba a decir.-compañías te hubieran ofendido. Y siento no haberte defendido. Estaba en shock.-era mejor ser honesto.

-Está bien. Al declararte abiertamente gay debes de saber que habrá gente que querrá tomarte por idiota. Pero no hay que dejarlos. Ellos no son mejor que tú por gustarles un par de pechos.-y sonrió.

Su sonrisa de un millón de dólares hizo que los músculos de mi cara se elevaran también, dejándome idiotizado por unos segundos.

-¿Sabes Troye? Me caes bien.

Un sentimiento extraño, pero cálido, se extendió desde mi estómago hasta la punta de mis pies.

-Tú también me caes bien.-sonreí.

babe; tronnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora