Nuestro viaje (Cara Delevingne y tú)

Una nueva vida.

Despertaste un poco más temprano de lo habitual, el brazo de Cara se aferraba protectoriamente a tu cadera. Poco a poco te moviste hasta que pudiste salir de su agarre sin despertarla y te dirigiste a la cocina. Hoy Cara tenía que irse a Londres, por lo que querías hacer un desayuno un poco más especial. Tomaste todas las naranjas que había e hiciste juego natural con ellas. Hiciste unos cuantos Hot-cakes que pusiste al centro de la mesa. Cocinaste huevos estrellados con tocino y tostaste rebanadas de pan, sazonándolas con un poco de mantequilla. Por último pusiste tazones con un poco de frutas.

-El olor del tocino por la mañana es delicioso. –Cara te sorprendió por atrás mientras ponías la fruta picada en los pequeños tazones.

-Quería que este desayuno fuera un poco más especial y se cuánto te gusta el tocino. –Agachaste un poco la cabeza ya que era imposible que ella conociéndote tan bien no notara tu tristeza.

-Gracias hermosa. –Sentiste sus labios dejar un suave beso por la parte trasera de tu cuello y se alejó de ti.

-Iré a despertar a Miranda, ahora regreso.

Entraste a la habitación sin despertar a tu hermana y te sentaste alado de ella. El equipaje de Cara estaba casi completamente ordenado. Habías pensado toda la noche sobre ir con ella ya que tu hermana te lo pidió y sabías que le encantaría. Cuando tu hermana despertó asustada de no ver a Cara comenzó a voltear a todos lados buscándola.

-Tranquila pequeña ella está en la cocina, no se ha ido aún. –Su rostro aún adormilado se tranquilizó y estiró los brazos para que la cargaras. La llevaste hasta la cocina donde Cara estaba comiendo un trozo de hot-cake con mucho chocolate encima.

-Hermana, ¿puedes darme un poco de eso? –Señaló lo que había en el plato de Cara y le serviste también.

Cara estuvo callada durante el desayuno y el ambiente fue un poco tenso así que evitaron tocar el tema de Londres hasta que tu hermana decidió hacerlo.

-¿Vas a regresar Cara? –Su inocente tono te enterneció.

-Claro que regresaré pero no sé si será pronto, pero saben que pueden ir conmigo. –Tu hermana volteó a verte con un poco de esperanza en su mirada y prácticamente te rogo con la mirada.

-¿Podemos ir? ¿Sí?

Seguiste comiendo lo que tenías en la boca y te pusiste a pensarlo bien. Lo más seguro era que se quedarían un buen tiempo en Londres y ese era un mejor lugar. Ambas te hacían felices y estar con ellas era lo único que pedías así que, a la mierda todo, ¿Por qué no?

-Está bien, vamos con ella. –Tu novia casi escupe lo que estaba comiendo y a tu hermana se le salían los ojos de felicidad.

-¡¿Lo dices de verdad?! –Cara grito haciéndote brincar un poco.

-Lo digo de verdad, vamos a Londres. –Dijiste un poco más calmada que tu novia.

-¡GRACIAS _____! –La rubia se paró de su lugar y levantó a tu hermana entre sus brazos. -¿Escuchaste? Iremos a Londres

Tan pronto terminaron de desayunar pusieron en un par de maletas lo más esencial para vivir, hicieron llamadas a las personas que debían estar enteradas de su partida y se fueron camino al aeropuerto, después de todo las cosas que se hacen sin planear son lo que mejor sale.

Ahí estabas, después de unos largos e intensos meses llenos de estrés y preocupaciones estabas de regreso a donde todo había empezado, Londres. No querías salir sin Cara a que tú hermana conociera Londres pero sabías que tendría mucho trabajo. Inmediatamente después de que aterrizaron Cara recibió una llamada, supones era su agente.