París de noche.

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-Cara por favor basta de regalos.

-No te haré caso, ¿lo sabes verdad?

-... Te odio.

-No, no me odias, ahora sígueme.

Te cruzaste de brazos y no te moviste, ella volteo, te miro directo a los ojos y se acercó.

-Vamos

Hizo un puchero con sus carnosos labios que te debilitaban cada vez que tocaban alguna parte de tu cuerpo e te miró con los ojos más tiernos que le habías visto, entonces no pudiste evitar ceder casi inconscientemente. A donde te llevó recién cayó la noche y se encendió la ciudad fue el primer nivel de la Torre Eiffel, en donde estaba el restaurante, reservó una mesa para las dos.

-Esta vista es hermosa Cara

-Qué bueno que te guste.

-Me encanta.

-También te va a gustar la cena.

-Cara...

-No quiero discutir otra vez, no ahora.

-...

-Así te ves más bonita, callada.

No pudiste evitar sonreír ante su comentario de una forma muy estúpida. Ella entrelazó sus dedos y caminaron por el restaurante así, llegaron a la mesa, era pequeña y con un toque romántico, sus manos entrelazadas no se separaron cuando se sentaron una frente a la otra.

-Tus ojos miel me gustan mucho.

-Los tuyos son mucho más bonitos.

-No digas eso, tú eres muy bonita.

-No a comparación tuya, eres una modelo.

-Creo que te gusta llevarme la contraria siempre.

-Honestamente yo también lo he notado.

Comieron una deliciosa cena en aquel restaurante que tenía la vista más hermosa de todo el mundo, o al menos así lo creías tú, te resultó muy romántico todo, París de noche, una lujosa cena, los ojos de Cara clavados en tus labios deseándolos sin poder disimular, sus manos entrelazadas al inicio y al final de la cena.

-¿Nos vamos?

-Esta vista es hermosa, la cena estuvo deliciosa, gracias por todo Cara, de verdad... no hay palabras para explicarte lo agradecida que estoy contigo.

-Me lo recompensarías si vamos a ver una película al hotel.

-Se escucha perfecto.

-Pues adelante, después de ti.

Se pararon de la mesa y se fueron caminando hasta su auto, todo el recorrido, bastante largo por cierto, sus manos estuvieron juntas, de vez en cuando ella pasaba su brazo alrededor de tu cuello y te daba cortos besos en la frente. Una duda atravesó tu mente '¿Somos pareja?' no querías preguntar, pero en algún momento se tocaría el tema, la noche era demasiado perfecta como para arruinarla con una pregunta estúpida. Llegaron a tú habitación, completamente ordenada y lo primero que hiciste fue acostarte bocabajo de un salto en la cama, solo escuchaste como Cara encendía la televisión y reproducía la película para después sentir como te tomaba por la cintura y enredaba sus largas piernas con las tuyas quedando en 'cucharita'.

-Esta vez es de risa, para que no llores como la niñita que eres.

Te susurro en el odio para después morder delicada y sexymente el lóbulo de este. Tú flexionaste el cuello pidiendo 'inconscientemente' más de aquellos besos que te volvían loca, ella obedeció la señal y comenzó a bajar con besos húmedos hasta donde tu playera le permitió, se detuvo un poco y jalo de ella para que pudiera seguir su camino hasta el hombro,  cuando llegó a ahí comenzó a mordisquear tu piel, no pudiste soportar y rodaste hasta quedar frente a frente para que así pudieras besar los labios que tanto deseabas probar, sus carnosos y suaves labios sobre los tuyos eran la mejor sensación de todo el mundo, perdías la noción del tiempo al estar con ella. Pronto los besos llenos de ternura se convirtieron en pasión y deseo, no sabías a que iban a llegar, eras virgen y querías seguirlo siendo, por lo menos hasta que encontraras a alguien con quien tener algo formal, ya sentías los labios hinchados de tantas mordidas que Cara les había dado así que simplemente decidiste terminar con el momento separándote y dándole un beso en el mentón para luego voltearte y así poder quedar en la posición del inicio.

Nuestro viaje (Cara Delevingne y tú)Where stories live. Discover now