Nuestro viaje (Cara Delevingne y tú)

Un gran cambio.

Durante el resto de la tarde estuvieron con Kendall disfrutando de la privacidad que aquella playa les brindaba. El sol se encargaba de que la brisa fuera caliente, provocando que las gotas de sudor resbalaran por todo tu cuerpo, mismo que se limpiaba en las aguas frías del mar mediterráneo.

En tu cabeza seguía todo el asunto de Lauren y Cara.

En realidad había sido tú error y Cara se estaba metiendo en más problemas de los que tú quisieras.

Estabas perdida en tus pensamientos, tratando de hallar una solución, cuando sentiste sus brazos pasarse por tus caderas.

-¿Qué pasa? Estas un poco... ida.

-Es solo que... nada...

Gracias a la ligereza que te hacía tomar el mar te giró con una sola mano para que quedaras frente a ella, mirándola.

-Dímelo.

-Lo mal interpretaras, te conozco.

-Hablando todo se soluciona.

-Es solo que... quiero que dejes como está todo el asunto con Lauren y las chicas. De verdad, fue mi error y lo acepto. No quiero que te lastimen ni que quedes mal por una estupidez que yo cometí.

En cuanto mencionaste su nombre las facciones en su rostro cambiaron completamente y aflojo el agarre que tenía en tú cadera.

-Me da rabia cada vez que escucho su nombre.

-¿Te parece si lo olvidas?, incluido su nombre y todo lo que tenga que ver con ella.

-No.

-Vamos amor.

-Parece que la defiendes y que estas de su lado.

Esto estaba tomando un mal rumbo ahora que ella tenía esa mentalidad.

-No estoy de su lado, ni siquiera lo pienses.

-¿Entonces?

-Solo quiero que lo olvides.

-Deja de defenderla.

-No la defiendo, pero fue mi error.

Era la verdad, tú te habías puesto tan ebria que ni siquiera recuerdas claramente lo que paso. ¿Quién sabe si tú también lo habías querido?

-No lo fue, tú le dijiste que se detuviera y ella no te hizo caso.

-Estábamos ebrias, solo... olvídalo, por favor. Hazlo por mí.

-No puedo...

-¿Por qué?

-¡Ella te beso!

-¡Lo sé!, pero estábamos demasiado ebrias, por lo menos yo lo estaba y no puedo cargar con la culpa de que le vallas a hacer algo a ella porque yo no lo pude evitar.

-Ella lo pudo evitar, no estaba tan mal como tú lo estabas.

Suspiraste audiblemente y con la derrota casi asegurada le volviste a mencionar.

-Cara...

-¿Qué?

El tema la tenía irritada lo podías notar por el tono de su voz.

-Por favor...

Tomaste su mano y entrelazando sus dedos la apretaste un poco.

-¡Dios!, esta bien...