moonlight. →park chanyeol [EN EDICIÓN]

capítulo 19 /parte 3/

No sabía si Yon se sentía mejor o peor que yo, la verdad ni siquiera podía ver más allá de ése velo gris que me cubría los ojos. Las lágrimas habían parado, pero eso no significaba que el dolor había parado. 

Escuché la risilla dolorosa de Yon a un lado mío. Levanté la mirada del suelo, y la encaré. Ella me miró también, y me mostró la pantalla de su celular, donde únicamente se alcanzaba a leer la hora. 12:30 a.m. 

─Feliz cumpleaños, Kim Ha Neul ─me dedicó una pequeña sonrisa que a los pocos segundos fue reemplazada con llanto.

Sus palabras rebotaron en mi cráneo, haciendo que éste doliera. Regresé la mirada al piso, y no vi nada más que gotas saladas salir de mis ojos. Qué cumpleaños tan patético. Preferiría un millón de veces estar en esa habitación yo... No él. Tantas cosas qué ver. Su hijo. Su esposa. Una hermosa familia. Había creado algo increíble... Todo se había derrumbado por mi culpa. 

Limpié mis estúpidas lágrimas y me levanté de la silla. Yon me miró con la mirada perdida. 

─Enseguida regreso, no tardo ─susurré con un nudo en la garganta. Ella asintió y cubrió su rostro con sus manos. 

Me giré sobre mis tobillos y caminé sin rumbo fijo, buscando un lugar en el cual pudiera ser débil mientras los demás creía en mi fortaleza. Me topé con el baño, entré con rapidez, sin pensarlo dos veces. Cerré con seguro. Me topé con mi reflejo. Me veía fatal. Mis ojos estaban increíblemente hinchados. 

Por alguna razón, recordé a todas y cada una de las personas que me habían abandonado. Una más se agregaría a la lista... Una persona importante. Recargué mis manos sobre el enorme lavabo. 

─Lay... ─le susurré a mi reflejo─ Te necesito, necesito que me digas cuán buena persona es Yon. Que te gusta mi perfume. Que me digas que Sang es un malcriado. Dí lo que sea... Di que soy una tonta, si quieres. Pero dime algo ─suspiré─. Daría lo que fuera por cambiarte el lugar. A mí nadie me espera en este lugar... En cambio, todo un mundo te espera aquí. 

Rasqué mi frente, me veía realmente patética. Creyendo que él estaba ahí. Escuchándome a través del espejo. Me senté en el suelo y abracé mis rodillas. 

─¿No te han dicho que el piso del baño es asqueroso? ─La voz de Park retumbó por los cubículos con inodoros─ Oye, Ha... ─Lo miré. Él rápidamente se derrumbó en el suelo conmigo─ No llores. No quiero que vean a mi chica, débil ─susurró. 

─... Debemos salir y no quiero que vean a mi chica, débil ─el recuerdo de la voz de Chanyeol me hizo estremecer. Cerré los ojos ante tal recuerdo... El día que lo coronaron como padrino de bodas. Me había abandonado él también, aún y cuando había prometido no hacerlo. 

─No digas eso... ─susurré mientras sorbía mi nariz. 

─Aish. Ve y acuérdate de Chanyeol, parece que es lo único que haces ─dijo, coloqué mi cabeza en mis rodillas, sin saber cómo debería sentirme o actuar al respecto─. Aunque, sigo envidiándolo. Él podía cambiar tus lágrimas en una sonrisa... ─hizo una mueca antes de levantarse del piso─. Vamos, no te dejaré sola ─me tendió la mano. Sonreí un poco, por lo menos alguien me lo decía personalmente. 

Apretó con más fuerza mi mano cuando me levanté del suelo y observé mi reflejo, el cual no podía dejar de deprimirme. Quitó el seguro de la puerta y la abrió. Aún íbamos agarrados de la mano cuando, escuché un enorme tosido... Como si alguien se estuviera ahogando con algo. Fruncí el ceño y seguí caminando con lentitud. 

Cuando llegamos al pasillo. Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho, sentía las lágrimas en mis ojos, y cómo éstas buscaban desesperadamente una manera de salir de mis ojos. Observé a una Yon tirada en el suelo, mientras tosía sangre a charcos. 

─¡Doctor! ─Grité a todo pulmón y corrí hasta ella. 

Me tiré junto a ella, y sostuve su cabeza unos segundos, con su cara cubierta de sangre. Mis manos temblaban y ella no paraba de toser con fuerza. No sabía qué hacer. Era demasiada sangre. Msi ojos ardían con fuerza. ¡¿Por qué los doctores tardaban tanto?!

─¡Doctor! ─Grité con más fuerza─ Por favor, venga rápido. 

Yon dejó de toser y pasó su mano ensangrentada por mi rostro. Me miró con los ojos semi cerrados. 

─Ha... Déjalo ─tomó una gran bocanada de aire─. Duele ─le costaba respirar y mantener los ojos abiertos. 

─No te vayas, Sang te necesita, Yon ─supliqué. 

─Cuídalo por mí ─dijo con mucho esfuerzo─. Sé que serás buena con él. Haneul... ─cerró sus ojos por completo, y su cuerpó dejó de tener fuerza alguna. 

─No... ¡No! ─Grité─ YON NO ─la zarandeé lo más fuerte que pude, intentando hacer algo que sabía no iba a funcionar─. Yon, eres lo único que me quedaba ─el llanto comenzó otra vez, pegué mi frente contra la de ella y dejé que mis lágrimas cubrieran su rostro. 

Escuchó a los doctores y enfermeros correr hasta nosotras. Ellos intentaron apartar el cuerpo inerte de ella, pero no lo permití. La necesitaba conmigo... Aunque fuera sólo eso. De un tirón la apartaron de mis manos, me tiré en el piso y simplemente dejé que ése velo gris se pegara a mi piel. 

─Yon ─musité mientras veía como ellos la cargaban y se la llevaban lejos─. NO SE LA LLEVEN ESPEREN ─comencé a gritar aún más alto que antes, me levanté del suelo e intenté ir con ella. Pero uno de los enfermeros me detuvo─ Ella es mi único familiar, por favor ─pataleé con fuerza, pero el morocho era más grande que yo─ ¡POR FAVOR! 

─Enfermera ─dijo el doctor con calma. 

La enfermera se acercó a mí con una enorme jeringa, la cual me insertó en el brazo. Luego de unos segundos, mis ojos se volvieron increíblemente pesados, me dejé caer sobre el morocho que me sostenía. Lo miré a los ojos y susurré; 

─Por favor. 

Cerré los ojos sabiendo que ella había muerto, y Lay... 

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¡Holaaa! 

La verdad no pude escribir porque no estuve en casa por eso de las vacaciones. Pero, aquí está el cap. Lamento si no es lo que se esperaban, soy pésima escribiendo esta clase de cosas. Díganme, ¿se esperaban esto?

Se les quiere y agradece por seguir leyendo. 

-b.d.