capítulo 9 (3 días antes de la boda)

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Giré el cerrojo de casa con manos temblorosas. Todo mi cuerpo estaba acalambrado, eso me pasaba por dormir en el baño de Lay. Algo realmente tonto, pero no iba a salir media hora después del "incidente", y menos si Yon se encontraba cerca.

Era temprano, no estaba consciente de la hora, pero el cielo aún se mantenía muy claro. Me derrumbé en el sillón casi implorando que Chanyeol no se encontrara cerca, una pelea más era lo que menos necesitaba. Cerré los ojos por un momento, pero una horrible punzada en la espalda hizo que un escalofrío atrapara todo mi cuerpo.

Llevé mi mano hasta la punzada, fruncí el ceño al sentir pequeñas grietas en ésta. Las seguí con la punta de mi dedo índice, realmente no conducían a ningún lado, sólo era una línea que serviría para abrir algo. Relamí mis labios, y percibí un líquido de saber a metal. Con mi mano libre, limpié mi labio. Era sangre que salía como lluvia de mi nariz.

─¿Hanuel? ─Escuché a Chanyeol desde la habitación de huéspedes. Suspiré y escuché que una puerta se abría, al tiempo que yo me ponía en pie y caminaba hasta el baño, cerré la puerta detrás de mí. Me miré en el espejo, y arranqué papel higiénico, coloqué mi cabeza a 45 grados e introduje el papel en ésta.

─¿Qué es esto? ─Seguía con la mano sobre la grieta, y parecía que ésta cada vez se hacía más y más grande.

─¿Hanuel? ¿Estás ahí? ─Me apoyé en el lavabo y apreté la mandíbula. Las punzadas se sentían como miles de espadas clavadas sobre mi espalda, puse rígida la mano sobre la grieta, y ésta clavo las uñas. Abrí los ojos al sentir que un pedazo de piel se había quedado en mis dedos. Los miré, y en efecto. A mi espalda se le caía la piel. Chanyeol tocó la puerta─ Hanuel sé que estás ahí. Abre, que necesito hablar contigo.

─Chanyeol, por favor. Ahora no ─le supliqué con un hilo de voz. Pasé mi mano por mi cabello, y arranqué algunos pelos. Tosí con fuerza. Mi garganta ardía, no podía pasar saliva y casi no podía respirar.

─¡Claro! Hanuel no estaré toda la vida esperándote, así que es ahora o es nunca, ¿entiendes? ─Puse mi mano sobre mi boca al sentir que debía toser, con la manga de mi blusa limpié un poco de saliva sobre mis labios, y me traje algo de sangre. Abrí la boca frente al espejo, y noté que mi lengua estaba de color rojo carmesí.

─Chanyeol, por favor. Lo siento ahora... no puedo... hablar ─hablé entrecortado por estar tosiendo.

─¿Estás bien? ─Preguntó con un leve tono de preocupación, pero sabía que no lo estaba, ¿por qué estarlo si lo había traicionado?

─Eso no importa ahora sólo... ¡Aaaaah! ─Grité de dolor al sentir que algo salía de mi espalda─ ¡Aaaah! ─La sangre de mi boca y nariz salía descontroladamente, las punzadas regresaron pero con más intensidad que antes─ ¡Aaaah! ─Chillé entre el llanto al saber que cierto lindo líquido rojo también salía de mi espalda.

─¡Hanuel! ¡¿Te encuentras bien?! ─Mi vista comenzó a nublarse, hasta que todo se volvió borroso. Con los dedos repasé la grieta, y abrí los ojos como platos al sentir un bulto sobre ésta─ Hanuel, abre la puerta.

─Estoy bien... ¡Aaah! ─Lloriqueé sabiendo que el bulto quería salir, y temiendo que fuese lo que yo creía que era. Tapé mi boca e intenté hacer que mis aullidos pararan, pero involuntariamente mordí mi mano hasta que ésta sangró y la quité de mi boca─ ¡Aaaah!

─¡Hanuel abre la maldita puerta! ¡¿Qué haces ahí dentro?! ─Chanyeol golpeó con desesperación la madera, y logré escuchar cómo ésta comenzaba a crujir. Apoyé mi cabeza sobre el espejo, y mordí mi labio, el dolor era insoportable, y yo no paraba de llorar.

Me dejé caer sobre el piso y con rapidez gateé hasta el inodoro, levanté la tapa y dejé que mi vacío estómago se vaciara aún más. El vómito combinado con la sangre, le daba un aspecto asqueroso, lo que me hacía querer vomitar hasta los riñones. Cuando estuve segura de que todo ya estaba afuera, le bajé. Y las lágrimas junto con la sangre siguieron saliendo.

Una última tosida, y una última punzada. Algo brotó de mi espalda, haciendo que mi cabeza se estampara contra el inodoro lo que hizo que también mi frente sangrara. Caí completamente al piso, y coloqué mis manos sobre el brote. La sangre paró, las punzadas también, pero las lágrimas no lo hicieron al notar que mis alas estaban afuera y tenían plumas.

La puerta se abrió de un portazo, dejándome ver a un Chanyeol preocupado con manos sangrantes, me apoyé sobre las palmas de mis manos y traté de levantarme. No lo logré y caí de nuevo. Él sólo se quedó ahí, observándome con los ojos bien abiertos, sobre éstos pude ver un pequeño destello rojo.

─Tú... Tu espalda ─susurró y agachó la mirada.

─Lo siento, lo siento, lo siento. Lo eché todo a perder... Yo, yo debí decirte. No tuve la manera...

─Tú... Tu espalda... Eres, eres, eres un ángel. ¿No es así? ─Levantó la cabeza y me miró, y con sus ojos me imploraba que le dijera no, que sólo alucinaba. Sinceramente, me hubiera encantado haberle dicho eso... Pero no podía, la verdad debía ser escuchada en ése momento, en ése único momento.

─Sí ─le contesté con un hilo de voz, ni siquiera pude sostenerle la mirada. Yo era débil, soy débil. Vi cómo sus pies caminaban en dirección contraria a mí─. Espera ─susurré─, no te vayas. Quédate conmigo ─él se detuvo, pero no volteó.

─Me encantaría poder quedarme, pero no puedo. No contigo, lo siento, Kim Ha Nuel... Te quiero, no olvides eso, ¿sí? ─Dijo, y siguió caminando.

Y yo me quedé ahí, tirada en el suelo, a un costado del inodoro, con la cara sangrante, con las alas extendidas, con la mente en blanco y con el corazón roto. Mi vida había sido lo suficiente loca sin él, pero ahora mi locura lo necesitaba a él.

moonlight. →park chanyeol [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now