Chocolate

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Título: Chocolate
Parte: 1 de 1

Pietro no comía chocolate, y no era precisamente porque quisiera conservar su figura; él no tenía que preocuparse por ello. Su cuerpo simplemente estaba diseñado para ser esbelto y atlético, gracias a su asombrosa velocidad. ¿Y cómo sabías que no consumía ni el más mínimo trozo de ese delicioso manjar? Bueno, la respuesta era fácil. Después de varios intentos de ofrecerle chocolate y de que él siempre se negara con una sonrisa, no te quedaba más opción que seducirlo. Pietro comía muchos dulces, pero, inexplicablemente, el chocolate no estaba en su lista de preferencias.
Eso te dejaba perpleja, porque adorabas el chocolate. Para ti, el chocolate no era solo un dulce; era una pasión, una debilidad que no podías resistir. Las tabletas de chocolate negro, las trufas de chocolate suave y derretido, los bombones rellenos de diferentes sabores, todos eran parte de tu repertorio diario de placeres culinarios. ¿Cómo alguien podía negarse a comerlo? Era totalmente inaceptable.

Un día, mientras los dos estaban en la Torre, después de una intensa sesión de entrenamiento, decidiste abordar el tema del chocolate con Pietro. Estaban en la sala de estar, ambos con aspecto desaliñado y con una buena dosis de sudor después de su ardua práctica.

—Pietro, necesitamos hablar sobre tu falta de aprecio por el chocolate —dijiste, como si estuvieras planteando un asunto de la máxima importancia.

Pietro, que estaba tomando un vaso de agua, te miró con curiosidad.

—¿El chocolate? ¿Qué tiene de malo?

—El chocolate es asombroso, Pietro. Es rico, decadente, y simplemente delicioso. ¿Cómo puedes resistirte a algo tan maravilloso?

Él se encogió de hombros, como si la respuesta fuera obvia.

—Simplemente no es de mi gusto. Prefiero otros dulces.

Te quedaste atónita. ¿Cómo era posible que alguien pudiera preferir otra cosa sobre el chocolate?

—¿Qué podría ser más delicioso que el chocolate? —preguntaste con incredulidad.

Pietro sonrió y se acercó a ti, su mirada intensa.

—Tú eres más deliciosa que el chocolate, (T/N).

Tus mejillas se ruborizaron ante el cumplido inesperado. Si bien trabajaban juntos como Vengadores, nunca habías considerado la posibilidad de que Pietro te viera de esa manera.

—Pietro, no estamos hablando de eso —trataste de desviar la conversación.

Él se rió y tomó tu mano.

—Solo digo que prefiero pasar mi tiempo contigo en lugar de comiendo chocolate.

La respuesta de Pietro te dejó sin palabras. Era un elogio inesperado y tierno que te hizo sonreír. Decidiste que era hora de dejar de presionarlo sobre el chocolate y aceptar su peculiaridad. Además, tenías una idea en mente para demostrarle que el chocolate no era solo una golosina, sino una experiencia.

Esa noche, decidiste sorprender a Pietro con una cena especial. Cocinaste un sofisticado plato principal y, por supuesto, un postre de chocolate exquisito. Lo habías planeado con cuidado, asegurándote de que cada bocado estuviera impregnado del sabor del chocolate.

Cuando Pietro llegó a la Torre esa noche, no tenía idea de lo que le esperaba. Lo recibiste con una sonrisa y lo condujiste a la mesa que habías preparado. La cena transcurrió de manera agradable, con conversaciones animadas y risas. Luego llegó el momento del postre.

Colocaste un elegante plato frente a Pietro, revelando una hermosa creación de chocolate. Era un soufflé de chocolate caliente, coronado con helado de vainilla y cubierto de salsa de chocolate derretido. Los aromas del chocolate llenaron la habitación, y Pietro no pudo evitar sonreír ante la vista.

—(T/N), esto se ve increíble.

Le serviste una porción generosa y observaste con anticipación mientras probaba el primer bocado. La expresión en su rostro pasó de sorpresa a deleite.

—¡Dios, esto es buenísimo! —exclamó.

Pietro siguió disfrutando del soufflé con entusiasmo, y te alegraste de verlo disfrutar del chocolate. Mientras compartían el postre, la conversación fluía con facilidad. Hablaban de sus vidas, de su trabajo como Vengadores y de sus sueños y deseos personales.

—No sabía que fueras tan buena cocinera, (T/N) —comentó Pietro.

Sonreíste, agradecida por su elogio.

—No es que sea una experta, pero me gusta cocinar de vez en cuando. Y cuando se trata de chocolate, ¡soy una firme defensora de su sabor!

Pietro asintió con aprobación.

—Tienes razón, el chocolate es asombroso. Gracias por hacerme verlo de otra manera.

Después de la cena, ambos se quedaron en la sala de estar, disfrutando de la compañía del otro. Pietro te miró con cariño.

—(T/N), has cambiado mi opinión sobre el chocolate. Ahora sé que es delicioso, pero nada se compara contigo.

Te sonrojaste ante sus palabras y te acercaste a él.

—Eres tan dulce que quizá te preferiría sobre el chocolate. —Susurraste.— Estoy feliz de que hayas disfrutado de la cena.

Él te rodeó con sus brazos y te besó suavemente.

—No importa si prefiero otros dulces, porque siempre estaré encantado de compartir momentos como este contigo.

La noche continuó con risas y conversación, y ambos se dieron cuenta de que su conexión iba mucho más allá de sus preferencias culinarias. Descubrieron que compartían mucho más que solo el amor por el chocolate, y esa noche, mientras se acurrucaban en el sofá, supieron que habían encontrado algo verdaderamente especial en el otro. Era un amor tan profundo y auténtico como el chocolate que habías compartido.

One Shots ▷ Pietro MaximoffWhere stories live. Discover now